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Música

Cuando el sexo deja de vender: El Bangerz Tour de Miley Cyrus

El sexo aumenta el tráfico, los clicks, la conversación y las miradas. Pero el sexo, y sobre todo el sexo sucio, también es algo que la gente del común no quiere que viva en sus hogares. Por primera vez en la historia, estamos viendo a esa teoría de...

La semana pasada, la arena O2 en Londres fue la sede de un espectáculo extravagante, no apto para menores, y completamente diferente a cualquier otro que haya albergado el foro en su historia. Afuera del lugar, en la plaza, las pantallas de video promocionaban los próximos conciertos de Il Divo y Barry Manilow, mientras que adentro, un perro de 15 metros de altura disparaba rayos láser de sus ojos, una cama enorme engendraba una manada de freaks vestidos con garras extremadamente reveladoras y una enana con tetas cónicas, y luego todos se ponían a bailar una rutina muy al estilo Glee. John Kricfalusi, el creador de Ren & Stimpy, debutó una serie de animaciones terroríficas que mostraban extremidades de dildos y bestialismo. Un viaje en hongos fue recreado con monstruos estilo Los Muppets, y algunos de los espectadores fueron invitados a frotarse entre ellos mientras los registraba una cámara "voyeurista".

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No, esta no era una retrospectiva de arte erótico contemporáneo. Esta es la gira Bangerz, en cuya cacofónica y demente cabeza se encuentra nadie menos que Miley Cyrus.

Ella empieza el espectáculo "masturbándose" sobre una Hummer, antes de atacar agresivamente su entrepierna mientras le grita al público "¡No se metan en lo que no les importa! ¡Soy una belleza sureña y estoy más loca que una cabra!”. Después, vuela por la arena montando un perro caliente gigante y en un interludio de video, aparece amordazada con cinta adhesiva en sus tetas y flores saliendo de su ano.

Cyrus es acusada a menudo de crear trucos publicitarios vacíos pero llamativos y tal vez ese sea el caso de sus presentaciones en la tele o en ceremonias de premiación. Pero a lo largo de dos horas, para fans que pagaron por estar ahí, se vuelve claro que su objetivo es crear algo mucho más atrevido: un mundo en el que la indignación de los tabloides, la psicodelia, unos Beanie Babies de tamaño real, el arte gonzo, sexualidad a la máxima potencia y un asombro infantil pueden coexistir. El arte dentro del show, supervisado en su mayoría por Kricfalusi, y los disfraces, diseñados por Roberto Cavalli, son el foco principal de esta extravaganza. Es como ver a dos ositos de peluche, tamaño real, follando.

Cualquier momento de descanso en este Disneylandia de pervertidos sexuales es interrumpido por las diatribas de Miley. Alaba los beneficios de la marihuana, pidiendo en varias ocasiones que el público le tire un poco de porro al escenario; denuncia a los antibióticos como inútiles y llama a las enfermeras que le trataron de dar antibióticos unas perras; mira directo a los ojos de los pubertos en primera fila mientras hace referencias pornográficas detalladas. Insisto: las diatribas de Miley pueden parecer maneras desesperadas de llamar la atención, pero más bien son un reflejo de su inhabilidad para moderar su propio discurso. Como puberta, se presentaba regularmente en frente de miles de fanáticos, lidiaba con extenuantes llamados para grabar su serie, y siempre tenía que estar lista para dar entrevistas o posar para lospapparazzi. Básicamente, fue programada para nunca sentir inseguridad o nervios. El efecto secundario de esto es que simplemente no conoce la barrera entre lo que piensa y lo que dice, y esto es evidente en esta entrevista que le dio a Jonathon Ross hace cinco años. Su boca es únicamente una válvula de escape para la presión que se acumula en su cerebro.

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El abismo entre lo que este espectáculo cree que es —una exploración artística e intelectual sobre la música, el erotismo y el flujo de conciencia, dirigido a un público maduro, crítico y agradecido— y lo que realmente es —un concierto de música pop atendido principalmente por niños confundidos y sus padres furiosos— sólo hace de espectáculo algo aún más surreal, porque a decir verdad, lo más entretenido del Bangerz Tour es ver al público lleno de adultos boquiabiertos junto con sus hijos confundidos.

"A la gente le enseñan a ver las cosas en blanco y negro, especialmente en los pueblos chiquitos. Me emociona llevar esta gira a lugares donde este tipo de arte no sería aceptado normalmente, donde los niños no aprenderían sobre este diferente tipo de arte," dijo Cyrus al principio del año. Los críticos parecen estar de acuerdo en que ella ha estado haciendo justo eso, y han llovido las reseñas que le dan cinco de cinco estrellas al Bangerz. Pero uno se pregunta si los miles de padres de familia que llevaron a sus hijos a la arena O2 sintieron que aprendieron algo sobre arte contemporáneo después de ver ese espectáculo.

