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Música

Hablamos con The Soft Moon sobre su nuevo disco, pesadillas apocalípticas y paz interior

Luis Vasquez también nos contó por qué tardó tanto en hacer unas remezclas para Trent Reznor.

Luis Vasquez lleva los últimos seis años creando música oscura e intensa bajo el nombre de The Soft Moon, recopilando sus miedos interiores y canalizándolos en sombrías composiciones viscerales que resultan inquietantes y estimulantes en partes iguales. Lo que empezó como un maligno proyecto post punk acabó convirtiéndose en una efervescente combinación de industrial, punk y EBM con dejes góticos. Su último álbum, Deeper, hace lo que su título sugiere: se zambulle en el pozo sin fondo del caos emocional de Vasquez, en el que "las viejas heridas se abrieron forzosamente y la rabia profunda y la paranoia se transformaron en canción".

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Vasquez se ha valido de su entorno para llegar a ese punto. Se crió en las solitarias tierras del desierto de Mojave, cerca del Valle de la Muerte, y solo años después empezó a explotar la perspectiva del forastero y a canalizar esos sentimientos en forma de grabaciones hechas en su piso de Oakland. Para la grabación de Deeper se trasladó a Venecia y Berlín, movido por un "impulso primario de apartarse del mundo y experimentar la soledad absoluta". Encontró consuelo en un estudio regentado por el productor Maurizzio Baggio —que ha trabajado, entre otros, con Crocodiles y EMA— y al que curiosamente habían puesto el nombre de Hate. De entre las montañas venecianas surgió un sonido que representa la realización completa de su visión.

Hablamos por Skype con Luis sobre su nuevo álbum y la influencia del histórico panorama musical de Berlín, su fascinación por el apocalipsis, sobre si The Soft Moon tienen sentido del humor y sobre por qué tardó tanto en hacer unas remezclas para Trent Reznor.

VICE: ¿Ahora resides en Berlín?

The Soft Moon: Sí, imagino que se podría decir que es permanente o, como mínimo, durante dos años.

¿Qué tal es, comparado con California?

La verdad es que es un estilo de vida bastante similar, con mucha actividad nocturna, bares y energía. También es una ciudad muy intrigante e inspiradora.

¿Fue su historia musical lo que te atrajo de Berlín?

Creo que su historia en general, porque lo cierto es que no conocía la cultura musical hasta que llegué aquí. Antes estaba más metido en la electrónica, aunque no tanto como ahora. Ahora me encanta. Es divertida, está por todas partes y no es fácil escaparse de su influencia.

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Esa influencia se nota mucho más en Deeper.

Es interesante, porque cuando compuse el disco estaba en Venecia, pero es curioso que haya salido más electrónico y bailable. Quizá ya lo tenía en el subconsciente antes de llegar aquí.

Deeper es un álbum mucho más oscuro que sus predecesores. ¿A qué se debe?

Berlín tiene un lado oscuro, sin duda, muy palpable. La primera vez que intenté vivir aquí, hace dos años, estuve tres meses y me pareció que la ciudad era demasiado oscura para ese momento de mi vida. Pero ahora que he evolucionado como persona y he salido un poco de aquella oscuridad, puedo vivir en este entorno sin que me afecte tanto como antes. Puedo controlarlo e incluso utilizarlo a mi favor, de alguna forma. Recibo influencia de todo lo que hay a mi alrededor, lo absorbo todo, no puedo evitarlo. De hecho, cuando estaba en Italia, procuré apartarme de todo cuanto pude, ya que quería que la inspiración llegara desde adentro, de todo lo que había absorbido hasta aquel momento de mi vida, pero aún así me seguía influyendo el entorno. Es inevitable.

Compusiste el álbum en Venecia y lo grabaste con Maurizio Baggio en las montañas de esa región. ¿Cómo contribuyó al disco ese estado de soledad?

Para la grabación del disco me di total libertad. No estaba rodeado de gente, así que dependía de mí mismo. Cuando estaba en Oakland, siempre tenía a mis amigos cerca. Cuando venían a verme les enseñaba fragmentos de canciones y escuchaba sus opiniones. Eso me afectaba. En Italia estaba cien por ciento solo y únicamente miraba hacia mi interior.

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Me gusta que el estudio se llame Hate. ¿Eso ayudó a que te decidieras a trabajar ahí?

La verdad es que no me enteré del nombre del estudio hasta quizá la tercera sesión, pero estaba genial, encajaba muy bien. Nunca le pregunté de dónde sacó el nombre, pero sé que cuando empezó a grabar trabajaba con bandas hardcore, así que vendrá de ahí.

Para mí, tus dos últimos discos tienen un sonido muy influenciado por la música industrial de los 80. ¿En qué medida tienes influencias de ese género?

