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Comida

Los Nazis querían usar una barra de chocolate para asesinar a Winston Churchill

Recientemente se descubrió un arma secreta que los Nazis desarrollaron para ganar la Segunda Guerra Mundial: una barra de chocolate explosiva.

Hay muchas formas en las que la comida puede ser usada como un arma. Puedes hacer una bomba de pescado fermentado, meterte en el trasero un pedazo de jengibre durante una sesión sadomasoquista particularmente intensa, o poner en práctica el infalible método de poner veneno en la comida.

O en el caso de que el futuro del mundo esté en juego, puedes utilizar una barra de chocolate para asesinar a un político como Winston Churchill. Tan extravagante como suena, fue en verdad uno de los planes de Alemania en sus intentos por matar a sus opuestos británicos durante la Segunda Guerra Mundial.

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LEE: Se encontraron reservas de alcohol de Hitler debajo de un restaurante alemán.

Unos bocetos recientemente descubiertos ilustran lo intrincadas que eran las trampas, encontradas por los agentes de inteligencia. ¡Es increíble todo lo que los alemanes estaban dispuestos a hacer para acabar con Inglaterra y ganar la guerra.

Los explosivos iban desde un aparato incendiario, escondido en una lata de comida (especial de la armada) con salchichas y puré, hasta un tubo de vidrio lleno de chícharos deshidratados que explotaría si se llenaba con agua, algunos Thermos bomb (termos que eran bombas), y una barra de chocolate explosiva, sin dudas la idea más astuta y deliciosa del montón. Ésta era básicamente una granada de mano cubierta en cacao. "La bomba estaba hecha de acero con una fina capa de chocolate. Cuando se partía un pedazo al final de la barra, se quebraba un dispositivo y luego de siete segundos la bomba explotaba", se puede leer en la ilustración.

Increíbles dibujos encontrados sobre las 'bombas de cholate' de los Nazis: http://t.co/jQwjGIrFNO pic.twitter.com/eh6iSW1qw6

— HuffPost UK (@HuffPostUK) September 30, 2015

La comida proveía una forma ideal para subvertir a los enemigos, principalmente porque todo el mundo necesitaba comer, pero además porque era fácil de esconder. El historiador y experto de los espionajes Nigel West le dijo a la BBC: "A los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial les gustaba destruir los barcos y los cargueros que salían de los puertos neutrales en dirección al Reino Unido".

"La idea era hacer que Inglaterra pasara hambre hasta que se diera por vencida. Es por eso que crearon algunos aparatos muy ingeniosos que podían ser pasados de contrabando a bordo de los barcos y colocados en los camarotes de carga con minuteros a largo plazo: querían que los barcos se incendieran y se hundieran en medio del océano", agregó West.

Los detallados manuales fueron dibujados por Laurence Fish, hijo de uno de los tres agentes MI5 antisabotaje, y fueron destinados a operarios en tierra y en el océano, quienes tendrían que saber cómo encontrarlos y desactivarlos. Fish eventualmente se convirtió en un artista de pósters, diseñador gráfico y pintor de paisajes muy conocido una vez que la amenaza nazi fuera neutralizada.

Por suerte, los Aliados ganaron y la amenaza de una barra de chocolate explotando en tu cara es algo que ya quedó muy lejos en el pasado.