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Salud

Aquí está la respuesta para saber si los antitranspirantes son malos o no

A pesar de la falta de pruebas el miedo continua.

Los rumores de los peligros de los antitranspirantes hacen que a mucha gente le den miedo. Tal vez ya hasta estás sudando de sólo pensar en eso: desde los años 60, los estudios han vinculado el aluminio, el ingrediente activo en los antitranspirantes, a varias enfermedades degenerativas y crónicas.

Así está la cosa: hay dos tipos de glándulas sudoríparas que saturan tus axilas. Las glándulas ecrinas producen el sudor que se escapa por los poros de la superficie de la piel. Las glándulas apocrinas se funden en los folículos capilares bajo la superficie. Los fluidos de estas glándulas se mezclan con bacterias (en tus axilas cálidas, oscuras y húmedas se forma el caldo de cultivo perfecto para las bacterias) y producen el desagradable hedor que llamamos olor corporal.

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Los desodorantes nada más perfuman tus axilas, pero los antitranspirantes contienen sales de aluminio que temporalmente obstruyen los poros y evitan que el sudor escape, dice Malcolm Brock, director médico del Centro de Trastornos del Sudor de la Johns Hopkins Medicine. A la gente le da miedo que el cuerpo absorba este aluminio, que en teoría interfiere con las células y puede causar enfermedades. Pero no hay ninguna conclusión científica.


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En 1965, los investigadores descubrieron que a los conejos que inyectaron con una solución que contenía fosfato de aluminio experimentaron una degeneración cerebral. Un estudio encontró altos niveles de aluminio en los cerebros de pacientes muertos por Alzheimer, pero una revisión sistemática no encontró evidencia clara de que los antitranspirantes aumentaran el riesgo de la enfermedad.

Otro documento generó miedo cuando encontró que la mayoría de los cánceres de mama se desarrollan en el área más cercana a la axila. Mientras que un estudio descubrió un vínculo entre el uso de antitranspirantes y el diagnóstico de cáncer de mama, otro no encontró ninguna relación en absoluto. El aluminio es tóxico en dosis extremadamente altas, pero la pregunta sigue siendo: ¿tu cuerpo absorbe lo suficiente de los antitranspirantes como para justificar que te deshagas de tu desodorante?

"Eso no es posible biológicamente", dice Teri Greiling, profesora asociada de dermatología en la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon. "No es posible que absorbas tu antitranspirante, tu piel está diseñada biológicamente para mantener alejadas todas las cosas malas, y realmente se esfuerza por hacer este trabajo. Es una barrera muy buena".

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La gente podría creer que la axila es más vulnerable a la absorción de aluminio debido a su alta concentración de glándulas sudoríparas, dice Brock, pero los poros sólo se abren en la superficie de la piel. Debajo de la superficie, tus poros, en su base, permanecen sellados. Eso significa que a pesar de que se rellenan de antitranspirante, tus poros no se abren para que los productos químicos pasen por ahí libremente.


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Además, tendrías que ingerir o absorber enormes cantidades de aluminio para experimentar sus efectos neurotóxicos. Los adultos en Estados Unidos consumen entre siete y nueve miligramos de aluminio por día a través de los alimentos, pero eso no les causa ningún miedo. Y los investigadores tienen que infundir el aluminio directamente en las torrente sanguíneo de las ratas durante varios años antes de que puedan ver cualquier efecto, dice Greiling. "Así que no se compara con lo poco que estamos expuestos al aluminio en las axilas".

Pero por ejemplo, los antitranspirantes sí cambian las bacterias que crecen en la piel. Una investigación que se publicó el año pasado mostró que las personas que usan antitranspirantes tienen menos bacterias que las personas que se ponen desodorante o nada en absoluto. Y la corynebacteria, que es la responsable de olor corporal, sólo se encontró un 14 por ciento en las personas que usan antitranspirantes en comparación con el 62 por ciento de las personas que van al natural.

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La advertencia es: las corynebacterias te hacen oler, pero también te protegen de los patógenos, por lo tanto tener menos no es necesariamente bueno. "Estás haciendo que el ambiente sea más hostil para el crecimiento de bacterias, ese es el objetivo general, porque de ahí viene el olor", dice Greiling. "Nuestro microbioma hace cosas maravillosas por nosotros, pero no pasa nada si cambiamos el equilibrio de esta zona".

El miedo continua a pesar de la falta de pruebas y las declaraciones desacreditan estas afirmaciones. El Instituto Nacional del Cáncer cita "no existe ninguna evidencia científica" que vincule a los antitranspirantes con el desarrollo del cáncer de mama. La Asociación del Alzheimer afirma que "los estudios no han podido confirmar que el aluminio juega algún papel" para causar la enfermedad. De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) hace poco propuso la prohibición del triclosán, un antibiótico antibacteriano en muchos jabones de manos y desodorantes. "Debido al triclosán, nunca recomiendo desodorantes en lugar de antitranspirantes", dice el Dr. Greiling. "No confío en ellos".


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Pero el miedo a enfermarnos nos alarma, y es reconfortante culpar a estas condiciones de algo que podemos controlar. Muchas pruebas demuestran que los hábitos tan sencillos como comer muchas frutas y verduras, hacer ejercicio y evitar las grasas animales disminuyen los riesgos de la salud.

"Pero esos cambios de estilo de vida", dice Greiling, "son más difíciles de hacer que cambiar tu marca de antitranspirante o desodorante".