En Agua Caliente, Guatemala, Rodrigo Tot, líder indígena del pueblo Q'eqchi, se ha convertido en un sinónimo de lucha por las tierras indígenas. Este año, recibió el Premio Goldman, el Premio Nobel de la lucha por el medio ambiente, "por la defensa de su pueblo y de su tierra."Después de la muerte de sus padres, cuando él tenía 12 años, se mudó de la Ciudad de Guatemala a Agua Caliente, en El Estor, donde aprendió sobre la agricultura, y adquirió un gran amor por su tierra.
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En 1972, una nueva legislación en Guatemala, obligó a los campesinos a pagar 4,500 dólares por los títulos de propiedad, mismos que empezaron a pagar sin recibir ninguna seguridad de que las tierras pertenecían a ellos, y que liquidaron en 2002. Sin embargo, los folios que acreditaban el derecho de las tierras se perdieron, y el gobierno les exigió un proceso judicial para la reposición de éstos.
Capturas por el autor.
Tras estos actos de corrupción por parte del gobierno de Guatemala, Rodrigo Tot comenzó una lucha por la defensa de las tierras Q'eqchi. En Latinoamérica, ser un activista ambiental ha sido otro de los principales problemas que se viven en la región. En los últimos años, han asesinado a varios activistas, incluyendo a la hondureña Berta Cáceres, los mexicanos Isidro Baldenegro, e Idelfonso Zamora, entre otros, 450 entre 2010 y 2014, según Global Witness.En 2012, uno de los hijos de Tot fue asesinado en un camión con dirección a la Ciudad de Guatemala, en lo que pareció ser un asalto, aunque Tot piensa que fue una estrategia para silenciarlo. "Jamás olvidaré la pérdida de mi hijo, pero yo sigo luchando", afirma Tot a The Associated Press.Además del problema de los títulos de la tierra, el gobierno guatemalteco, en los años 60, comenzó a otorgar permisos a empresas multinacionales mineras para la explotación de la región de Agua Caliente, que es rica en oro y níquel, metal que en ese tiempo, su precio había despegado y se volvió un metal bastante atractivo para empresas que buscaron un lugar en la región, principalmente la empresa minera Fénix.
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Después de un declive en el precio del níquel, las empresas se fueron alejando de la región, hasta que en 2006, regresaron para seguir explotando las tierras, luego de que el metal recuperará su fuerza económica. Con la oposición de los campesinos, las fuerzas de seguridad de la empresa (Fénix), comenzaron a desalojar a los indígenas, y Rodrigo Tot, con la ayuda de las organizaciones Indian Law Resource Center, y la Defensoría Q'eqchi, comenzó una denuncia en contra del gobierno por violación de tierras indígenas.En 2011, la Corte de Constitucionalidad de Guatemala reconoció los derechos de la comunidad Q'eqchi, y ordenó al gobierno reponer los títulos de propiedad perdidos. Pero hasta la fecha, el gobierno no ha acatado estas ordenes, por lo que el caso ya fue presentado en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde están evaluando la situación.
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