FYI.

This story is over 5 years old.

Waypoint

Así te premia 'L.A. Noire' por ser un policia corrupto

El juego policíaco de Team Bondi condena la autoridad haciéndote sentir inútil.
Todas las imágenes cortesía de Rockstar

ADVERTENCIA: Spoilers de la trama de L.A. Noire

En Los Ángeles de los 40, el crimen parece nunca descansar. Recién promovido a la División de homicidios, me encuentro trabajando en un asesinato particularmente perturbador. La evidencia no ha sido muy cooperativa, difícil de comprender y demasiado conveniente. Sin embargo, hay unos cuantos sospechosos que ha sido interrogados hasta el hartazgo; a dos de ellos los persiguieron por las calles de L.A. y los encerraron en la estación de policía. Sus nombres son Hugo Moller —el esposo de la víctima, propenso al enfado y a quien descubrieron incinerando evidencia— y Eli Rooney, un depredador sexual de niños que ha aterrorizado la escuela donde fue vista la víctima por última vez, y quien además posee el broche de la víctima.

Publicidad

Fuera del cuarto de interrogación donde se está Rooney, me encuentro a James Donnelly, quien no sólo es el capitán de la División de homicidios del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), sino también el hombre que me dio mi primer descanso como policía y me recomendó para asumir el cargo de detective. "Este demonio particular es un viejo amigo mío. He intentado reafirmar su creencia en un Dios terrible e iracundo. Como sea, estaré lidiando con él personalmente". Con su acento irlandés habla apasionadamente en términos poéticos bíblicos, nos llama "los mejores cruzados" y promete justicia inmediata para los "hijos de Caín" que asechan los oscuros corredores de la ciudad. Esto provee un frente agradable para su naturaleza despiadada con la que cierra casos de forma rápida y severa, fastidiando a los sospechosos para obtener confesiones cuando las pruebas son dudosas.

A pesar de su promesa de lidiar con Rooney, queda claro a quién quiere el capitán que culpes de cometer el crimen. La cara ensangrentada de Eli demuestra que el resto de los oficiales piensan lo mismo. Rooney es un personaje despreciable que apenas esconde sus tendencias sexuales hacia menores de edad. Pero la evidencia parece favorecer a Hugo.

Sin embargo, si culpas a Hugo, el capitán estará muy decepcionado de ti y te dará tres de cinco estrellas de calificación en el caso, incluso cuando haya sido la única decisión diferente que tomaste en el caso. Para aquellos que quieren ser un "buen policía" bajo las reglas de L.A. Noire —aquellos que coleccionan todo y obtienen la máxima calificación en todos los casos— no hay otra opción.

Publicidad

Para empeorar las cosas, se da a conocer en el caso final de la Sección de Homicidios que tanto Hugo como Eli no son los asesinos. En esencia, la opción es irrelevante al igual que las razones detrás de tu calificación en el caso. Sin embargo, sigue siendo la calificación que tú, jugando como el detective Cole Phelps, recibiste de tus superiores. No la obtuviste por haber logrado un puntaje alto o por haber batido un récord; la recibiste por complacer a aquellos arriba de ti de la forma que ellos querían, por arrodillarte ante la autoridad corrupta como un buen subordinado en el Departamento de Policía de Los Ángeles.

Por supuesto, la corrupción —intencional y no intencional— es un tema presente en L.A. Noire. En la Sección de Homicidios es donde tu trabajo como detective principal se vuelve más sucio. Siete casos unidos por una misma trama es la parte más memorable y compleja del juego.

Pero para muchos también es una secuencia bastante frustrante. De los siete casos, sólo puedes capturar al asesino serial inculpado en el último. Para los otros seis, te ves obligado a investigar pistas incorrectas y a rodear la verdad. Y en cada caso debes meter a alguien a la cárcel injustamente. Te obliga a hacer las cosas mal y te recompensa por ello.


Relacionado: 'Wolfenstein II' es más que un videojuego sobre nazis


Estamos hablando de un juego a la Rockstar —basta ver el estilo recreativo de Los Ángeles en Grand Theft Auto y la mecánica de disparos en tercera persona inspirada en Red Dead Redemption— pero L.A. Noire comparte su ADN con proyectos más tradicionales enfocadas en la narrativa.

