"¡Fuera muro, fuera yanquis!": Así recibió México la presidencia de Donald Trump

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"¡Fuera muro, fuera yanquis!": Así recibió México la presidencia de Donald Trump

"Proponemos el boicot de manera solidaria: en vez de Walmart y Coca, que sea la tiendita y las aguas de sabor del mercado".

Había 370 manifestaciones citadas para repudiar a Donald Trump en el mundo, el día que tomara la presidencia de los Estados Unidos de América. En la Ciudad de México se lanzaron distintas convocatorias, aunque todas se propusieron actuar como un espejo de las marchas en el país vecino.

Allí, en la capital, Washington, las protestas fueron reprimidas por la policía a escasas cuadras de dónde se realizaba el desfile para su investidura, fiesta a la que se accedía sólo con entrada. Los Black Bloc lideraron las manifestaciones de la mañana del viernes 20 de enero: la imagen de una limusina negra en llamas con la leyenda "we the people" firmada con una A dentro de un círculo pintadas en dorado, inundó las redes como símbolo de esa resistencia callejera, en un estado que mayoritariamente no apoyó a Trump en las elecciones que lo llevaron a la presidencia. Más de 200 personas fueron detenidas en esta manifestación, luego de que la policía usara gas pimientas y granadas aturdidoras para reprimir a la gente, según informó la agencia AP.

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Hombre lee el periódico del día, antes de que comiencen las movilizaciones en contra de la toma de protesta de Trump.

En las marchas de la Ciudad de México no fue el Bloque Negro el protagonista, sino las organizaciones de migrantes y de las familias que han sufrido la parte más dura de la guerra contra el narco: la desaparición forzada de alguno de sus integrantes.

"México fue convertido en el chivo expiatorio de las fallas estructurales del modelo económico y político de los Estados Unidos. Se culpa a México y sus migrantes por el desempleo, la precariedad, la falta de servicios básicos y perspectivas de mejoramiento para grandes sectores de la población estadounidense", explicaron quienes llamaron a una concentración en el Ángel de la Independencia a las 11 de la mañana.

"Estamos en el Ángel en actitud espejo, apoyando las marchas y manifestaciones en Washington, Nueva York, California, Texas e Illinois", explicó María García, vocera de la coalición binacional contra Donald Trump, que lleva un año y 4 meses de fundada.

Policía de tránsito cruza la Av. Paseo de la Reforma durante la manifestación en contra de la presidencia estadounidense.

"El gobierno mexicano hace afirmaciones sin fundamento, dicen que están preparando programas de retorno, pero ¿con qué presupuesto? De eso no hay nada concreto", explicó García. Marco Antonio Castillo, de la Asamblea Nacional Popular de Familias Migrantes completó su idea: "las comunidades están preocupadas por los anuncios de Trump de una deportación masiva de latinos de Estados Unidos, porque los lugares dónde viven mantienen los mismos niveles de desempleo, desarraigo y desplazamiento que obligaron a sus familiares a irse. Sigue sin haber opciones para ellos en sus lugares de origen. En México, el gobierno no ofrece una defensa clara de sus derechos ni tampoco protección para su retorno. Es evidente el fracaso del gobierno federal y su mal enfoque con relación a la migración, porque ignora una demanda clarísima de las comunidades por movilidad humana, en pos de dar prioridad a los acuerdos comerciales."

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García explicó que desde los pueblos de Estados Unidos se propuso una campaña llamada "Un Día Sin Migrantes" que "busca demostrar la fuerza que tenemos en materia laboral y económica, que pagamos impuestos y consumimos, pero obtenemos los menores beneficios por parte del gobierno estadounidense. Proponemos el boicot de manera solidaria de los productos norteamericanos, que miremos hacia adentro y hacia abajo, que en vez de Walmart y Coca, sea la tiendita y las aguas de sabor del mercado. Que aquí consumamos lo que aquí se produce y así mostrar nuestro apoyo", explicó García.

Manifestantes se reflejan en una parada de autobuses de Paseo de la Reforma durante la manifestación en repudio al nuevo presidente de EU.

"Muchos dicen que lo único que ha hecho Trump es desnudar lo que siempre ha estado ahí. Pienso que así viviremos los problemas que traiga, porque Obama también actuó muy mal en el campo de la migración", las palabras pertenecen a Marta Sánchez Soler, socióloga y activista internacionalmente reconocida, que preside el Movimiento Migrante Mesoamericano, que entre otras cosas es el encargado de organizar la caravana de madres de migrantes desaparecidos, que desde hace doce años recorre México en busca de los que faltan.

De los que faltan. Por ellos se acercó también María Herrera, fundadora de la organización Familiares en Búsqueda, una de las principales promotoras de la Brigada Nacional de Búsqueda de personas desaparecidas que, casi al momento en que Trump asumía el poder, comenzaba su trabajo por tercera vez, ahora en el estado de Sinaloa, dónde buscarán fosas clandestinas durante los veinte días que siguen.

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Un hombre con máscara de Trump protesta contra la nueva presidencia de EU.

