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Television

Genial o condescendiente: Una reseña crítica de 'Conan Without Borders'

Revisamos escena por escena el show que el comediante presentó en la Ciudad de México.

Creciendo en Tijuana sin Canal 5, fui sujeto a ver los talk shows gringos desde muy pequeño. Disfrutaba ver como actores que reconocía o no tenía idea quienes eran, perdían el glamour en las entrevistas, aportando a la payasada que es la industria del entretenimiento norteamericana. Pero Conan O'Brien siempre destacó del resto, con su altura ridícula y pelo un poco más ridículo el pálido irlandés tuvo gran influencia en el desarrollo de mi sentido del humor. Todo esto tendría sentido cuando descubrí de joven que había escrito algunos de los mejores episodios de Los Simpson, incluyendo una de las mejores canciones de la serie, y seguramente la mejor canción jamás hecha sobre un monorriel.

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Siempre estuve con Conan, hasta cuando Jay Leno se robó su programa apoyé su campaña de fans Team Coco para que TBS lo rescatara y le regalara un espacio en su canal. Y gracias a eso, el mes pasado Conan O'Brien pudo visitar México para grabar un especial similar al que hizo en Cuba y Corea del Sur, pero a diferencia de esos capítulos, Conan por primera vez mostró una postura política al venir a nuestro país en tiempos de tensión y hacer lo que mejor sabe hacer…el ridículo. Sentí un poco de decepción al enterarme que Televisa estaría a cargo de la producción, pero pensémoslo por un segundo, Conan lleva 20 años con el mismo staff televisivo y solamente Televisa podría ofrecer el espacio, equipo y experiencia para llevar a cabo este programa. Lo cual dice mucho más sobre el estado de la televisión Mexicana que sobre la decisión de Conan por trabajar con el chamuco de la caja idiota. Sobra decir que casi lloro cuando Loret de Mola lo bombardeó con preguntas como: "JUAT DU AMERICANS THINK ABAUT MEXICO?"

Antes de comenzar esta reseña creo dejar claro que es obvio mi sesgo a favor de Conan y su sentido del humor, por lo cual invité a David Murrieta, jefe de plataformas en VICE, y al guionista Chema Solari para ayudarme a generar una nota más balanceada. Dicho esto, espero que alguna de nuestras opiniones resuenen con ustedes, disfruten esta disección de Conan Sin Fronteras:

Chema: Podría inventar toda clase de historias, que en retrospectiva me hicieran ver bien. Pero el primer late night que vi como niño fue el de Jay Leno en el canal NetPack (creo que así se llamaba) de Multivisión. Nada menos cool que ello. Bajaba de puntitas en casa de mis papás  y ponía la tele de la sala a suficiente volumen para que pudiera escuchar y que ellos no se despertaran. Era motivo de regaño y castigo, pues estaba prohibídisimo desvelarme o despertarme tarde para ir la escuela.
Como pre-puber, Leno se me hacía lo más original y cagado. Tenía una sección donde resaltaba los errores chistosos en las noticias de los periódicos y era lo que esperaba con más ansías. Jay, con su peculiar quijada y forma de cara era mi máximo. Fui creciendo y recuerdo cuando Jay entrevistó a un político de derecha y en su alarde de patriotería me movió algo: Este vato se sentía conservador. Algo seguro. Eso fue todo lo que me tomó para dejar de considerar a Leno como alguien gracioso. Entonces,  ¿qué vería ahora entre semana, aquellos días de escuela cuando no pasaban SNL?

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La respuesta era una que vendría con un desvelo aún mayor: Late Night with Conan O'Brien. El show de Conan O'Brien era lo más pinche extraño, ágil e inteligente que haya visto en mi vida. Era un punk, un visionario y un pinche raro. Situación que me sacó mucho de pedo, porque yo sólo lo conocía por hacer bailar a Bart Simpson en aquel episodio del Niño 'Yo no Fui'. De ahí nació una obsesión, que tardaría años en desarrollar totalmente hasta que tuve internet.

