La palabra "fusión" tiene una mala reputación en la cocina, ya que la gente usualmente piensa en las creaciones culinarias caprichosas de los 80 y 90, algo así como cuando intentas desesperadamente unir de forma incorrecta a Barbie y Kent en un intento por hacer que los muñecos se besen. En ese entonces, los chefs juntaban cocinas y sabores para conseguir un efecto impactante, en lugar de crear mejores platillos.En la actualidad, más y más chef están refinando esos sabores y tienen más éxito al poner a la ONU en tu plato. En Le Mary Celeste en París, el chef Haan Palcu-Chang prepara terrina de quínoa con chimichurri y salsa hoisin, ostras con nam jin y huevos a la diabla con arroz frito negro. Puedes agradecer a sus padres chinos y rumanos, al igual que a su crianza en Toronto, por su habilidad de combinar ingredientes aparentemente dispares.Antes de que intentes preparar tu propio helado kimchi, boloñesa de piña o nigiri de pollo y, posiblemente, causar la Tercera Guerra Mundial por molestar a los respectivos países, relájate con la ensalada de Palcu-Chang, con coliflor asada y salsa nuoc nam. El sabor profundo, casi ahumado, de la coliflor asada es una buena compañía para el sabor claro y picante de este aderezo tailandés, y crear una combinación única, pero deliciosa.
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No te quiebres la cabeza, ni intentes unir ingredientes de Oriente y Occidente, Norte y Sur por ti sólo, mejor sigue esta receta.Estos chefs no van a lograr la paz mundial, pero cada trocito aderezado con nuoc nam ayuda.