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CAPTURA DE “LUCIA Y EL SEXO” (2001) | AA FILM ARCHIVE /ALAMY STOCK PHOT
Sexo

Mujeres nos cuentan por qué dejaron de tomar la píldora

Las preocupaciones, las pérdidas de apetito sexual y los extenuantes efectos secundarios de la píldora hacen que cada vez más personas decidan dejar de tomarla.

Este artículo se publicó originalmente en VICE Francia.

“Casi merece la pena hacerlo por la belleza del acto en sí. Es combativo, feminista y político”. Así es como Lucile, de 29 años, define una vasectomía, una opción que su pareja está considerando. Como muchas mujeres, lleva la mayor parte de su vida tomando anticonceptivos hormonales.  

Ha parado de vez en cuando. Al fin y al cabo, los anticonceptivos hormonales tienen muchos efectos secundarios, entre los que se encuentran episodios de depresión y libido reducida. Durante las pausas, utilizaba condones o el método del coitus interruptus, aunque también tienen riesgos. “Al final, mi ginecólogo me convenció para que volviera a tomar la píldora”, recuerda Lucile. “Ningún médico me dijo nunca nada sobre el tema. Siempre estaban de acuerdo: la píldora”.

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Lucile dejó de tomarla para siempre hace cuatro años. Ahora, está en otra relación y se aseguró de hablar del tema con su novio, que tiene más o menos la misma edad. “Me di cuenta de que también era su responsabilidad. Es un hombre; nadie le ha hablado nunca de los métodos anticonceptivos. No es un problema solo de la mujer”. Después de decidir que no querían hijos, comenzaron a hablar sobre la vasectomía. “Él estaba un poco asustado, pero ha accedido a someterse al procedimiento”.

Como Lucile, muchas mujeres comienzan a dejar la píldora. Bérangère Arnal, una ginecóloga que lleva ejerciendo 36 años, dice que cada vez más jóvenes piden alternativas. “Se han informado sobre los peligros de las hormonas”, dice. Sabrina Debusquat, autora del libro J'arrête la pilule [Dejo la píldora], señala que, entre el 2000 y el 2016, el consumo de la píldora cayó un 20 por ciento en Francia. En otros países como Reino Unido y Estados Unidos se ven tendencias similares. “Cuando eres joven, haces lo que te dice la gente, los médicos, los padres y la sociedad. No empiezas a pensar en las hormonas críticamente hasta mucho más después”.

Una alternativa médica, a menudo ofrecida por profesionales a aquellos que quieren dejar la píldora, es el dispositivo intrauterino (DIU). Pero Marine, de 30 años, nos cuenta que ella tuvo una experiencia desastrosa. Después de tomar la píldora por 16 años, tuvo bajones de libido y subió 9 kilogramos, así que decidió pasarse al DIU. “Tras cinco o seis meses, comencé a tener unos calambres menstruales terribles y problemas intestinales”, cuenta. “Sabía que me pasaba algo raro, conozco mi cuerpo”. Un ultrasonido reveló que había sufrido una expulsión de DIU (cuando el dispositivo se desplaza dentro del útero) e inflamaciones severas. Su médico quería que volviera a tomar la píldora. “Yo dije que de ninguna manera”, recuerda Marine. “No voy a volver a preocuparme por los anticonceptivos nunca más. Arruinaron 15 años de mi vida.

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Ahora utiliza una aplicación para controlar el ciclo. A veces usa condones con su marido cuando está ovulando, pero la regla general es que “cuando creo que es seguro, no nos preocupamos por tener demasiado cuidado”. La pareja es consciente de los riesgos, “pero si hay un embarazo, no es el fin del mundo”. Cuenta: “Me he vuelto mucho más consciente de mi cuerpo. Eres consciente del ciclo completo; entiendes el cuerpo mucho mejor. Además, como pareja, nos ha ayudado a explorar más sexualmente y descubrir qué cosas podemos hacer sin penetración”. A la larga, después de tener hijos, el marido de Marine quiere hacerse una vasectomía para que su mujer no tenga que preocuparse por los anticonceptivos.

Debusquat, la autora, se ha propuesto defender los métodos anticonceptivos naturales, que el público general todavía considera poco fiables. “Cuando estos métodos se practican correctamente, son muy efectivos”, insiste. En su libro, cuenta su propia experiencia utilizando el método sintotérmico, que requiere medir constantemente la temperatura del cuerpo y el moco cervical para saber cuándo estás ovulando. “Quería encontrar un método que evitara tener que usar constantemente el condón o el diafragma. De esta forma, puedo usar protección solo durante los periodos fértiles”.