Conan es responsable de muchas de las cosas que me gustan en la actualidad. Su estilo absurdo forjó mi sentido del humor al igual que muchos de otros tipos raros que seguro eran sus amigos. Es alguien importante para nuestra generación. Gracias a Conan tenemos a genios de la talla de Louis C.K., Robert Smigel (SNL), Greg Daniels (The Office, King of the Hill), Al Jean (The Simpsons), Dino Stamatopolous (Community) y un montón de gente interesante. Conan, en mi nerdez de la comedia, ha sido siempre importante y he tenido toda clase de ideas encontradas al respecto. A lo largo de este texto, trataré de explicar un poco sobre ellas.

David: Desde los 1930s la "línea" con México no luce para nada como esa caseta de madera con tres oficiales de uniforme arrugado en medio del desierto. De hecho, hoy en día existen tediosos puntos de revisión para salir por tierra de EU donde eres primero examinado por agentes de inmigración fuertemente armados para después cruzar la frontera y ser inmediatamente revisado por oficiales de aduana mexicana. Tampoco contamos con pueblos polvorientos a la viejo oeste. Ya desde hace décadas conocemos el concepto de la carretera de asfalto y las edificaciones de concreto. Sin duda un gran producto de MKT para el mercado televisivo latino, que es la audiencia que más consume. Pero, y el respeto a la frontera. ¿Pa' cuando?

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Joey: Conan es un payaso profesional y en gran parte basa su comedia en las caricaturas. Este setting de la entrada a México es completamente irreal y caricaturesco lo cual funciona para su programa pero sí presenta un México que no existe. A lo largo del programa no volvemos a ver este México falso; no es una decisión que se tomó por ignorancia sino por estética.  Pudieron haber hecho este intro de varias maneras pero no hubiera funcionado igual. Tampoco creo que el sketch sea demasiado chistoso pero la intención es muy buena; Conan está usando los comentarios de Trump sobre los mexicanos para describirse a sí mismo y tratar de mitigar tensiones desde el principio. Pero en sí, es una manera medio débil de empezar cuando lo más chistoso de tu sketch es una botella de SOLSCREEN.

Chema: La cosa con Conan es que su comedia funciona mejor cuando él es el underdog. El bocazas más listo que nunca está en la posición de poder y no tiene miedo de enfrentar a la posición de autoridad. Ese fue uno de los temores que tuve desde que se anunció este proyecto y desde la primera escena. Es el país underdog contra el comediante underdog, lo cual pone a Conan en desventaja, y es la razón por la que siento que el cold open no funciona. Probablemente el mejor chiste fue el de Taco Bell, que no sólo fue una puntada cultural divertida, sino que también funcionó como integración de marketing. ¡Ka-ching!

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David: ¡Woooow! Gracias por venir a México y tratar de hablar español. Wooow. ¿Cómo le hace? Qué gringo tan espectacular. La exclusiva audiencia invitada no paraba de subir fotos a sus redes desde el estudio de grabación del show. Yo no escucho la misma cantidad de aplausos cuando cruzo la frontera y hablo ingles, pero seguro debe de ser porque perdí la Green Card que valida mi esfuerzo. Aún así, muy buena su comparación de Trump con Slim.

Joey: Aquí es donde Conan Brilla como el sol rojo que es. No solo los chistes son tan sencillos y al grano como lo suelen ser en inglés, pero las inflexiones de voz, los tonos, las énfasis, todo lo hizo a la perfección. Las maniobras verbales y físicas que lo distinguen están presentes cuando grita "¡Qué lástima!" o cuando se acerca a la cámara para explicar que el chiste anterior fue sobre su "Pene pequeño". El último chiste del monólogo es un golpe directo a Trump a costa de Slim, un humor con el que todos podemos identificarnos como mexicanos. Puede que no te guste su sentido del humor, pero lo hace como un ídolo.

Chema: Dos cosas me llaman la atención aquí. Conan siendo el veterano profesional de mil batallas que sabemos que es; desarrolló junto con su equipo un monólogo mucho más contundente y dinámico de lo que que hacía en años. Probablemente le sirvió salir de su zona de confort: hay cierta energía nerviosa que funciona en este contexto. Los punchlines maravillosos y el hecho que cayeran tan bien hablan de que la comedia bien estructurada es un ritmo universal y que habla a los instintos más básicos, primitivos y por ende humanos. Se agradece la intención de hablar en español, pero hay cierta parte de mi que no deja de sentirlo como un acto ligeramente condescendiente.