"A partir de la guerra lanzada hacia México, hemos sido los familiares, la sociedad, quienes hemos sufrido en carne propia la ausencia de los nuestros y la corrupción de los gobernantes. Todo esto viene de Estados Unidos, que en vez de atender este fenómeno como un problema de salud y de consumo de drogas, enfocan la guerra hacia México. Nuestros gobernantes la han aceptado, diciendo que vienen para darnos mayor seguridad, pero estamos viendo todo lo contrario. ¿Quiénes nos han propiciado mayor dolor? Poner al Ejército en las calles fue como soltar una jauría de leones hambrientos".

Entre la gente que se convocó a la concentración se acepta la idea de que mucha de la gente que migró de México lo hizo huyendo precisamente de las condiciones que la guerra contra el narco les trajo hasta la puerta de sus casas. Y que siendo trabajadores internacionales se los denosta, en vez de recibirlos. "Al humillarlos a ellos, nos humillan a todos los mexicanos", explicó un concurrente a la movilización.

Manifestante contra la toma de protesta de EU camina sobre Paseo de la Reforma con una bandera estadounidense marcada con una esvástica y la leyenda "Trump Fascista".

Ruben Figueroa es coordinador sur- sureste del Movimiento Migrante Mesoamericano y conoce la frontera sur de punta a punta y también los estragos que el programa que lleva ese mismo nombre ocasionó con el tránsito de la gente por ahí. Ese mismo que logró que en el año 2015 México deportara a más centroamericanos que los que deportó Estados Unidos. El Plan Frontera Sur pasó el control del flujo migratorio a México, buscando evitar que la gente llegue siquiera al Río Bravo.

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Figueroa explicó que en estas fechas, diciembre/enero/febrero, siempre se da un incremento del flujo migratorio y que prevén que para la segunda semana de febrero de 2017 haya mil personas entrando desde Centroamérica a México, rumbo a Estados Unidos. A pesar de cualquier amenaza que venga desde el güero que ocupa el sillón del nuevo gobierno. "Los migrantes no lo ven así, no salen más pronto de sus países por las amenazas del muro, sino por las violencia que viven en sus ciudades", explicó Figueroa.

Manifestante camina durante la marcha contra la asunción de la presidencia de Trump.

A pesar de que el muro ya existe y fue construído durante la presidencia de Bill Clinton, lo clave de las palabras antes citadas es que la migración es un hecho imparable.

"Entendemos que el gobierno mexicano está usando a los migrantes centroamericanos como moneda de cambio. Si en México se afloja el control que ha venido practicando durante los últimos dos años, si afloja las deportaciones y la persecución en la ruta migrante, eso presiona en la frontera norte. No consideramos que con esta actitud se esté defendiendo a los migrantes, que en las mesas de diálogo nunca están en primer plano, sino que nos obliga a pensar en la fuerte crisis migratoria que vamos a vivir de este lado."

Figueroa explica que además de ese flujo constante de gente que viene del sur, se sumarán los propios mexicanos o centroamericanos que una vez deportados por las políticas anti - todo de Trump, vuelvan a emprender el camino de los mojados.

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"Calculamos que aproximadamente el 70 por ciento de los deportados hacia Centroamérica engrosaría las filas de los que ya están saliendo – entre 800 y mil personas por día – para intentar nuevamente llegar a los Estados Unidos. Lo que tenemos en frente es una crisis migratoria muy fuerte que expondría a los migrantes ante el crimen organizado, que hoy tiene tomadas todas las rutas al norte".

La virulencia de las manifestaciones en Washington no tuvo su repercusión en México, aunque sí se quemaron muñecos y se edificaron muros de cartón frente a la embajada de Estados Unidos. El portal Noticias MVS y también otro llamado Reporte Vial, publicaron que hubo personas detenidas por la policía en esta ciudad, pero no logramos confirmar si continúan detenidos o liberados o si serán acusados de algo. MVS sostiene que "policías de proximidad detuvieron en la calle Dinamarca entre Chapultepec y Reforma a varios jóvenes que portaban objetos para agredir", y el otro publicó que "personal de la Secretaría de Seguridad Pública detuvo a siete personas que realizaron disturbios y rompieron los cristales de una unidad del Turibus en el Paseo de la Reforma poco antes de la Avenida de los Insurgentes".

Uno de los manifestantes con máscara del actual presidente estadounidense pinta sobre el suelo "FUERA TRUMP. FUERA MURO. FUERA YANQUIS

Mientras en la Casa Blanca todo continuaba según el protocolo previsto, y el nuevo presidente apoyaba la mano en la Biblia para jurar los honores a rendir a la patria, en la ciudad chilanga se armó la segunda movilización, a las 4 de la tarde. Esta fue la de las organizaciones comunistas y troskistas, quienes desfilaron con sus decenas de banderas rojas rechazando la injerencia yanqui en América Latina y pidiendo a la vez la salida de Peña Nieto, que no logra ya zafar de estar presente en los cánticos de ninguna marcha que reclame lo que sea. "Trump ganó, Peña lo ayudó", resumían los carteles.

