¿Qué tan malo es aguantarse la pipí?
Ilustración por @sinmuchasfotos.

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Salud

¿Qué tan malo es aguantarse la pipí?

Los mitos y realidades de evitar lo inevitable.

Artículo publicado por VICE México.

Hasta en los lugares más recónditos se ha escuchado el mito del monstruo emplumado de los peligros urinarios. Ese oscuro espíritu en forma de enfermedades e infecciones que puede poseernos si decidimos no darle espacio a una de nuestras necesidades más básicas: hacer pipí.

Hace un par de años conocí de cerca a este monstruo. Estaba en una fiesta de música electrónica en un túnel de Guanajuato. Era una fiesta muy larga de cientos de metros. Ir al baño era una odisea sin regreso, eterna, sudada y fatigante, pero esos terrenos son los más fértiles para que el monstruo se haga presente. Una de mis amigas tenía ganas de ir al baño —muchas—, pero decidió empujarlas lo más que pudo para seguir disfrutando de la fiesta y de nuestro lugar, si bien no privilegiado, fijo y con buen sonido. A las dos semanas de esa fiesta, mi amiga tenía una grave infección en el estómago que la alejó de la fiesta y otros placeres de forma inmediata durante meses. Pero realmente, ¿qué puede suceder por aguantarse las ganas de orinar por una hora u hora y media?

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Mientras nosotros queremos resolver esta incógnita, los esfuerzos por seguir promoviendo la práctica se encuentran hasta en WikiHow, donde con pasos ilustrados te enseñan posiciones, procesos de meditación y posibles soluciones al problema, pero por más producidos que estos tutoriales estén, aguantarse las ganas de ir al baño no es bueno.

Uno de los mitos más grandes es que tu vejiga puede reventarse y a pesar de que por sí sola no lo haría —antes terminarías orinándote encima—, podrías ser más susceptible ante un impacto fuerte, como un choque, y tu vejiga podría explotar con mayor facilidad, llenando toda esa parte de tu cuerpo con desechos líquidos.

Recuerda que tu vejiga se puede transformar de tamaño, igual que tu estómago, esto quiere decir que puede cambiar sus dimensiones y mantenerse amplia o reducida, y activarse sólo con pequeñas cantidades. Esta sería una consecuencia que, aunque no es letal, a la larga podría resultar muy incómoda, desarrollando como peor escenario una incontinencia recurrente.



Todo está en el balance, mantente en medio. Nadie quiere que seas esa persona que se levanta al baño en lugares públicos como teatros o cines cada cinco minutos. Hartan. Puedes aguantar un rato, sólo no hagas de esto un hábito regular porque si decides hacerlo, terminarás por deformar tu vejiga y, en el peor de los casos, comenzarás a retener orina de forma sistemática, lo que creará una colonia de bacterias al interior, una presencia que terminará por contaminar tus vías urinarias y, si el universo no está de tu lado, tus riñones, creando el ecosistema perfecto para, además de infectarlos, poblarlos con un asentimiento de piedras.

Si has experimentado dolores en la pelvis y/o espalda, sangre al momento de ir al baño, náuseas, vómito o necesidad urgente de orinar, es probable que tengas una infección; debes acudir a un médico, recuerda que todas las enfermedades son tratables, y lo mejor es atenderse a tiempo.

Luis se aguanta las ganas de ir al baño de forma responsable, síguelo en Instagram.