Miley puede simular que está en una galería en Brooklyn en vez de en un show para todas las edades si quiere. Pero no puede fingir que le está yendo bien con la venta de boletos. En esta noche particular, había muchísimos asientos vacíos en la arena O2 e, inusualmente para una artista de su calibre, sólo tocó una noche ahí. Las cosas no han sido distintas en el resto de su gira europea, con boletos disponibles todavía en la mayoría de sus fechas próximas. En Estados Unidos, la venta de boletos para sus conciertos también fue baja, particularmente después de que la cogieron fumando vareta en cámara. Forbes calcula que probablemente no agotó los boletos de "más de la mitad de sus conciertos". Los tiquetes en sitios electrónicos de reventa costaban menos que su precio original, un indicador claro de que lo único que estaban tratando de conseguir para ese entonces era obtener algo del dinero invertido de regreso.

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Las ventas de sus discos también han sido sorprendentemente bajas. A pesar de haber sido nombrada como "la persona del año" por múltiples publicaciones, de tener una cobertura sin precedentes en el mundo de la música, del entretenimiento y de las noticias, y dos de los videos musicales más vistos de todos los tiempos, el álbum de Cyrus únicamente alcanzó la posición #71 de los álbumes más vendidos en el Reino Unido. Los discos de Alt-J, Kodaline, la cantante holandesa de jazz Emerald y hasta el violinista Andre Rieu (!) vendieron considerablemente más. Al álbum le fue un poco mejor a nivel global, pero estuvo lejos de estar dentro de los 20 discos más vendidos en 2013, una medida importante para cualquier artista trotamundos.

¿Cómo puede explicarse eso?

Para entender por qué Miley no está vendiendo nada, tienes que dejar a un lado todo lo que crees que conoces sobre Miley.

La creencia popular es que Cyrus, como casi todas las artistas de música pop de los últimos 30 años, usa el sexo para vender su música. O sea, básicamente es Madonna, sólo que en una versión un poco más cruda, menos consciente de sí misma y con peor música. Esto parece evidente. "Wrecking Ball" es una balada bien interpretada pero bastante superficial y olvidable que se convirtió en el noveno video más visto de YouTube porque estelariza a una Miley completamente empelota mientras se columpia sobre una metáfora bastante enredada. Miley permanece en el ojo público porque se la pasa enseñando su cuerpo todo el tiempo en público.

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Indudablemente ha ganado una gran cantidad de dinero por todos losplays que han tenido sus videos. "Wrecking Ball" y "We Can't Stop" se han reproducido más de mil millones de veces únicamente en YouTube. La mayoría de los estimados sugieren que ha ganado alrededor de $10 millones de dólares de esos dos videos. No son cantidades risibles, pero considerando lo increíblemente costosos que son los gastos de producción de sus presentaciones en vivo, de prensa y en general, aún necesita ganar dinero de ventas de discos y de las giras para sacar la cabeza, y ahí es donde la cosa se pone complicada.

El viejo dicho que dice que el sexo vende solía tener importancia cuando tenías que literalmente pagar por consumir un artista. No podías leer el libro Sex de Madonna sin comprarlo o ver Garganta Profunda sin ir al cine. Sí, los videos musicales siempre han sido de acceso gratuito, pero solían ser anuncios para un producto adquirible. Hoy en día, en cambio, la gente puede ver "Wrecking Ball" el número de veces que quiera sin tener interés alguno por el álbum de Miley. Puede tuitear lo que Miley representa para el feminismo hasta que se le borren las huellas digitales, pero sin un interés real en el proyecto final.

No existe garantía alguna de que toda la publicidad es buena.

Obviamente Miley no se va a declarar en bancarrota pronto, pero sin duda alguna como producto está teniendo un rendimiento bajo en comparación con el tamaño de su persona pública.

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The Guardian hizo un revelador reportaje sobre los fans de Miley que crecieron con ella desde que eran niños y que han seguido siendo sus admiradores hasta sus veintitantos. Pero la realidad es que esas personas son la minoría, y no puedes crear una base global de admiradores compuesta por ex-fanáticos de Hannah Montana, niños con padres extremadamente liberales, prensa rosa y periodistas musicales hipster.

Por primera vez, estamos viendo a esa teoría de que "el sexo vende" colapsarse. El sexo aumenta el tráfico, los clicks, la conversación y las miradas. Pero el sexo, y sobre todo el sexo sucio, también es algo que la gente del común no quiere que viva en sus hogares. Claro, es algo a lo que seguro quiere dar un vistazo rápido y después fingir que nunca lo vio, pero hasta ahí. Entonces, por los mismos motivos que han llevado a la pornografía a ser la industria más afectada por la piratería en internet, Miley está teniendo problemas para mantenerse al nivel de otras estrellas de pop que son más amigables para la familia. La industria musical depende cada vez más del poder adquisitivo de niños y sus mamás.

Todo lo anterior es una pena, porque todo el mundo debería de ver la gira Bangerz. Irónicamente, es uno de los pocos ejemplos de cultura masiva en los que el uso de imágenes sexuales se siente justificado artísticamente. Y es que su chiste no era nada más causar controversia y llevar gente morbosa a que llenara estadios, no; y sin embargo, tampoco que tuviera un efecto tan negativo en las ventas de boletas.

Así las cosas, tal parece que la única manera en la que Miley podría asegurar que la gente vea su creación más grande, y de paso de repente hasta recuperar la gigantesca inversión que hizo en la gira, es si regala la grabación en video de uno de sus conciertos.

Eso está por verse.

Sigue a @samwolfson