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Et Spiritus Sancti

Durante un reciente viaje a Chechenia, un país en el que predomina el islamismo, la fotoperiodista Olga Kravets halló un centro médico islámico en Grozny donde las mujeres sospechosas de haber sido poseídas por el...

ENTREVISTA DE MILÈNE LARSSON, FOTOS DE OLGA KRAVETS

Gente entrando en el centro médico islámico de Grozny. Los exorcistas reciben cientos de pacientes cada día.

Durante un reciente viaje a Chechenia, un país en el que predomina el islamismo, la fotoperiodista Olga Kravets halló un centro médico islámico en Grozny donde las mujeres sospechosas de haber sido poseídas por el diablo (es decir, que son problemáticas o sufren trastornos mentales) tienen que someterse a un violento proceso para “librarse de los demonios”. Chechenia no es precisamente el mejor lugar donde vivir si has nacido con tetas, con un presidente que quiere crear un estado islámico y en el que se hacen campañas a favor de la poligamia y los crímenes de honor. Técnicamente, esta república federal se rige por la Constitución rusa, que garantiza la igualdad de derechos para la mujer y la separación entre Iglesia y Estado. Sin embargo, su presidente cree haber recibido carta blanca para vulnerarla. O bien el Kremlin ha perdido el control de la región o bien es su manera de agradecerle que tenga controlados a los separatistas islámicos, a quienes se culpa de las guerras ruso-chechenas de los últimos quince años. ¿Quién sabe? Pero mejor no entremos en las aguas pantanosas de la política, guerra, crímenes, crímenes de guerra y periodistas envenenados. Centrémonos en el hecho de que hay unas mujeres que necesitan cuidados mentales y en cambio están recibiendo un violento “tratamiento” exorcista.

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Vice: Hola, Olga. ¿Puedes explicar lo que sucede en estas fotos que nos mandaste?

Olga Kravets:

Es una clínica exorcista en Grozny, Chechenia, con un servicio de exorcismos de emergencia abierto por la noche. La gente lleva allí a sus esposas o hijas si creen que han sido poseídas por el diablo. Cuando la mujer entra, el exorcista empieza a leer el Corán y, si la mujer se pone a gritar, dicen que es porque tiene al diablo en su interior. Entonces se la llevan a otra habitación, la tumban en un diván y le dan a oler una especia oriental similar a la lavanda. También hacen presión en dos puntos de su cuello, no podría decirte dónde exactamente. Entonces, repentinamente, la mujer empieza a hablar con un tono diferente, el cual se asume que es el de la voz del diablo. El exorcista le habla, preguntándole cosas como, “Hola, ¿quién eres?” y el “diablo” responde.

Un momento. ¿Las mujeres empiezan a hablar con una voz diferente y tienen una conversación como si fueran un demonio?

¡Sí! No tengo explicación posible para eso. Yo creo que están bajo hipnosis, probablemente a causa de esa presión en los dos puntos del cuello.

¿Qué pasa después?

Hay un largo proceso durante el cual la mujer entra en un estado de histeria y se la trata con violencia. La tiran al suelo, se la sujeta con fuerza, es golpeada, y finalmente el exorcista dice, “Te estoy convirtiendo al Islam. Ahora serás bueno con los demás y volarás a la Meca”. Si el exorcista tiene éxito, el demonio se vuelve islámico y, supuestamente, vuela a la Meca. Me explicaron que si el demonio es alcohólico es más difícil librarse de él, ya que si no está dormido está borracho. Les pedí a los dos exorcistas que cada uno me hiciera un dibujo del aspecto del demonio. Hicieron dibujos muy diferentes.

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¿Intentaste hablar con aquellas mujeres?

Sí, pero exhaustas como estaban tras un proceso tan intenso, no se sentían con muchas ganas de hablar. Una mujer me contó que su marido se divorció de ella por su mal comportamiento, y que por eso su madre la trajo al centro. Me dijo, “Ahora que estoy curada espero que mi marido regrese”. También vi a una anciana que cuando entró no podía caminar, pero después salió del centro por su propio pie.

Esta pareja había traído a una mujer, pariente suya. Esperan su turno para ser recibidos por el exorcista.

¿Cómo es que a ese centro sólo llevan a mujeres?