Dicho esto, Debusquat cree que es molesto tener que buscar una solución por sí misma, sin la ayuda de los ginecólogos. “Escuchar a los pacientes es francamente el mayor reto que tienen. Deben trabajar más en eso”, dice. “Las mujeres me cuentan que han dejado de ir a la consulta porque no se sienten escuchadas. El paradigma de “la píldora lo es todo” no sirve al día de hoy”.

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La investigación de Debusquat también la convenció de que las aplicaciones no van a ser la solución definitiva para las mujeres. “Un algoritmo no puede entender las sutilezas del cuerpo humano”, señala. Su misión es conseguir que las mujeres puedan decidir por sí mismas. “Cuando las mujeres acaban en el hospital por tomar la píldora, es terrible y nunca se habla de ello. Son mujeres que simplemente quieren hacer el amor, eso es todo. Me convertí en una feminista militante a raíz de las investigaciones que llevé a cabo”.

Los métodos anticonceptivos naturales pueden ser una vía de escape a la preocupación que recae solo en la mujer. Pero compartir una vida sexual sin hormonas también requiere la cooperación de la pareja. Amandine, de 35 años, quería “dar un descanso a su cuerpo de la píldora” después de averiguar que su compañera de trabajo con 25 años había tenido un ataque al corazón por tomarla. Pero la pareja de Amandine en aquel momento insistió en que siguiera con la píldora, porque ella tenía que “hacerse responsable”. No le gustaba el método del coitus interruptus porque, según él, es una “forma de sadismo”. Al final, Amandine cedió y volvió a tomarse la píldora contra su voluntad. “Cuando dejé de tomarla, me sentí tan culpable, tan sola. Recuerdo que pensé que no era normal no usar anticonceptivos”.

La relación comenzó a volverse cada vez más problemática y finalmente la dejaron. “Me sentó muy mal comenzar a tomar la píldora de nuevo. Tenía muchos pensamientos negativos sobre la relación entre el hombre y la mujer, sobre la forma en la que tenía relaciones sexuales. Amandine comenzó otra relación hace tres años con un hombre que está totalmente de acuerdo con los métodos anticonceptivos naturales. “Sabemos que puede haber accidentes, pero cuando estás en una relación estable, tienes mucho menos miedo. Además, es muy interesante hablar del tema. Mi pareja ha aprendido muchísimo sobre mi ciclo, cómo me afecta mentalmente y todo eso.  Ha aceptado la responsabilidad y todo es mucho más equitativo de esta forma”. Amandine asegura que la elección de usar métodos anticonceptivos naturales iba más allá de la salud. “Me hizo reformular la idea que tenía de lo que pueden ser las relaciones sexuales”.

Obviamente, las parejas que usan métodos anticonceptivos naturales son conscientes de los riesgos que implican. Edwige, que ha estado con el mismo hombre 20 años, quedó embarazada utilizando un método anticonceptivo natural, tres años después de dejar la píldora. “Fue más o menos un accidente”, cuenta Edwige, “pero decidimos continuar con el embarazo y no nos hemos arrepentido. Ella y su pareja recuerdan que, cuando dejó de tomarse la píldora, comenzaron a “tocarse de una forma diferente. También, nos decíamos cosas diferentes. Empezamos a hablar más de nuestros cuerpos. Él entendía mi punto de vista; y siempre estuvo a mi lado”.

Sin embargo, por las desventajas que presentan, los anticonceptivos naturales pueden no ser la mejor opción hasta una edad mucho más adulta en la vida. Arnal, que actualmente está escribiendo un libro sobre salud natural para las mujeres, desaconseja a sus pacientes más jóvenes empezar utilizando métodos anticonceptivos naturales. En su lugar, recomienda los condones o la minipíldora, que no contiene estrógeno. “Es importante conocer tu cuerpo primero antes de probar los métodos anticonceptivos naturales. Pero los profesionales no lo hablan con sus pacientes. ¡Hormonas o nada! Por eso el punto de vista de los ginecólogos es tan importante.

Arnal dice que hay un gran número de mujeres que optan por el DIU frente a la píldora. Pocas se atreven a probar el método sintotérmico, a pesar de que ella cree que “es el método anticonceptivo natural más seguro que existe”. Debusquat cree que no hace falta pensarlo demasiado. “Tienes mejores relaciones sexuales y comunicación. Redescubres tu cuerpo y exploras el sexo sin penetración. El método anticonceptivo natural tiene tantos beneficios que la gente que lo elige casi nunca se echa para atrás”, explica. “Además, no pones en peligro tu vida ni tienes que llevar el peso tu sola. En eso consiste la lucha feminista”. Y, si tienes que hacerlo por un largo tiempo, es mejor hacerlo disfrutando de una vida sexual satisfactoria y maravillosa.