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Cultură

David Sánchez hace tebeos que se leen tres veces (por lo menos)

Cuando intento explicar a alguien cómo es un cómic de David Sánchez, más o menos siempre repito las mismas palabras: americano, surrealismo, desiertos, David Lynch, sectas, como un guante de seda forjado en hierro, Charles Burns y muchas veces...

Veamos: historias circulares, un par de testículos flotando en un bote, gente de color verde y con los ojos rojos, peña que come loro asado, extraños autoestopistas que hacen profecías utilizando la polla, un traficante coreano director de pelis de zoofilia… Al repasar el tipo de cosas que pasan en los cómics de David Sánchez me doy cuenta de por qué me gustan tanto. Así que cuando me enteré de que acababa de sacar un nuevo libro supe que lo tenía que entrevistar. ¿Por qué? Muy sencillo, porque David es sin duda uno de los autores jóvenes de cómics más interesantes del panorama nacional.

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Cuando intento explicar a alguien cómo es un cómic de David Sánchez, más o menos siempre repito las mismas palabras: americano, surrealismo, desiertos, David Lynch, sectas, como un guante de seda forjado en hierro, Charles Burns y muchas veces, conforme hablo, veo cómo la cara de quien me escucha empieza a desencajarse. Y es que quizá los cómics de David no son para todo el mundo. La experiencia del lector se parece bastante a aparecer de repente en una habitación en la que ocurren cosas muy extrañas y algo agobiantes de las que no sabe las causas ni probablemente verá las consecuencias. O sí.

Todo empezó en 2010, cuando Astiberri publicó la inquietante, turbia y lyncheana novela gráfica “Tú me has matado”, por la que David recibió el Premio al Autor Revelación en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona 2011. Su confirmación vino con otra novela gráfica, “No cambies nunca”, editada también por Astiberri, otra historia enfermiza sobre experimentos raros y adicciones, que creo que ostentará por muchos años el récord nacional de contener mayor número de dibujos de cráneos de bebé.

Ahora, con un formato más breve y en una de las editoriales más jóvenes e interesantes del momento, ¡Caramba!, edita “La muerte en los ojos”. Una historia de métodos de hipnosis, drogas y otras cosas que están menos claras: ¿viajes astrales? ¿Viajes en el tiempo? ¿Ciegos muy muy profundos? Creo que al concentrarse en menos páginas el ambiente de esta nueva historia de David se parece todavía más a un sueño que sus dos anteriores obras y te deja absolutamente KO, buscando pistas desesperadamente entre las páginas y balbuceando “perooo, perooo…”.

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VICE: La historia de “La muerte en los ojos” gira en torno al Método Schwartz de control mental. Me ha recordado a una historia en la que estuvieron metidos los padres de un amigo hace unos cuantos años, el método Silva de control mental. ¿Tiene algo que ver? ¿Te interesan personalmente estos temas?

Sí, estuve practicando la auto-hipnosis y cuando conocí el método Silva me pareció demasiado chulo como para dejarlo pasar, de hecho al principio "La muerte en los ojos" iba sobre una sesión de ouija, me estaba guardando la idea del control mental para otra cosa, pero me di cuenta de que guardar ideas era ridículo y que tenía que aprovechar todo lo bueno que tuviese en ese momento.

Si lo comparamos con tus anteriores libros, más extensos, "La muerte…" parece un corto frente a los anteriores que serían más parecidos a dos largometrajes. ¿Cómo te has sentido en este formato? ¿Tienes pensado seguir por esta senda de historias más concentradas? ¿O quizá cada historia pide una extensión diferente? Me mareo de placer solo de pensar en un libro tuyo del tamaño, por ejemplo, de Agujero negro de Charles Burns.

Tenía muchas ganas de probar un formato corto y de trabajar con ¡Caramba!, así que cuando me hablaron de la nueva colección Jaimito de tebeos cortos no lo dudé ni un segundo. La verdad es que me ha gustado mucho el formato de 24 páginas, no es tan agobiante y a la hora de construir la historia se ve todo más claro, me apetece probar cosas así. No sé si recuerdas que "Agujero negro" primero salió en cómic books, si pudiera trabajar así me encantaría hacer algo largo, pero me agobia bastante estar años sin poder sacar nada, así que supongo que si alguna vez ves un libro mío así de gordo será una recopilación…

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El ambiente de los tres libros es similar, muy identificable contigo a estas alturas. ¿Es simplemente tu sello personal o existe algún hilo conductor oculto entre todas tus historias?

No, cuando acabo una historia no quiero saber nada más de ella. Cuando salió "Tú me has matado" me preguntaban si habría segunda parte, pero no me gustan ese tipo de cosas.

¿De dónde salen estos argumentos?

Ni yo lo sé, empiezo a trabajar a partir de una idea y es en el proceso cuando mi sentido común me dice lo que hay que contar y lo que no, algo me dice que está bien así, que tiene que ser así, que no hace falta contarlo todo.

Se podría reconocer a uno de tus lectores porque cuando llega a la última página vuelve al principio y empieza a ojear de nuevo lo que ha leído con cara de extrañeza, nunca cerraría el libro de un golpe y miraría la portada con una sonrisa. ¿Hace falta ser un genio para entender tus historias?