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El otro, es algo que puede parecer no es muy importante, pero que ha sido de lo que más me ha llamado la atención de toda su visita: Conan fue criado como católico, situación que sin duda influenció su comedia y perspectiva a lo largo de los años (Stephen Colbert, extrañamente también lo es y es devoto a la fecha) y se dirige a un país cuya identidad se basa en esta creencia. No es accidente ese pequeño persigno o solicitar la clemencia de un ser supremo: quiere a la gente de su lado.

David: He aquí el hombre encargado de encontrar el lado más optimista de la presidencia de Trump en acción. Ya me imagino los putazos que le hubieran dado a algún chistosillo mexicano que saliera a botear al Centro Histórico para recolectar dinero para la construcción del muro. Hasta lo hubieran linchado para las cámaras de TV Azteca. Pero supongo que fue la altura de Conan. Digo son 7 centímetros más que yo, y sin contar los millones de mexicanos blancos y gigantes que ya vivimos en este país, nunca se había visto alguien tan alto en las calles de la ciudad.

Joey: Como alguien que tiene que salir a hacer este tipo de segmentos a la calle, me doy cuenta de inmediato que lo más efectivo es verte llamativo de una manera de inofensiva. Conan se beneficia de su estatura y palidez para que la gente se acerque de buena gana con él, y su manera de abordar al público es bastante agraciada. La alcancía que saca para las donaciones del muro es adorable, un prop muy patético y a su vez hilarante. Cuando Conan rechaza la oferta de ponerle amor a la alcancía se le sale lo gringo pero a un efecto bastante gracioso. En la versión completa del sketch que salió en televisión vemos a un señor tomarse un selfie con Conan tres veces, y esto podría tomarse a mal como "este güey no lo deja en paz" pero este tipo de programas se mofan de estas personas sin importar donde las están entrevistando. Buena bola.

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Chema: Sin duda lo mejor logrado de todos los segmentos. Conan parece un extraterrestre de un planeta de personas increíblemente pálidas, altas y delgadas y el contraste con la gente de entrada produce un efecto cómico interesante. Funciona también que es probable que 99% de las personas que lo encontraban en la calle, a diferencia de los Estados Unidos donde es una figura popular, no lo conocían. Comedia como la suya siempre ha prosperado en la anarquía y no se podía haber ideado un escenario más caótico.

David: Abuelita y el tío Tony, que sintonizaron desde Centro, California, no pudieron haber estado más contentos. Conan es un gran entertainer, como lo son las telenovelas, así que la combinación era ganadora. Que siempre olvidara el sombrero fueron puntos extra.

Joey: Esta fue mi parte menos preferida de todo el programa. Conan ha hecho este tipo de cosa antes, pero la falta de sentido del humor de Televisa y sus trabajadores es muy notable. El mejor chiste explícito es que Conan olvida su sombrero en cada escena; el chiste implícito es que Conan es tantito más blanco que los productores y actores la telenovela, haciendo notar una vez más lo poco inclusivo que es el canal cuando se trata de representar a su misma gente. Conan se pudo haber ahorrado esto, o dejarlo en el cuarto de edición. Hay otros sketches que saldrán próximamente que pudieron haber reemplazado este, como los quinceaños en los que Conan fue el padrino de la niña, o el segmento en el que juega una cascarita de fut con un equipo callejero y les lleva a Giovani Dos Santos (la parte más emotiva de su visita).

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Chema: Precisamente el hecho de estar en una situación tan ajena y poco graciosa es lo que convierte esto en algo gracioso. Es deliciosamente incómodo y absurdo, como Conan lo fue en el antaño. En este aspecto Conan pudo haber sido mucho más condescendiente y haber hecho un berrinche porque la gente de la novela no entendía su sensibilidad cómica ( ¿Cómo? ¿Los guionistas de Televisa no escribían para National Lampoon? ¿¡Cómo se atreven?!), pero demostró ser un jugador de equipo y por ende un buen tipo. Bien ahí Conan.

