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Mujer es violada en un tren. Los demás pasajeros solo observan

"Cuantas más personas presencian una agresión, es menos probable que alguna intervenga y ayude", explicó una experta en el efecto espectador.
Trenes de la Autoridad de Transporte del Sureste de Pensilvania, Filadelfia, estacionados en las cercanías de la estación de 30th Street, el miércoles 19 de junio de 2019.
(AP Photo/Matt Rourke)

Los presentes en el lugar no hicieron nada, excepto filmar con sus celulares, cuando un extraño violó a una mujer en un tren cerca de Filadelfia la semana pasada, dice la policía.

Fiston Ngoy, de 35 años, fue acusado de violación, agresión sexual, agresión indecente agravada y una letanía de cargos más después de que un empleado de la Autoridad de Transporte del Sureste de Pensilvania (SEPTA) en Estados Unidos notara que "algo no estaba bien" con una mujer en el tren y llamara a la policía, según la agencia de noticias Associated Press. Pero la gente en el tren “fue testigo de este horrible acto” y no llamó al 911, dijo un portavoz de SEPTA.

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El video de vigilancia en el caso del tren muestra a Ngoy intentando tocar a la víctima mientras ella intenta alejarlo, según los investigadores. Ngoy luego empujó a la mujer hacia el piso, le arrancó la ropa y la violó. El ataque sexual duró ocho minutos, según las autoridades.

"Estoy horrorizado por aquellos que no hicieron nada para ayudar a esta mujer", dijo este fin de semana el superintendente del Departamento de Policía Timothy Bernhardt, según el New York Times. "Todo aquel que haya estado en ese tren debe mirarse al espejo y preguntarse por qué no intervino o por qué no hizo algo".

Sin embargo, el "efecto espectador" es bastante común.

"Cuantas más personas presencian una agresión, es menos probable que alguna intervenga y ayude", dijo Heather Hensman Kettrey, profesora asistente de la Universidad de Clemson que ha estudiado el efecto espectador y las formas de enseñar a las personas a contrarrestarlo. "La gente tiende a pensar que alguien más va a hacer algo".

"El problema es que, cuando todo el mundo piensa eso, nadie hace nada", dijo.

Ana Bridges, profesora de psicología de la Universidad de Arkansas que ha estudiado el efecto espectador, dijo que hay cuatro condiciones que deben cumplirse para que un espectador intervenga. Las personas deben notar que algo anda mal, confirmar que lo que está sucediendo es peligroso, decidir que tienen la responsabilidad de detenerlo y, finalmente, reconocer que tienen las herramientas necesarias para hacerlo.

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"Eso significa que hay muchas variables que pueden salir mal", dijo Bridges. Si una sola de esas condiciones no se cumple, la gente tiende a no intervenir.

El concepto mismo del efecto espectador tiene sus raíces en otra historia de agresión sexual: la de Kitty Genovese, una camarera de 28 años que fue robada, violada y asesinada frente al edificio donde vivía en Queens, Nueva York en 1964. Se dice que sus vecinos no hicieron nada para detener el ataque en su contra, aunque hay investigaciones recientes que revelan que algunas partes de la historia de lo que le ocurrió a Genovese son falsas.

"Durante más de media hora, 38 ciudadanos respetables y respetuosos de la ley en Queens vieron a un asesino acechar y apuñalar a una mujer en tres ataques separados en Kew Gardens", decía un artículo del New York Times escrito dos semanas después de la muerte de Genovese. Un policía le dijo al Times que le desconcertaba que tanta "gente buena", aparentemente, hubiera ignorado los gritos de auxilio de Genovese.

Sin embargo, los investigadores descubrieron que, de hecho, solo unas pocas personas pudieron haber "visto" el ataque. Además, al menos dos personas dijeron que llamaron a la policía, y una salió para ayudar a Genovese y la sostuvo mientras moría. Aun así, el efecto espectador es completamente real y particularmente difícil de vencer en casos de agresión sexual.

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“Vivimos en lo que se ha denominado como 'una cultura de la violación', donde nos adscribimos a muchas narrativas culturales que esencialmente exoneran a los agresores, culpan a las víctimas y hacen que el entorno sea hostil para las víctimas”, dijo Kettrey. “No siempre reconocemos la agresión sexual. No siempre empatizamos con las víctimas de agresión sexual".

Si bien el relato policial del ataque en el tren es evidentemente atroz, las agresiones sexuales no suelen ser tan obvias. Con frecuencia son perpetradas por personas que la víctima conoce, no por extraños violentos.

“Aunque los precedentes tienden a ocurrir en presencia de otras personas, las violaciones en sí tienden a ocurrir en privado. La situación más común es que, en algún momento, el agresor aísle a la víctima”, dijo Bridges. "De hecho, gran parte de nuestro trabajo se centra en tratar de reconocer las señales previas a la agresión, cuando todavía es posible que haya oportunidad de que los transeúntes intervengan".

Además, en situaciones que parecen tornarse en una agresión sexual, a las mujeres regularmente se les enseña a ser sumisas y discretas, en lugar de combativas, dijo Bridges.

"Eso está cambiando, creo, con las generaciones", dijo. “Pero históricamente, se les ha dicho algo como, 'Solo trata de no irritar a la bestia y escapa lo más rápido que puedas. No hagas una escena'. Es una gran estrategia de supervivencia, pero hace que sea muy difícil intervenir".

Los documentos judiciales muestran que Ngoy tiene programada una audiencia preliminar el próximo lunes. La víctima es "una mujer increíblemente fuerte", le dijo Bernhardt a una filial local de CNN.

"Presentó su denuncia, proporcionó mucha información y se está recuperando", dijo.