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Para alguien que sufre miedo escénico cuando tiene que hacer un pedido largo a la pizzería, la idea de hablar en un programa de radio en directo es horripilante. ¿Y si suelto un ronquido cuando me río y me oye todo el país? ¡Da igual! Me han dicho varias veces que tengo "cara para la radio", así que escribí mi respuesta: "¡Claro, me encantaría!", y la envié.Día 2De camino a la radio, me sentí como cuando estoy a punto de quedar con alguien para coger: nervioso, algo escéptico y absolutamente preparado para salir disparado por la puerta si las cosas se tuercen.Después de saludar a todos, me trajeron un vaso de agua que no tardé en derramar por la mesa. La mesa de control se salvó apenas… ¡Una de las clásicas cagadas de Mikey! No se me da muy bien el lenguaje corporal, pero de alguna forma sabía que los presentes en esa sala ardían en deseos de matarme a microfonazos.
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