Es pura coincidencia. Cuando me comparan con géneros o grupos, la mayoría de las veces no los conozco. No crecí escuchando ese estilo. Es más un rollo de almas gemelas. Es como si esos artistas y yo estuviéramos conectados de una forma espiritual.

En determinados momentos del disco, como con "Wrong" y "Feel", se me venía a la cabeza Nitzer Ebb.

Cuando empecé a trabajar en este álbum sí que tenía en mente un enfoque EBM. Me encanta Nitzer Ebb y esos ritmos EBM. Los descubrí solo hace unos diez años. Un hallazgo tardío, pero me han servido de inspiración porque me gusta hacer música que la gente pueda bailar, y el EBM es perfecto en ese sentido.

No puedo decir que baile tu música, pero sí que corro escuchándola…

Ya me lo han dicho unas cuantas personas, que corren o hacen ejercicio con mi música. No me sorprende. Hago música que me haga mover. Me gusta provocar eso, aunque la verdad es que no he probado hacer ejercicio escuchándola. ¡Sería un poco narcisista! [Risas]

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Remezclaste un tema para "How To Destroy Angels". ¿Te gustó trabajar con Trent Reznor en ese proyecto?

Sí, fue toda una hazaña. Estaba súper feliz. Para mí fue un gran paso adelante. Estaba muy nervioso por que Reznor me había enviado el material para hacer la remezcla y me había dado un mes para completar el trabajo. Me daba tanto miedo abrir los archivos y empezar a trabajar que esperé hasta el mismo día de la entrega. Ese día tenía que viajar a Nueva York, así que me levanté temprano y me puse en ello. Me llevó unas cuantas horas, y luego cogí el avión. Fue como una especie de sabotaje a mí mismo, pero al final funcionó.

En tu página de Facebook pones que el género de The Soft Moon es "postapocalíptico". ¿Qué te atrae tanto del fin del mundo?

Es una cosa extraña que experimento desde que soy un niño, unas pesadillas sobre el fin del mundo. En los sueños que he tenido a lo largo de mi vida, el mundo se acaba de 500 formas distintas. Ni siquiera yo entiendo mi fascinación por el tema, pero ahí está. Curiosamente, desde que estuve trabajando en este disco he dejado de tener pesadillas y de obsesionarme como antes con el fin del mundo. Supongo que esa obsesión antes era mi miedo a la muerte, pero he evolucionado y ahora estoy más tranquilo.

Quizá sea un poco pronto para decirlo, pero ¿crees que esta tranquilidad que acabas de encontrar te ayudará a dar forma al próximo disco?

Lo chistoso es que no planeo nada hasta el momento de sentarme a componer, pero mientras trabajaba en Deeper empecé a pensar en el próximo álbum. Creo que quiero ser más agresivo. Quiero hacer un disco realmente duro. Nunca se sabe, porque la idea inicial de Deeper era distinta al resultado final. Puede pasar de todo, pero si tuviera que ponerme a componer ahora mismo, probablemente sería muy agresivo.

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Has hablado del miedo. ¿La música te ayuda a controlarlo?

Sí, tiene un efecto terapéutico. Cada vez que escribo un tema, este me da información sobre mi vida y me aporta tranquilidad. Escribir algo basado en mi miedo me acerca un paso a la paz interior. Realmente no sé por qué me siento así, y la única forma de obtener esa información y sentir paz es expresarme musicalmente, volver a escuchar y aprender sobre mí a partir de esa información.

¿Crees que tu música es distinta cuando compones y no estás en ese estado de ánimo? Siempre me siento así cuando compongo. Es muy raro. Cada vez que escribo sale todo lo malo, surgen las emociones más oscuras, el miedo. Es como si no tuviera escapatoria, y me gustaría saber por qué.

La nota de prensa dice, "El álbum es la representación introspectiva de un hombre nuevo que trata de asimilar el implacable devenir de sus batallas internas contra el suicidio, la vulnerabilidad y la sanación". ¿Existe algún tipo de argumento narrativo en Deeper?

En este álbum no, a diferencia del anterior, Zeros, que era más conceptual. Cada uno de los temas de este álbum representa una forma de expresar mis sentimientos. El objetivo es la paz interior, y cada tema es un enfoque distinto de la misma batalla.

En Pitchfork leí que "The Soft Moon carece por completo de sentido del humor". ¿Estás de acuerdo con eso? [Risas]

Pues yo creo que a veces sí que lo hay. Es todo muy serio y yo me tomo mi trabajo muy en serio, pero creo que los experimentos que hago pueden tener un componente sarcástico. No me molestan las interpretaciones que pueda hacer la gente de mi música. Nadie tiene razón ni está totalmente equivocado.

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