Publicidad
Publicidad
Bill Posters: El proyecto de Brandalism nació de la necesidad de hacer algo creativo para desafiar el consumismo. Queríamos encontrar la forma de ponernos por detrás de la imagen de las marcas y tratar de exponer algunas verdades sobre el tema de la publicidad y las relaciones públicas. También queríamos utilizar la desobediencia civil de forma creativa para llamar la atención sobre los efectos que tiene la publicidad sobre la forma que tenemos de entender lo que es importante para la vida, y cómo el consumismo afecta a nuestro comportamiento y la relación que tenemos con el medioambiente.¿Cómo organizaste a los cientos de artistas que participaron en Brandalism este año?
Contamos con una red de artistas internacionales que contribuyen en el proyecto a través de las redes sociales y digitales. Hay una gran logística que se ha de tener en cuenta, pero es una buena forma de colaborar y asegurarse de que los artistas de todo el planeta puedan participar en el activismo creativo y utilizar sus destrezas estéticas para una causa social. Este año abrimos el proceso de diseño al máximo para que miembros del público, artistas franceses, pudieran contribuir también, y esa fue una de las mejores partes del proyecto.
Publicidad
Greenwashing es cuando una empresa u organización se presenta en su publicidad y comunicaciones como si estuviera haciendo todo lo posible por proteger el medioambiente. Algunas empresas hacen mucho para asegurar esta protección, pero enormes empresas multinacionales extraen recursos y dañan el medioambiente mucho más de lo que lo "protegen".Las grandes compañías pagan enormes cantidades de dinero para tener un acceso privilegiado a los legisladores. A los socios de Solutions COP21 se les promete la oportunidad de reunir a "las partes interesadas en reuniones privilegiadas: formales (reuniones de negocios) e informales (cenas de gala, etc.)", incluyendo "agentes institucionales", es decir delegaciones nacionales y legisladores que negocian el acuerdo climático.Air France es el patrocinador de una de las conferencias climáticas, lo que es un chiste muy malo que entraña unas consecuencias desastrosas, por eso el diseño de Revolt Design es tan bueno. No son más que 'parte del problema'.
Lo mejor de Brandalism es que CUALQUIERA puede participar fácilmente, con un smartphone puedes comunicar al mundo entero tu opinión sobre las marcas y sus actividades empresariales. Nos encontramos en la era de las redes sociales y digitales e intentamos abrir al máximo nuestro proyecto a la gente para desafiar a las marcas y al consumo, online y en la calle.
Publicidad
Sí, rompemos la ley, pero hay que romper la ley cuando los gobiernos no consiguen controlar. Si miramos atrás en la historia de las campañas de justicia social —desde el derecho al voto de la mujer, hasta el movimiento de derechos civiles y más recientemente el movimiento de ocupación—, todas esas campañas de enorme importancia rompieron la ley de muchas formas porque no contaban con las libertades y derechos por los que estaban luchando. Romper la ley por temas sociales es algo tradicional, no se trata de un acto radical. Los gobiernos o empresas nos arrebatan los derechos de forma deliberada, si te fijas en la historia verás una larga lista de ejemplos, así que tenemos que tomar el control sobre nuestros derechos y hacer algo por ellos de forma colectiva.Creo que el público más amplio de verdad apoya lo que hacemos y no les preocupa que rompamos la ley. Sobre todo cuando el público se ve constantemente fastidiado por el bombardeo de anuncios de marcas que llegan por todas partes. Nadie le preguntó al público si quería ver anuncios en espacios públicos o por todas partes en cualquier forma de comunicación que utilizamos en el día a día, no podemos evitarlos, y esa es la razón por la que se ha convertido en una industria valorada en cientos de billones al año. Así que utilizar la creatividad y sus espacios para compartir mensajes creativos que realmente tienen un significado es algo que gusta a la gente.
Publicidad
Sí, en el 2012 cuando asaltamos un gran número de vallas publicitarias en el Reino Unido justo antes de las Olimpiadas, la industria de la publicidad se nos echó encima con uñas y dientes, intentando asegurar a sus clientes multinacionales que tratarían el problema con eficiencia y volverían a recuperar sus anuncios. Desde nuestro último proyecto en el 2014, nos hemos encontrado con un pequeño artículo presentado por la industria de la publicidad que aconseja a las empresas cómo actuar en caso de un "ataque de brandalism". Su estrategia ahora es no llegar a un debate público porque saben que tienen las de perder.
La respuesta más memorable que hemos tenido fue aquí en París. Un grupo de mujeres de nuestro equipo fueron interrumpidas e interrogadas en las calles de París por JC Decaux [la compañía dueña de los espacios publicitarios de toda la ciudad]. Poco después del asalto, les dieron unos consejos sobre cómo fijar bien los carteles y luego desaparecieron.¿Cuál será vuestro próximo proyecto?
No lo puedo decir, hay que mantenerlo en secreto y todo eso.