Es una sociedad terriblemente patriarcal. A ningún varón se le pasaría jamás por la cabeza que un hombre pueda ser poseído por el diablo. A las mujeres se las reprime, y si un marido encuentra a su esposa un poco complicada, simplemente la lleva a la clínica para que le expulsen el diablo del cuerpo.

¿Y ellas creen en eso?

Sí, yo diría que sí. Cuando las llevan allí se encuentran en un estado muy extraño. Yo diría que, en general, necesitarían la ayuda de un psiquiatra. Pero es Chechenia, es un tipo muy concreto de sociedad, y en vez de eso acuden a un sanador islámico.

¿Es muy común esta práctica?

¡Oh! Un número enorme de mujeres tienen que pasar por ella. Le hice una foto al libro de registro y, sólo durante el día que estuve allí, habían tenido 207 pacientes. Sospecho que tienen que haber más centros, pero hasta el momento no he oído de ninguno.

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¿Cómo supiste de éste?

Estoy trabajando con otros dos fotógrafos en un proyecto fotográfico sobre Grozny, y uno de los aspectos que me tocaba cubrir era el de la religión. Chechenia es un país eminentemente islámico y, aunque el Islam es una religión muy visual y ha producido muchas imágenes hermosas, la gente ya está un poco hastiada de tanta foto de mujeres con velo y rezos en la mezquita. Una mujer mayor, sabiendo que yo estaba buscando algo especial, me habló de este centro médico islámico. Fui a echarle un vistazo en noviembre del año pasado pero sólo pude conseguir una entrevista. ¿Y qué es una entrevista siendo yo fotógrafa?

Entonces, ¿cómo y cuándo hiciste estas fotos?

Volví al lugar el pasado marzo y tuve la suerte de poder hablar con uno de los exorcistas. El hombre era un ferviente creyente en esta práctica y estaba escribiendo una tesis sobre ella. Me permitió acompañarle todo un día y fotografiar el proceso de principio a fin, pensando probablemente que sería una buena publicidad. Acabé llevándome bien con ese hombre; tanto, que prometió que la próxima vez que fuese por allí me dejaría acompañarles a una redada antibrujas.

¿Te invitó a una caza de brujas?

Sí. Tienen una unidad especial de policía islámica que persigue a las mujeres que leen el futuro en las cartas y cosas así, adivinadoras.

La hostia. ¿Y tú piensas ir a eso?

¡Por supuesto! No he visto nunca una caza de brujas. Estoy segura de que habrá mucha acción.

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Para saber más del trabajo de Olga Kravets, id a olgakravets.com. Junto a varios amigos fotógrafos, Olga fundó en 2009 el primer colectivo fotográfico ruso. Su web: versoimages.com.

La familia de esta mujer, joven y soltera, no quiso hablar. Aquí está en pleno proceso de exorcismo, que por regla general dura entre 30 y 60 minutos; alguna de las mujeres que conocí, sin embargo, llevaban hasta ocho meses de tratamiento.

Se puso histérica, de modo que el exorcista le tapó los ojos para que no viera lo que estaban haciendo: leer el Corán e intentando negociar con el Jinn (un término árabe que significa “diablo”, según el Corán) mientras la sujetaban y golpeaban, sin dejar ella de sufrir terribles convulsiones.

Aquí, los exorcistas han terminado su trabajo y soltado las manos de la mujer, que está totalmente exhausta.

Este es Musa, uno de los exorcistas. Tras el proceso, mientras la mujer descansa, ponen en marcha un CD con oraciones y ellos pueden salir a fumar un cigarrito.

En mitad del proceso de expulsión de un demonio de su cuerpo, una paciente describió la vista desde una de las ventanas del centro como “maravillosa”.

Musa siempre lleva un anillo de plata, un metal que él cree que da miedo a los Jinns, los demonios.

El escritorio de Musa. Utiliza el palo para golpear a las mujeres si se mueven demasiado. En ningún momento le vi utilizar la jeringa, pero si está ahí será por algo.

Le pedí a Musa y Mairbek, dos de los exorcistas, que dibujaran el aspecto que creen que tiene un demonio.

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Este es el dibujo de Musa de un Jinn.

Y este es el demonio que dibujó Mairbek.

Muchos dejan el centro médico islámico por la noche. Siempre hay, como mínimo, un sanador de guardia.