David: ¿Quien conoce la marca de mezcal que se empina el Diego con el Conan? Está padrino el diseño y se ve que no raspó, ha de ser del caro. También hablaron de morras. Porque a huevo. Eso hacemos los mexicanos: pisteamos todo el día y tenemos un chingos de viejas. LOL. Pero Diego es a todo dar, y es rifado. Lo hemos visto crecer desde las novelas hasta Star Wars; necesitamos lucir a lo mejorcito que tenemos. Y aunque nunca está demás recordarnos el respetuo mutuo, el público latino en EU fue el más beneficiado con esta entrevista.

Joey: Diego Luna me cae bien, pero últimamente está muy consciente de sí mismo. No podemos juzgarlo, acaba de ser estrella de Star Wars y parece que le esperan muchos otros papeles pesados, pero es de los paisanos que ya no se sienten tan paisanos, como si su orgullo nacional estuviera más fundamentado en la nostalgia de vivir en México. Aun así Conan trabaja con lo que puede, tirando chistes casuales y haciendo bien sus preguntas. La entrevista se tornó seria al hablar sobre migración pero aunque sea un talk show cómico, el venir a México a hacerlo es tan significativo que era imposible no tener uno de estos momentos.

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Chema:  El amor por Diego Luna es probablemente la única cosa en la que está de acuerdo todo México. Es la figura más querida dentro de la cultura pop, le cae bien a tu abuelita que todavía lo recuerda de algún horrendo programa televisivo y también a tu sobrinito por salir en Rogue One. ¿Quién más podría estar aquí? ¿Louis C.K.? Nadie lo conoce. ¿Salma Hayek? No trae ningún proyecto de alto calibre reciente. Luna ya es un veterano del circuito del late night y su entrevista funciona en todos los niveles.

David: Vicente Fox es el hombre que le da esperanza a todos los mariguaneros del país: Hombre exitoso, presidente de una república, figura pública y lo más parecido que tenemos a la expresidencia de Barack Obama. Con unos buenos chismes sobre Rex Tyller y un gran punto de reflexión sobre los trabajadores ilegales en EU, Abuelita seguramente estaba brincando de alegría. Sin embargo ese discurso cansador de Fucking Wall…

Joey: Me duele decirlo pero Fox me cae bien. Hubiera sido genial que fuera así de valeverga cuando estuvo en los Pinos. Pero también peca de oportunista. Desde que Trump anunció el muro, Fox ha insistido en insultar a Trump por twitter usando una retórica todavía más estúpida que la del actual presidente de EU, y lo hace por los retweets como una tweetstar cualquiera. Pero bueno, en esta ocasión Fox le regala unas botas estúpidas y horribles a Conan que puede o no den risa, lo mismo hizo en su primera visita con Bush Jr. Donde Fox si me ganó fue hacia el final del segmento donde saca una enchilada para hacer un ejemplo visual de una metáfora, voltea a ver la enchilada y se ríe de su propia mamada. Y sacarle el dedo a Trump fue su momento de talk show como cuando Tom Cruise brincó en el sofá de Oprah, oro televisivo.

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Chema: La cosa con la comedia es que no todos tienen que ser el tipo chistoso. Seguro, a todos nos gusta la idea de robarnos la cámara, las risas y el corazón de la gente, pero esta siempre funciona cuando todos entienden su lugar y tienen la misión de llegar al mismo lugar. Parece que a Don Fox nunca le pasó el memo o se saltó la clase de improv donde dieron esta lección básica, porque lleva siendo años el payaso más desdeñable y desechable que ha dado el país. Oportunista, simplón y lleno de chistes de tío, este hombre es lo peor que le ha pasado a la comedia en mucho tiempo y esta ocasión sólo sirvió para refrendar esta idea. Horrendo.

David: ¿Qué chingados acabo de ver? Esto es de lo mejor que sucede cuando la cultura mexa y anglosajona se encuentran. Kudos a los realizadores. Y Casandro ahí, que ahora vive en Texas, cubriendo las necesidades de marketing.

