¿La pornografía en línea nos está convirtiendo en personas más pícaras?
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Tecnología

¿La pornografía en línea nos está convirtiendo en personas más pícaras?

Internet ha hecho que las personas con un incipiente interés en el sadomasoquismo y el sexo pícaro se sientan más cómodos explorando sus deseos.

Durante la década pasada ocurrieron dos grandes tendencias que podrían estar relacionadas: la masividad de internet y la creciente comodidad al hablar sobre sexo. No hay duda que estas dos cosas están entrelazadas. Internet ha hecho que sea más fácil aprender sobre sexo, lo que ha reducido el estigma sobre hablar y admitir que todos lo estamos haciendo.

Pero a medida que internet nos hace sentir más cómodos a la hora de hablar sobre pegging y sobre ahorcar a nuestras parejas, ¿Ha hecho más interesante lo que sucede a la hora de tener sexo? ¿Acaso internet ha transformado a las parejas tradicionales en unos pícaros de la vida real, como en la parodia porno de El Aro?

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La idea que la tecnología está cambiando nuestra vida sexual es una idea muy popular. Revisa cualquier publicación y encontrarás alguna columna argumentando (contrario a los hechos reales) que Tinder y los teléfonos inteligentes nos están transformando en unos putos sin remordimientos. No sólo es la noción que la tecnología está cambiando cuán frecuente y con quién estamos teniendo sexo, si no que también qué tipo de sexo estás teniendo, lo que ha sido la base de muchos ensayos personales que lamentan el sexo duro no deseado, las cosas con el trasero y otros actos menos tradicionales.

Aun así parece improbable que la espontaneidad de internet haya creado deseos pícaros en personas que anteriormente eran conservadores. Si bien aun no sabemos qué es lo que exactamente hace que te gusten los pies, los traseros o los consoladores gigantes, está aceptado que para la mayoría de nosotros, muchos de nuestros gustos sexuales son establecidos temprano en la vida. Y una vez que ya están establecidos, no son fáciles de cambiar (como la legión de "ex-gays" y "pedófilos virtuosos" pueden atestiguar). Si la idea del sexo duro te deja completamente frío, es poco probable que visitar Kink.com a los 20 te dejará queriendo más. Si te gusta, te gusta; Si no te gusta, no te gusta. Si bien hay cierto espacio para la exploración y la evolución, un giro en 180 grados de tus gustos sexuales es algo muy poco común.

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Internet ha hecho que los futuros pícaros se sientan menos solos y menos avergonzados.

Por otro lado, lo que parece razonable es que las personas que tenían un incipiente interés en el sadomasoquismo y el sexo pícaro ahora se sientan mejor llevándolo a cabo y explorando. Como me dijo Erin Kennedy, una educadora sexual y practicante del sadomasoquismo por larga data, quien escribe el blog Sex For The Rest, "El sexo siempre ha sido pícaro". Kennedy siente que el sexo tradicional (con luces apagadas y la posición misionero, lo que supuestamente todas las parejas hacen) nunca ha sido una realidad e incluso las investigaciones más superficiales sugieren que ella está en lo correcto.

Muchos de estos intereses sexuales "modernos", incluyendo el sadomasoquismo, el pegging y los juguetes sexuales, datan desde miles de años atrás; los escritores y fotógrafos a través de los siglos, han documentado instancias de sexo pícaro. Incluso una revista tan grande como Cosmopolitan estaba a favor de las vendas y esposas mucho antes de la aparición de internet. En otras palabras, la idea que el sexo pícaro es una creación de internet da para la risa.

Pero si bien el interés en lo pícaro ha estado entre nosotros todo este tiempo, no siempre ha sido fácil encontrar parejas dispuestas para explorar o encontrar una comunidad que ofrezca un ambiente de apoyo para la exploración y discusión de lo pícaro. No hay duda que acá es donde internet ha jugado un rol muy importante.

Para Kennedy, el lanzamiento de la red social FetLife tuvo un efecto transformador en la experiencia de ser pícaro y, más importante aun, la percepción pública. Si bien los pícaros han utilizado internet por largo tiempo para conocerse (ya sea creando grupos de Yahoo! o escribiendo avisos en Collar Me o Alt.com), FetLife ofrecía ser más que un sitio de citas o una forma de tener sexo. Te entregaba un sentimiento de comunidad y era una forma para que los pícaros llevaran sus interés y practicas fuera de los dormitorios y frente al ojo (semi) público.

"No es que nadie fuera [pícaro]" dijo Kennedy, "lo que sucede es que no conocíamos a nadie que lo estuviera haciendo porque todos lo estaban haciendo en sus dormitorios y nadie hablaba de eso".

Y es este tipo de efecto es el que da la impresión que la cultura se está poniendo más pícara. Que internet hizo más fácil encontrar información sobre este tipo de sexo y ahora es más fácil conectarse con otras personas que piensan lo mismo, lo que ha logrado que los pícaros se sientan menos solos, menos avergonzados y más cómodos llevando a cabo -y hablando públicamente- sus deseos.

Entonces, ¿Internet nos ha hecho más pícaros? Depende qué estás preguntando exactamente. ¿Kink.com y FetLife transformaron a una generación de jóvenes conservadores en jóvenes adictos a lo pícaro que no pueden excitarse sin lamer los zapatos de otros y hacer pegging hasta llegar al clímax varias veces? Definitivamente no. Pero ¿Hicieron más fácil el acceso a quienes tienen interés o curiosidad en aprender más, discutir libremente y encontrar personas que puedan están interesadas en explorar? Absolutamente. Y, francamente, esto es algo que debe ser celebrado.