Sé que puede parecer que mis tebeos están llenos de claves secretas que hay que descubrir para entender la historia, pero no van por ahí los tiros, a mí lo que me interesa son las sensaciones que vas a tener cuando leas el cómic, lo que pasa es que el trabajo de la mente es entenderlo todo y hay cosas que salen de sitios no mentales, yo utilizo un método de creación más cercano al de un pintor abstracto que al de un escritor y por otro lado, no creo en el arte para listos, no hay nada que entender en el arte, y si te lo tienen que explicar o viene con discurso/reflexión a mí personalmente suele parecerme una mierda.

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Esto me recuerda a la crítica que hace unos días hizo Jordi Costa en El País sobre la peli "Holy Motors" que no sé si ya has visto. Decía: "…el problema no es que existan películas que no se entiendan: la peste de nuestro tiempo son las películas que se entienden demasiado, que subrayan y se sobreexplican, que matan toda ambigüedad". ¿Qué opinas sobre esto?

Creo que al hacer cómic es muy fácil darse cuenta de esto. Si ya lo he dibujado no voy a explicarlo con palabras también, además hay muchos cómics de los años cincuenta que hacían esto, texto y dibujo contando lo mismo y queda algo demasiado denso. Creo que en el mundo del cómic esto está ya muy aprendido y es fácil dar un paso más allá, supongo que en cine no es tan fácil llegar a esa conclusión, pero aun así estoy de acuerdo, la sobreexplicación es una peste.

Tus dibujos son muy limpios, casi se podría decir que son asépticos, y hay pocos detalles, o más bien los justos, y además dibujados con minuciosidad. Precisamente eso me hace pensar que todo lo que se ve es muy importante y que da claves para interpretar o adivinar el hilo conductor de la historia. Me obsesiona sobre todo en "La muerte…" una cajita con el yin y el yang que no para de abrirse y cerrarse, de llenarse y de vaciarse. ¿Tiene sentido algo de lo que digo o me estoy haciendo una paja mental?

Esa cajita lo único que indica es un paso en el tiempo, es una especie de elipsis, por lo demás te estás masturbando…

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Vale, hablemos de los colores. En las fábricas de tintas para cómics han notado desde que empezaste a publicar un pico de ventas brutal en el verde hospital. Ese color le desagrada a casi todo el mundo porque casi siempre está relacionado con malas experiencias, accidentes, muerte. ¿Utilizas tu paleta de colores como una especie de "fotografía" pero trasladada del mundo del cine al del cómic?

No sé, intento poner los colores que tienen las cosas, si estoy dibujando un quirófano el color tiene que ser verde quirófano, si alguien se está pudriendo le pongo un tono verduzco, la verdad es que me encanta ese color.

Cuando escribiste “Tú me has matado”, comentaste que estaba muy influido por la música, en especial con la americana de los 50 y 60 (incluso parece que sale por ahí Robert Johnson, esperando al diablo en un cruce de caminos…). De hecho, colgaste en Spotify una lista con las canciones que te acompañaron al dibujarlo. En tus dos últimas obras, ¿hay algo de música? ¿O solo un ruido blanco o el ruido de un microondas funcionando a lo lejos?

"No cambies nunca" también tiene banda sonora: NO CAMBIES NUNCA y para "La muerte en los ojos" hice una pero no la he publicado porque no me convence, tengo pendiente hacer una minilista para este tebeo.

Aparte de los cómics, sé que también te dedicas a la ilustración y a la pintura.

Como ilustrador, donde más a gusto me he sentido ha sido con Mong T-shirts y con Errata Naturae, casi todo lo demás han sido colaboraciones en prensa bastante esporádicas. Pintar es lo que hacía antes de tomarme los cómics en serio, me apetece volverlo a hacer, de hecho inauguro una exposición el 18 de abril en "Watdafac Gallery".

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Circula por ahí un vídeo de promoción de "La muerte…" que parece una especie de recreación de una de tus historias pero con un actor. ¿Tienes algo que ver con su realización? ¿Anuncia un futuro paso al vídeo o al cine?

Tengo muy poco que ver, a parte de la idea y de estar allí controlando que todo se hiciera a mi gusto. El mérito de este vídeo es de Manuel Bartual que ha sido el realizador y Julián Génisson que es el actor. Y la verdad es que sí, que me apetece probar en ese campo. Por un lado parece más fácil que hacer tebeos, no lo tienes que dibujar todo, y por otro más complicado, tienes que tratar con gente y no todo depende de ti, pero me he propuesto hacer un pequeño corto este año, simplemente para probar, para ver si me gusta.

La noticia de que David Sánchez va a hacer un corto me parece algo muy gordo. ¿Me puedes contar algo más sobre él? ¿Hay un guión? ¿Se basará en alguno de tus cómics? ¿Cómo de avanzado está el proyecto?

Poco puedo contar todavía. No es más que una intención, no hay guión, no hay proyecto, lo único que tengo claro es que no será una adaptación.

¡Amén!