Joey: Sí, esto es un estereotipo, pero es un estereotipo basado en la realidad. A los mexicanos nos maman las luchas. Aceptamos la teatralidad, el pseudodeporte y la ridiculez de la lucha libre como parte de nuestra cultura a la vez sintiendo algo de pena incómoda por lo que representa: El mexican curios. Su invitado especial no es extraño para nosotros aquí en VICE, Cassandro ya fue sujeto de uno de nuestros reportajes de Miscelánea Mexicana. Es curioso que hayan invitado a Cassandro en lugar de Blue Demon Jr. pero se agradece; es un tipo simpático que representa muy bien al migrante mexicano en Estados Unidos. El disfraz de Conan y el personaje que crea (The Crazy Rooster) es excelente. Es uno de los vestuarios más chistosos en la historia de Conan, incluyendo el Oso que se masturba. Cuando Conan finge vencer a los luchadores mexicanos en fila no pude evitar reírme, y menos pude evitar soltar carcajadas al ver a Andy Richter vestido como El Bebé Malo. Algo cliché, pero muy bien bajado.

Chema: Estaba preparado para detestar este segmento con toda mi alma hasta que vi a Cassandro, el instructor de lucha de Conan. ¡Verguísima! Que cabrón que en un canal como TBS salga un pedo tan transgresor y colorido como un vato moreno andrógino y chaparrito con el pelo pintado como señora cincuentona, maquillaje exagerado y una horrenda bata. Es el sensei, el maestro sabio de todo el folclor contemporáneo pero visto desde el prisma de una pesadilla en ácido. The Crazy Rooster sigue una de las más hermosas tradiciones de Conan, sus extraños personajes de los noventa, nombres como Alien Deadhead, Masturbating Bear, Jewbaca, Robot on a Toilet, Pimpmaster5000 entre otros. Andy siendo Andy fue uno de los momentos más brillantes y hermosos de toda esta aventura. ¡El Bebé Malo! Lo que daría porque ambos personajes se volvieran parte de la mitología arcana de Conan. 12/10.

En conclusión

David: El entretenimiento es válido en todas sus formas. Y siempre se agradece que extranjeros decidan pasar tiempo aprendiendo de los locales. Quizá podamos aprovechar la atención que está llegando al país, y mostrar nuevas curas, nuevas formas de presentarnos ante ellos como la sociedad desarrollada en la que nos hemos convertido, y menos del Platanito Show que ahora transmite desde Los Angeles.

Joey: Desde Calibre 50 haciendo la música incidental hasta Vicente Fox sacando el dedo, Conan vino a hacer historia. Sí, lo hizo de la mano de Televisa, sí le faltó un toque más auténtico, pero Conan no se dedica a enaltecer el estándar de la televisión gringa. Al contrario, juega por encima de los paradigmas establecidos del late night talk show y se excede en sus propias payasadas. México no ha tenido a un Conan, y Estados Unidos solo tiene uno, entonces se agradece las buenas intenciones que tuvo este comediante que no tiene miedo a ensuciarse las manos y meterse al ring. Ahora a ver cuando les mandamos a Adal Ramones, y de una vez que se quede allá.

Chema: Conan nunca dejará de ser alguien importante en muchas de las cosas que más me apasionan en la vida. Bajo su mando, muchos de los más grandes talentos de la comedia han florecido. El tipo es un genio. Pero es un genio cuyo momento más trascendente a nivel artístico ya pasó. Quien se crió con el Conan de los noventa lo ve con un cariño enorme, una voz extraña que te hacía sentir menos, el más punk de la comedia. Lamentable o afortunadamente, eso ya pasó hace mucho tiempo. Nuestros punks de la comedia ahorita son Eric Andre o Dan Harmon y Justin Roiland. Y eso está bien, estoy seguro que el mismo Conan estaría de acuerdo con ello. La visita a México de Conan no fue para quienes de niños nos desvelábamos en nuestro privilegio de cable de clase media en México. Es para una nueva generación de personas que apenas lo conoció y probablemente se de cuenta que hay comedia inteligente, que te exige. Y eso es más valioso que ser una figura de culto. ¿Quién sabe? Tal vez en Televisa a alguien se le prendió un foco al verlo y hará algo increíble. Tal vez uno de sus ejecutivos ya no se sentirá en necesidad de hacer "chistes de jotitos" (con esas palabras me lo dijo a mi uno de los principales escritores de comedia). Le dio una plataforma gigantesca a Sofía Niña de Rivera y eso está cabrón. Lo de Conan para mí fue como que me llegara una invitación para la boda de una novia que amé con todo el corazón. Me sentiría feliz para ella y los suyos, pero no fue mi momento.