Anastacia Marx de Salcedo en el supermercado habitual en el que compra el redactor del artículo. Todas las imágenes por Matthew Zuras.
Las mezclas de ensaladas se mantienen frescas gracias a la tecnología de atmósfera modificada.
Aquí el sagrado guacamole inmortal.
La marca de zumos Minute Maid fue originalmente concebida para los soldados estadounidenses destacados en la Segunda Guerra Mundial. Claro que los zumos nunca llegaron a tiempo.
Las cenas envasadas modernas son descendientes de las comidas congeladas, inicialmente concebidas para nutrir a aquellos soldados que se embarcaran en vuelos de avión transoceánicos.
Hasta las Pringles han sido producto de la ingenuidad militar.
La carne envasada fue concebida para alimentar a un mayor número de tropas.
Carne enlatada.
Incluso Chef Boyardee era un envase de racionamiento.
Estos sobres fueron diseñados para reemplazar a las latas de aluminio.
Hasta la comida para bebé se empaqueta a día de hoy en sobres.
Gracias al ejército por haber inventado esto.
Y gracias también por esto.
Estas tortillas de harina se conservan frescas gracias a la tecnología de preservación.
Han tenido que pasar muchas cosas —aunque quizá no tantas— hasta llegar a la ración D.
Y finalmente llegamos al pasillo de los panes.
El ejército había procurado al papel de aluminio toda clase de utilidades en tiempos de guerra, mucho antes de que se convirtiera en uno de los productos habituales en la cocina de cualquier familia.