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El Frente Popular Francisco Villa Independiente marchaba al comienzo, luego la Asamblea de Barrios, el Movimiento de los Trabajadores Socialistas y las feministas de Pan y Rosas. Hasta un grupo de estudiantes anticapitalistas del CCH sur.

Mujer frente a una máscara que se quema frente al Palacio Nacional, como protesta contra la asunción al poder de Trump.

Adrián tiene 63 años y viene marchando y vendiendo el periódico de su organización, Izquierda Revolucionaria. Explica que Trump significa "la parte más descompuesta de la etapa actual de la globalización, de cabeza reaccionaria, pero con un discurso que busca atacar los efectos  de esa misma política, como si él no tuviera nada que ver", dice.

Es cierto que, en su discurso de asunción, Trump agarró para ese lado:

"Cada decisión sobre comercio, impuestos, inmigración, asuntos exteriores, será para beneficiar a los trabajadores estadounidenses y las familias estadounidenses. Debemos proteger nuestras fronteras de los estragos de otros países que fabrican nuestros productos, roban nuestras compañías y destruyen nuestros empleos. La protección conducirá a una gran prosperidad y fortaleza. (…) Seguiremos dos reglas sencillas: comprar estadounidense y contratar estadounidense".

Acto seguido pasó a desprenderse de los vicios de la clase política:

"Durante demasiado tiempo, un pequeño grupo en la capital de nuestro país ha cosechado las gratificaciones del gobierno mientras el pueblo ha sobrellevado el costo. Washington se enriquecía, pero el pueblo no compartía su riqueza. Los políticos prosperaban, pero los empleos se iban y las fábricas cerraban. Las victorias de ellos no han sido las victorias de ustedes. El establishment se protegía a sí mismo, pero no a los ciudadanos de nuestro país. Los triunfos de ellos no han sido los triunfos de ustedes. Y mientras ellos festejaban en la capital de nuestra nación, las familias esforzadas a lo ancho de nuestro país tenían poco que celebrar".

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Peronas rodean una máscara que se quema frente al Palacio Nacional, como protesta contra la asunción al poder de Trump.

Palabras de Trump. Sus primeras acciones fueron más mundanas: firmó un decreto para que uno de sus ministros pueda asumir —James Mattis, alias "el Perro Loco" es un ex militar con menos de siete años de retiro al que se lo postula para liderar el departamento de Defensa y para asumir la jefatura civil del Pentágono— y designó por decreto que el 20 de enero se conmemore el Día Nacional del Patriotismo en Estados Unidos.

El decreto que preocupó a todo el mundo, sin embargo, fue uno que "alivia la carga del Obamacare a medida que pasamos al revoca y reemplaza", según anunció su secretario de prensa, sin responder más detalles. El Obamacare es el sistema de salud creado por el anterior presidente saliente, que obliga a todos los habitantes del país a tener seguro médico. Medios de todo el mundo indican que este decreto es el primer paso para desmantelar ese sistema de salud pública.

Todo lo que prometió Trump, va a cumplir, dicen. Es más, Laura Carlsen, columnista de política internacional y directora del Programa para las Américas del Center for International Policy de México, cree que sus primeros movimientos y nombramientos —un gabinete compuesto por hombres blancos multimillonarios, sin latinos, con un solo negro y pocas mujeres— muestran que su gobierno será más extremo que la campaña para acceder a él.

Trabajadores de la Ciudad de México barren la leyenda escrita en el piso, "FUERA TRUMP.FUERA MURO. FUERA YANQUIS".

Habla Carlsen: "México es un país altamente dependiente de los Estados Unidos, con décadas de dependencia, que hace que los cambios allá afecten aquí su economía. El gasolinazo y los programas de austeridad tienen que ver con un programa de blindaje anti-Trump, en el que el pueblo paga por la incapacidad del gobierno mexicano de evitar su embestida. Para eso, México mantiene su relación en buenos términos con un presidente racista, anti-mexicano, anti-migrante y anti-mujer."

Carlsen explica que la ansiedad de ver a Trump en el poder es manifiesta en la gente, porque en su país se lo percibe mayormente como un tipo desequilibrado que probablemente no logre completar sus cuatro años de gobierno. Su gabinete, sin embargo, es el sector empresarial gobernando ya sin intermediarios.

Manifestantes guardan su equipo de sonido al terminar la marcha contra la presidencia de Trump.

"El único camino es buscar una resistencia nacional y binacional que ayude a reducir esa dependencia", dijo y refirió a que en Estados Unidos es localmente, a nivel de los estados, dónde ya se ensayan respuestas ante los embates del nuevo presidente. Carlsen contó que algunas comunidades se declararon opositoras a la caza de migrantes y anuncian que actuarán como "santuarios", oponiéndose a su deportación.

Así lo resumió Marta Sánchez: "Deberíamos ver con mayor claridad la cantidad de alianzas que podemos tender con otros grupos en Estados Unidos. Tenemos muchas y muy diferentes. Esto no puede ser un movimiento de mexicanos contra Trump, sino de las clases oprimidas contra Trump. Una forma de unirnos, una resistencia contra el neofascismo que nos tocó vivir."