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Estos delfines rosados están muriendo frente a la costa de Hong Kong

Diversas actividades humanas, como la ampliación del aeropuerto internacional de Hong Kong y el denso tráfico de ferries, están destruyendo el hábitat del delfín rosado, según distintos grupos ecologistas.
Imagen vía Hong Kong Dolphin Conservation Society
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Los delfines rosados de Hong Kong parecen tener los días contados.

Los famosos delfines blancos chinos — popularmente conocidos como delfines rosados debido a la brillante tonalidad rosa que muchos individuos presentan en su adultez — están desapareciendo a gran velocidad de las costas hongkonesas debido a la acción humana que está alterando su ecosistema.

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En 2005 había 158 individuos viviendo en la zona del puerto de Hong Kong. Hoy sólo quedan 60, según un informe elaborado por el Proyecto de Investigación de Cetáceos de Hong Kong.

Los delfines llevan viviendo en el estuario del río de las Perla los últimos 400 años y actualmente han establecido su hogar en la parte occidental de la isla de Lantau de Hong Kong, donde se han convertido en una importante atracción turística.

Los delfines nacen negros y cambian gradualmente de color, primero a gris y finalmente a blanco. Algunos de estos animales consiguen en cambio un brillante tono color rosa debido a la presencia de vasos sanguíneos cerca de la piel que ayudan a mantener fríos sus cuerpos.

"En realidad, hay una gran cantidad de variación de color entre los delfines blancos chinos en función de su edad, sexo, o ubicación geográfica", explica Lisa Ballance, Directora de la División de Investigación de tortugas y mamíferos marinos en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Centro Científico de pesca del sudoeste en La Jolla, California. "Así que algunos delfines son más rosados que otros y el significado adaptativo de el color sigue estando poco claro".

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Estos delfines son miembros de la especie de delfín jorobado del Indo-Pacífico [Tursiops aduncus] que viven a lo largo de la región del Indo-Pacífico, la mayoría en estuarios costeros.

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Aunque el delfín jorobado del Indo-Pacífico no es una especie amenazada, "existe un riesgo de extinción para muchas de sus poblaciones locales, incluida la que habita en Hong Kong y en el estrecho del este de Taiwán", de acuerdo con Samuel Hung, presidente de la Sociedad de Conservación de Delfines de Hong Kong.

Los delfines se enfrentan a un flujo constante de amenazas, entre ellas la construcción de puentes, la contaminación del agua y la falta de presas debido a la sobrepesca. También hay que tener en cuenta que altas concentraciones de contaminantes ambientales se han encontrado en los cuerpos de los delfines muertos, según Hung.

"[Los delfines] suelen aparecer con regularidad en las aguas del norte y oeste de la isla de Lantau, y durante temporadas en las aguas del sur", relata Hunt. "Sin embargo, debido a la construcción del puente [de Hong Kong-Zhuhai-Macao] y otras amenazas existentes, su aparición en aguas del norte se ha reducido drásticamente en los últimos años".

Los ferries también son una grave amenaza para los delfines. Un informe de 2011 realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) en Hong Kong, señaló el tráfico de ferries a alta velocidad en la ciudad eran una de las principales causas de muerte de estos animales, que aumentaron un 48 por ciento entre 1999 y 2010.

Samantha Lee, directora asistente de conservación en WWF-Hong Kong, declaró en noviembre: "cada día los animales marinos tienen que lidiar con transbordadores de alta velocidad y enormes barcos, soportar las obras de construcción del puente Hong Kong-Zuhai-Macao, y aguantar el ruido y la contaminación del agua".

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Sin embargo, esta población de delfines no está solamente disminuyendo debido a que algunos individuos están muriendo. Hung dice que algunos grupos se han trasladado a aguas chinas, mientras que otros permanecen en Hong Kong, pero han tenido menos éxito en la reproducción debido a la alteración de su hábitat.

Varios proyectos de construcción en curso también contribuyen a la destrucción del hogar de los delfines, en particular la construcción de una nueva pista de aterrizaje en el aeropuerto internacional de Hong Kong, lo que podría afectar a 1.600 acres de los fondos marinos donde los delfines blancos chinos residen.

En 2011 el WWF-Hong Kong identificó en Hong Kong más de 4.900 acres de hábitat de delfines destruidos o alterados durante los últimos 20 años a partir de diversos acontecimientos.

"Los esfuerzos de conservación en Hong Kong no son demasiados", expresa Hung. La Sociedad de Conservación de Delfines de Hong Kong ha estado monitoreando a los delfines durante largos períodos de tiempo y pretende "reunir más apoyo público para luchar contra algunos de los proyectos de desarrollo" que amenazan la supervivencia de los delfines.

WWF también ha pedido al gobierno de Hong Kong adoptar determinadas medidas de conservación para proteger a los delfines blancos chinos. La organización ha solicitado que el Parque Marino de Lantau Suroeste modifique sus diseños e incluya más áreas protegidas, y también ha reclamado a las comunidades pesqueras para que colaboren en la gestión de las áreas protegidas.

Autoridades de Hong Kong anunciaron el año pasado que el parque marino de 5.900 acres estaría protegido de actividad pesquera, el tráfico de ferries, y de interrupciones de ruido. Sin embargo, nada de esto se establecerá hasta que finalizar la ampliación del aeropuerto, que podría demorarse incluso hasta el 2023.

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