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clásico mundial de beisbol 2017

Tras la derrota, el chivo expiatorio: Edgar González busca la redención

Luego de que Italia remontara una desventaja de cuatro carreras para derrotar a México en el último inning, las miradas inquisidoras se han postrado sobre el manager mexicano, Édgar González

En las victorias deportivas todo es orgullo y felicidad, pero en las derrotas, en esos tragos amargos en el terreno de juego, siempre surgen los culpables directos e indirectos, y dado que la Selección Mexicana inició el Clásico Mundial de Beisbol 2017 con un descalabro, todas las miradas se han puesto sobre el mánager Édgar González.

Cuando el triunfo mexicano se gestaba sobre Italia en el debut del representativo mexicano; cuando estaban a solo tres outs de la victoria, con cuatro carreras de ventaja en el marcador y con el mejor cerrador azteca del momento en Grandes Ligas, llegó el colapsó. Uno, dos, tres, y el mundo se derrumbó para México, que quedó tendido en el terreno, derrotado con marcador de 10 a 9.

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Por segundo Clásico consecutivo (2013 y 2017), México arrancó el certamen con una derrota, y coincidentemente ambas ante Italia, y las dos con volteretas en la novena entrada. En los dos casos, fallando el mejor cerrador mexicano. Y en ambas derrotas estuvo involucrado, directa o indirectamente, Édgar González.

Las criticas hacía el equipo mexicano no se han hecho esperar por parte de la prensa especializada y muy en especial por la afición del beisbol mexicano, quienes coinciden en culpar a Édgar González por las acciones de su bullpen y por sus decisiones tácticas.

Culpable o no, Édgar González carga sobre sus hombros dos derrotas ante Italia. La primera fue el 7 de marzo del 2013 cuando Sergio Romo, con una ventaja en el marcador, buscaba el segundo out en la novena entrada para preservar el triunfo. Anthony Rizzo sacó un batazo al jardín izquierdo con hombres en primera y tercera base. A Édgar González, entonces jardinero izquierdo y hoy manager de México, se le cayó el elevado con el que los italianos anotaron dos carreras para que lograran darle la vuelta a la pizarra y ganar 6-5. Ese día Édgar, con experiencia jugando como infielder en Grandes Ligas, jugaba una posición con la que no estaba familiarizado.

Ahora, en 2017 y como timonel del equipo, Édgar fue a la lógica y llamó a su mejor relevista, Roberto Osuna, para buscar cerrar el juego y preservar la primera victoria. Pero el Chufito no pudo sacar ningún tercio de la novena entrada, recibió tres dobletes, regaló una base por bolas y permitió las 5 carreras en la novena entrada. Además, Luis Alfonso "Cochito" Cruz cometió un costoso error en las paradas cortas, y el sucesor de Osuna en la loma, Oliver Pérez tampoco pudo frenar el ataque italiano.

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Se le cuestiona a Édgar González que dejó mucho tiempo a Osuna sobre la loma a pesar de que no traía nada en la bola. Fueron cinco bateadores sin sacar out.

Previo al relevo de Roberto Osuna, desfilaron del bullpen la lomita Vidal Nuño, Carlos Torres, Joakim Soria y Sergio Romo, quienes se mostraron como auténticos bigleaguers. Se combinaron para 4 entradas, para un hit y una base por bolas. "Tuvimos tres buenos pitchers, que hicieron muy buen trabajo, llegamos al juego ganando 9 a 5 en la última entrada, con uno de los mejores cerradores de Grandes Ligas", declaró González al finalizar el duelo durante la rueda de prensa.

Édgar González, de 38 años de edad, tiene una corta carrera como dirigente de beisbol. Ya fue mánager del año en la Liga Mexicana del Pacífico con los Águilas de Mexicali en la temporada 2015-2016, y los llevó hasta la final, que perdieron ante Venados de Mazatlán. González, originario de San Diego, pero de padres mexicanos, ya tiene experiencia previa con la Selección Mexicana, ya que en la Clasificatorio del 2016 para el Clásico Mundial, ganó sus tres compromisos ante República Checa y dos veces ante Nicaragua. Antes, en la pasada temporada 2015-16 de la pelota de invierno mexicana, González entró al relevo como manager de los Charros de Jalisco, que tuvieron una complicada campaña sin clasificar a la postemporada.

Listos!!! Vamos México!!! — Edgar Gonzalez (@9_EdgarGonzalez)6 de marzo de 2017

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Aunque en su corto historial como dirigente, Édgar tiene más buenas que malas, sigue sin contar con los méritos suficientes ni con el suficiente recorrido como manager. Sin embargo fue nombrado como mánager de la Selección Mexicana de Beisbol, hecho que no fue avalado con unanimidad por la opinión pública.

A pesar de tener poca experiencia, su nombramiento como timonel nacional ha derivado algunas suspicacias entre cierto sector de la prensa y afición, hecho que sostienen que el puesto fue otorgado gracias a su hermano menor, Adrián González, primera base de los Dodgers de Los Ángeles. En el Clásico Mundial del 2013, Adrián y Édgar estuvieron como jugadores dentro del roster mexicano, y el otro hermano mayor, David, era el receptor de bullpen; muchos consideran que los González se adueñaron del equipo nacional.

Adrián González ha participado en las cuatro ediciones del certamen y a pesar de ser una estrella en Grandes Ligas, ha decidido vestir la franela verde. Las condiciones para que Adrián haya decidido estar presente en cada una de las ediciones del Clásico Mundial, pueden ser muchas, como el amor a México y el orgullo de jugar para tu país. Pero los señalamientos van más allá, e incluso se ha especulado que la presencia de Adrián en la Selección Mexicana ha sido con la condición de que su hermano fuera el manager del representativo.

Édgar González, el manager nacional, asegura que ha basado su filosofía estratégica en el beisbol, estudiando números y estadísticas. Es un creyente de la famosa sabermétrica, la ciencia del beisbol. El timonel destaca el trabajo que realiza afuera de los diamantes, en el escritorio, aplicando matemáticas y estadística. "Tengo información, sobre todo. Bajo un plan de trabajo que ya tenemos como jugaremos los partidos. Ya nos preparamos desde antes", explicó Édgar a Iván Pérez de El Economista.

La carrera de Édgar González apenas inicia. El futuro podría tenerle destinado seguir dentro del "rey de los deportes", dentro de la cueva, enviando señales al diamante, analizando el juego y tomando decisiones que lleven a sus equipos, al éxito o a fracaso. Pero buena parte de su futuro se la jugará en su lucha por sobrevivir en este Clásico Mundial, ante leones como Puerto Rico o Venezuela. En la catástrofe, Édgar González ha sido puesto en el lugar de chivo expiatorio, y solo con triunfos se podrá sacudir esa imagen. Cuando las derrotas llegan, toman fuerza las culpas y las teorías conspiratorias. A Édgar le tocará jugar a la verdad, su verdad.

En la vida cuando se da un paso para atrás es para tomar impulso y dar dos pasos para enfrente. Vamos México!!!!! Vamos contra Puerto Rico.

— Edgar Gonzalez (@9_EdgarGonzalez)10 de marzo de 2017