Salud

Este cardiólogo rescata marcapasos de cadáveres para reutilizarlos

"Podría encontrar un diamante que valiera millones, pero eso no me estimularía tanto como encontrar un dispositivo que tiene 10 años de vida".
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traducido por Daniela Silva
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Imagen: Koji Yamamoto 

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Daniel Mascarenhas recuerda el día exacto en que se le ocurrió la idea.

"Una de mis pacientes tenía un marcapasos y murió", dijo el cardiólogo de Easton, Pensilvania, recordando el evento de 2002. "Estaba un poco molesto. Le pusieron un marcapasos, dos días después se murió y la enterraron con el marcapasos".

Mascarenhas, de 64 años, está acostumbrado a que sus pacientes estén enfermos y, a veces, mueran. Pero ese día, le preocupaba lo que seguía vivo: ese dispositivo del tamaño de una menta en su pecho, que continuaría sonando durante muchos años. Es mucho dinero, pensó, sin mencionar la tecnología para salvar vidas, enterrada a dos metros de profundidad.

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Después de ver el mismo escenario una y otra vez, el médico indio-estadounidense de buenos modales ideó un plan. Llamo a las funerarias. "Cada semana, cuando no tengo nada mejor que hacer, en lugar de jugar al golf, llamo y averiguo si tienen dispositivos", dijo. Si tienen, le pide permiso a la familia para que un mortero retire el dispositivo del cuerpo.

Cuando recibe los marcapasos, lava la sangre y el tejido y los esteriliza en una solución antimicrobiana. Luego calcula la vida útil restante de la batería en el dispositivo, con la esperanza de que le queden por lo menos cinco años para que alguien pueda usarlo. "Y luego, una vez que hago eso, los empaquete y los envío a India", dijo.

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Esterilizando los marcapasos. Imagen: cortesía de Mascarenhas

Cada año, aproximadamente un cuarto de millón de personas reciben marcapasos en Estados Unidos. Pero en la India, el número es mucho más pequeño, cerca de 40,000. Eso es menos del 0.003 por ciento de la población. "En la India, no hay una red de seguridad", dijo Mascarenhas. "Entonces, si no tienes el dinero, si eres de los barrios pobres, estás muerto".

Los dispositivos para salvar el corazón son caros. Un marcapasos cuesta 6,000 dólares y un desfibrilador está alrededor de los 28,000 dólares, más dinero del que ven los indios de bajos ingresos en su vida. Y los dispositivos duran aproximadamente 10 años. Cuando un paciente muere, el dispositivo suele ser enterrado con el paciente, aún completamente funcional, tratando de activar un corazón muerto en un cuerpo muerto. "La parte triste", dijo Mascarenhas, "es que podríamos reutilizarlos en este país reesterilizándolos, pero nadie lo quiere hacer, porque somos una tierra donde estamos acostumbrados a desperdiciar".

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Mandar marcapasos por correo no es una opción, dijo Masacarenhas, porque podrían robárselos o terminar en manos de los oficiales de aduanas. Así que generalmente le pregunta a personas que conoce si pueden llevárselas a Mumbai. Él les dice cómo empaquetar el dispositivo para que no se vea sospechoso. "Si lo pones en medio de la maleta, puede parecer una bomba porque están en circuito cerrado", dijo.

Mientras tanto, dos médicos en la India recogen los marcapasos del otro lado, uno de ellos es su excompañero de clase. "Dan era mi superior en la escuela de medicina", dijo el cardiólogo Yash Lokhandwala, quien también dijo que él ve personalmente lo que pasa cuando los pacientes no reciben marcapasos. “Los pacientes están cansados, tienen dificultad para respirar, mareos, desmayos y, finalmente, se mueren. Pasa mucho".

"Somos una tierra donde estamos acostumbrados desperdiciar".

Una vez que Lokhandwala recibe los dispositivos en India, se esterilizan nuevamente, esta vez con gas de óxido de etileno. Luego su equipo los implanta. “Entonces, si lo reutilizo en un paciente que no puede pagarlo, y que aún le quedan cinco años para usar esa batería, puede comenzar a hacer planes para el futuro. Lo tengo bien pensado”, dijo Mascarenhas.