Publicidad

Sin embargo, L.A. Noire no juega con tus emociones o desafía tus "posturas morales" para hacerte sentir bien o malo acerca de lo que sucede. Tu trabajo como detective está codificado con cada paso que tomas. Cada pregunta en los interrogatorios será "correcta" o "incorrecta". Existe una serie de pistas que ayudarán al fiscal de distrito a cerrar el caso, y tú tienes que buscar la forma de encontrarlas en las escenas del crimen. En cuanto a las persecuciones y tiroteos, te califican dependiendo de cuánto dinero le cueste a la ciudad tu trabajo.

Tu trabajo como detective no se trata de encontrar la verdad, se trata de números y listas de control. ¿Te comportaste apropiadamente como se te dijo? ¿Encontraste evidencia suficiente para permitirle al fiscal cerrar el caso (sin importar la precisión de la condena), y qué tan bajo caíste para lograrlo?

Como alguien que ha jugado muchos juegos es fácil caer en la comodidad de un sistema de calificación definido sin pensar mucho. Pero vaya que se siente bien obtener una buena calificación después de regañar a un testigo y encontrar todas las pistas. Te hace cómplice de forma irremediable.

Sólo en ocasiones te detienes por un momento a pensar —¿no deberías revisar la sangre en los zapatos del sospechoso para comprobar si realmente pertenece a la víctima?

¿Pero por qué deberías hacerlo? Los jefes de la policía están contentos y el fiscal tiene justo lo que necesita. Caso cerrado. Cinco estrellas.

Publicidad

Es fácil ver por qué los jugadores se sienten frustrados cuando ven que su trabajo en la Sección de Homicidios sirvió para nada en el caso final. La misma frustración la compartes con el detective Cole Phelps. Cuando la policía te dice que hiciste un buen trabajo en realidad es todo lo contrario.

Te encuentras en las manos de la élite de la ciudad una y otra vez —te encomiendan deshacerte de alguien indeseable bajo cualquier medio necesario, te obligan a encontrar una excusa para limpiar la ciudad de indigentes y, finalmente, en el caso final de la Sección de Homicidios, participas en un encubrimiento del culpable real porque tiene vínculos con una familia poderosa. Te recompensan con un ascenso vacío, donde la corrupción es todavía peor.


Relacionados: 'Fallout' regresa en forma de juego de mesa


Como jugador te sientes más aprisionado por este sistema que el mismo Phelps. Incluso en los episodios donde expresa sus preocupaciones, Phelps se retracta fácilmente y no deja lugar para sentirse orgullos de él. La sensación el evidente para todos los jugadores: te sientes impotente dentro del sistema de la ciudad dirigido por las élites. Tu avatar, Phelps, te niega la posibilidad de rebelarte.

En la actualidad, L.A. Noire es un recordatorio de que tenemos que ver más allá de las apariencias y que complacer a tus superiores no siempre implica hacer un buen trabajo, sin importar la recompensa. L.A Noire es una advertencia de lo que puede suceder cuando haces tu trabajo sin tomar en cuanto a aquellos que te dan órdenes.

Sólo cuando Phelps renuncia a su propio control limitado de la situación nos liberamos para desenmascarar algunos casos de corrupción en la ciudad. Esto sucede cuando cambiamos de Cole Phelps a Jack Kelso, un viejo amigo de la guerra convertido en rival que trabaja como ajustador. Trabajar dentro del sistema para cambiar las cosas no puede funcionar si no estás dispuesto a exhibirlas al escrutinio externo. La condición interna de los problemas es lo que suele provocar la corrupción; la misma narrativa que Phelps y tú han puesto en práctica durante gran parte del juego.

Por medio de las revelaciones de recuerdos pasados, nos enteramos que buscar la aprobación de sus superiores en la marina llevó a Phelps a conocer horrores inimaginables y a cometer fechorías en la guerra. A su regreso, el mismo entusiasmo para complacer y jugar bajo las reglas de las fuerzas policíacas culminan con los mismos resultados.

La única diferencia es que, en la segunda ocasión, Phelps se da cuenta que trabajar con una venda en los ojos dentro del sistema y confiar ciegamente en las autoridades no funciona. No en L.A. Noire, y tampoco en la vida.