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Las diferencias raciales como síntoma de creación y singularidad

Fenomenología contemporánea: lo político-estético a través de las obra multimedia de Elia Alba

Series de retratos, vídeos y performances exploran la multiplicidad de la vida. Devenires que suscitan variaciones, expansiones y conquistas, desafiando cualquier categoría definida. A través de fotografías y esculturas, Elia Alba explora la fenomenología contemporánea de lo social. Fenómeno rizomático que no acepta identidad, semejanza o analogía. Atravesada por las ideas filosóficas expuestas por Gilles Deleuze y Felix Guattari en su obra seminal Mil Mesetas: Capitalismo y Esquizofrenia, esta artista multidisciplinaria reinventa al ícono, posicionándolo bajo la lente de un perspectivismo estético-político que capta las diferencias raciales como un síntoma de creación y singularidad.

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El discurso visual de Alba es un hecho social que enfatiza la compresión de coyunturas. A través de diversas prácticas visuales, esta artista multimedia pone en tensión los sistemas de representación que fijan y naturalizan diferencias, cuestionando y problematizando las aparentes fronteras de la identidad intercultural.

Esto podía denominarse estilo, o más bien, la falta de él. Momento en que una imagen ya no se define por lo que se ve ni por lo que significa, sino por lo que produce, estalla, incendia en la mente y en el cuerpo. En la obra de Alba, las imágenes no son un lenguaje universal sino un correlato a partir del cual el lenguaje construye sus propios significantes.

“El contenido de mi obra trata de colapsar y desafiar categorías. Tomo referencias de todo lo que me rodea, lo cual incluye mi historia familiar, mi contexto, mis amigos, mis experiencias, viajes, filmes, mitologías, cultura pop … las fronteras son fluidas.”

Por medio de una practica que combina la fotografía y la escultura, Alba desmantela los engranajes de la cultura y el poder, revelando el funcionamiento de las lógicas hegemónicas que operan en los contextos socio políticos contemporáneos. Los retratos de Alba exploran una escena híbrida que reúne diferentes culturas y formas de expresión tales como el artista interdisciplinario David Antonio Cruz, la pintora Mickalane Thomas, la escultora Lina Puerta, la fotógrafa LaToya Ruby Frazier o las hermanas Iglesias, por mencionar algunos.

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Elia Alba, The Dreamweaver (Chitra Ganesh), 2013.

“A través de retratos, ya sean en fotografías o esculturas, buscó crear nuevas narrativas a partir de ideologías regionales y globales que, juntas, forman nuevas.”

A través de series de retratos, esta artista explora flujos en continua mutación, escapando a cualquier código establecido. Un campo social animado por toda clase de movimientos que afectan a un grupo según ritmos distintos. Alba aborda las diferencias raciales con provocación y ambigüedad. Ejemplo de ello lo podemos explorar en proyectos como Onnagata (2003), Doll Heads (2001), Tourists & Urbanites (2005), Twins & Queens (2006), Prototypes (2010), Harlem Postcard (2013), Dolls (2013-2014); manifestaciones fotográficas y escultóricas que operan como máscaras que construye identidades móviles; hibridaciones que nos obligan a pensar y cuestionar qué sucede cuando los significados de raza, género o edad son derrumbados y descodificados: ¿Qué tal si fuera ese otro que desdibuja mi yo traspasando los límites que delinean mi identidad?

Capacidad mutante capaz de introducir fragmentaciones visuales siempre nuevas. Estados de intensidad pura y cruel donde toda determinación es puesta en cuestión. Aquí nada es representado todo es vida y es vivido. No es identificarse con personajes sino con devenires. The Supper Club, proyecto vídeo-fotográfico donde artistas, historiadores e intelectuales se reúnen en una cena organizada por Alba, explora la diversidad cultural y la falta de apertura de los medios de comunicación.

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The Supper Club surge como una manera de dar voz a los retratados, generando un diario de cenas, discusiones y diálogos. Al respecto, Robin Kelsey, historiadora de arte apunta: “sí la calle es un lugar de encuentros azarosos, ajetreo y protesta, la cocina es un lugar de intimidad … la cocina es un santuario delicado, vulnerable para tratar con la violencia, el prejuicio y el miedo a lo exterior.”

La organización del espacio, los objetos y los cuerpos pierden entonces sus determinaciones privilegiadas en provecho de un espacio multidimensional que no cesa de cambiar las posibilidades del sentido. The Supper Club experimenta un espacio complejo, heterogéneo, anárquico donde converge lo trivial y lo cultural, lo publico y lo privado, lo histórico y lo actual, lo imaginario y lo real formando una constelación de sentidos inexplorados.

En los últimos cinco años este proyecto ha registrado serie de cenas, conformando una historia oral de la que se desprende un archivo de conversaciones en torno al racismo, la inmigración a Estados Unidos y diversos temas contemporáneos que abordan la problemática de género, política y raza. Fugas más no contradicciones. Fugas que no se trazan en la imaginación sino en el propio tejido de la realidad política social y estética del arte contemporáneo. Maquinal movimiento de producción social que capta sufrimientos, vértigos y afecciones, reinventando cada gesto. Sin sentido fijo, la obra de Alba experimenta una polivalencia óptica que atraviesa el significado, desatando todo tipo de relaciones inusitadas.

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Aquí puedes ver más de la obra de Eli Alba

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