A medida que su misión ha crecido, sus amigos se han ido involucrando. Ken Metzger, su vecino y paciente, era un ávido jugador de golf y le encantaba mantener intacto su jardín. Pero tuvo problemas de insuficiencia cardíaca durante 17 años y finalmente necesitó un marcapasos. El marcapasos no pudo arreglar su corazón, pero le permitió disfrutar de sus pasatiempos favoritos: jugar al golf y volver a casa para cortar el césped. Lo mantuvo feliz y activo.

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Metzger murió hace dos meses después de una larga batalla contra la insuficiencia cardíaca. A pesar de su dolor, su familia sabía lo que él hubiera querido: donar su marcapasos para el proyecto. "Fue muy bueno", dijo Sharon Metzger, la esposa de Ken, sobre Mascarenhas. "No podríamos haber pedido una mejor atención".

Sin embargo, existe un pequeño problema: todo esto no es exactamente legal. La FDA prohíbe la reutilización de marcapasos: están designados como "dispositivos de un solo uso". A pesar de que Mascarenhas sigue el proceso de esterilización al pie de la letra, la FDA no puede garantizar la esterilidad una vez que el dispositivo deja el empaque, y un dispositivo implantado que se infecta puede ser catastrófico para un paciente. Además, no hay leyes federales que especifiquen quién es el propietario de un marcapasos implantado y, por lo tanto, quién tiene el derecho de donarlo. En teoría, el paciente, el médico, el fabricante y la aseguradora pueden reclamar dispositivos médicos usados.

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Una carta de una familia agradecida en Mumbai cuyo familiar está vivo debido a un marcapasos reutilizado. Imagen: cortesía de Daniel Mascarenhas.

La FDA ha estado en el expediente indicando que potencialmente ofrecerían un "certificado" de aprobación para reutilizar un marcapasos si se pudiera probar la seguridad y la eficacia del dispositivo explantado. Pero cómo se podría probar, no está claro. Por ahora, sin embargo, la guía sigue siendo: "La reutilización del marcapasos es objetable".

Emily Largent, una enfermera, abogada y profesora asistente de Medical Ethics & Health Policy en la Universidad de Pennsylvania, dijo que el enfoque de la FDA es innecesariamente paternalista. "Son personas que pueden dar su consentimiento y entender que están asumiendo ciertos riesgos para recibir ciertos beneficios", dijo. En su opinión, los fabricantes deben estar protegidos de la responsabilidad cuando se reutilizan los dispositivos, pero prohibir la donación es contraproducente.

En la India, las leyes alrededor de esto son un poco más flexibles. Es técnicamente ilegal, pero hasta ahora los procedimientos realizados no son muchos. "Recibimos el consentimiento del paciente de que hay una pequeña posibilidad de infección", dijo Mascarenhas. No es sorprendente que la mayoría de las personas opte por la posibilidad remota de infección sobre la posible muerte. Además, los destinatarios deben firmar una carta que indique que obtuvieron su dispositivo de forma gratuita. Después de todo, ninguno de los médicos involucrados quiere ser percibido como un vendedor de dispositivos médicos de contrabando.

En cualquier caso, el proyecto del médico ha crecido constantemente en los últimos 15 años. Organizaciones y defensores como "My Heart Your Heart" han ganado prominencia para organizar donaciones a Sudáfrica, Filipinas, Rumania y otros países. Un estudio realizado en México demostró que las tasas de infección no son significativamente más altas en los pacientes que reciben dispositivos usados, siempre y cuando se utilicen los protocolos de esterilización adecuados. Y tanto los donantes como los receptores están agradecidos. "Es bueno para nosotros que alguien más pueda usar el dispositivo de mi esposo… alguien que no pudo pagarlo", dijo Sharon Metzger.

Así que Mascarenhas debe convertirse en un pseudo roba tumbas y contrabandista. Y aunque no siempre es fácil –Mascarenhas ha sido detenido por la aduana y han confiscado su equipaje– dijo que siempre vale la pena. "Podría encontrar un diamante que valiera millones, pero eso no me estimularía tanto como encontrar un dispositivo que tiene 10 años de vida", dijo. "Porque ese diamante no va a darle vida a alguien".