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encefalopatía crónica

Enfermedades mentales y suicidios en la NFL, una historia que continuará pasando

La encefalopatía crónica, un mal que provoca en los afectados perder la memoria temporalmente, pésimo juicio, depresión y demencia
Foto: Harry How / Getty

Hablar de suicidios en cualquier deporte es jodido. No creo que exista ningún otro tipo de palabra que lo diga mejor. El problema es que este es un tema que va cobrando más y más fuerza en la NFL. Contusiones y problemas cerebrales, luego de tantos golpes, suelen ser la razón principal.

En un deporte con tanto y tan duro contacto, hay una enfermedad que se vuelve recurrente, a pesar de todos los esfuerzos de la liga para tratar de proteger a los jugadores, es la encefalopatía crónica. Un mal que provoca en los afectados perder la memoria temporalmente, pésimo juicio, depresión y demencia. Y claro, ¿a quién diablos le gustaría vivir así?

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Entre los casos más importantes de jugadores que han cometido suicidio, relacionado con esta enfermedad, el más importante es el de Junior Seau, famoso linebacker de San Diego, Miami y New England. El ex jugador se disparó en el pecho a los 43 años.

¡43 años! Un hombre que estaba en la plenitud de la vida tuvo que recurrir a terminarla porque su mayor amor, el futbol americano, acabó con sus capacidades mentales.

Y claro, él no es el único caso. Existen varias decenas de jugadores que, luego de sufrir constantes golpes en la cabeza, terminan afectados… y un poco locos. Al grado de que no vale la pena seguir viviendo con ese sufrimiento.

Y los estudios son claros. El 96 por ciento de los ex jugadores de la NFL que se han quitado la vida sufrían este horrible mal. Ni las reglas, ni los cascos extremadamente avanzados, ni un carajo logró evitar que sus cerebros fueran destrozados un golpe a la vez.

Muy pronto podrán ver en su cine favorito una nueva película de Will Smith, en la que el tema central gira alrededor de este tema y de cómo las conmociones afectan la vida de tantos y tantos jugadores de futbol americano. No solo a nivel profesional, pero también en el colegial.

Kosta Karageorge es el protagonista de una historia muy familiar en cuanto al futbol americano. el jugador de Ohio State University sufría de encefalopatía crónica debido a tantos y tantos choques. ¿Qué sucedió? Él desapareció una semana completa y tras la búsqueda lo encontraron… ¡Muerto!

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Estaba tirado en nada más ni nada menos que un contenedor de basura. El chico falleció de una herida de bala que se hizo él mismo. Un arranque de demencia combinado con depresión terminó dejando su cuerpo sin vida entre los desperdicios.

Jodido.

Lo más sorprendente de todo este tema es que, así como Karageorge, muchos de los jugadores que deciden terminar con su vida, se disparan en el pecho. Una decisión que parece extraña, siendo que alargan su sufrimiento todavía más. Sin embargo, dentro de la locura por la que están pasando ellos, un resquicio de conciencia les hace "proteger" sus cerebros, para que, al menos así parece que lo creen, sus muertes no sean en vano y los doctores puedan hacer análisis que encuentren pruebas de sus males. Quizá así puedan prevenirlos en un futuro.

Pero la naturaleza misma de este deporte hace muy complicado poder prevenir este tipo de situaciones, sobre todo porque es difícil hacer diagnósticos hasta que los síntomas comienzan a aparecer. En ese momento, usualmente, es demasiado tarde.

Foto: NBC

Lo digo de nuevo, el tema es jodido, porque hablar de muertes en un deporte tan popular y que ha crecido exponencialmente en los últimos años, no es algo agradable para nadie. Los jugadores cada vez tienen más temor, la imagen de la liga se ve afectada, los aficionados, a la distancia, también sufrimos al saber de esto. Todos pierden.

Y por eso es que todos siguen trabajando para que este tema quede solo como un oscuro momento en el pasado de la NFL. La liga ahora también ha creado una línea especial para atender crisis, ha fortalecido los protocolos para atender y prevenir las lesiones cerebrales.

Lamentablemente, todos los esfuerzos se siguen quedando cortos. Apenas llevamos dos semanas de la temporada 2015-2016 y ya hemos visto tres casos de conmociones tan graves que han llevado a los jugadores directo al hospital inmediatamente.

Así que, bajo esta muestra, parece que las enfermedades cerebrales en la NFL serán un tema que seguirá por lo menos en los años siguientes y, desafortunadamente, los suicidios de jugadores y exjugadores seguirán siendo un riesgo constante que podría estallar en cualquier momento.