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Operación Triunfo

Pensaba que Operación Triunfo apestaba hasta que vi el vídeo de Amaia

Soy un cretino por pensar que OT apesta.
Todas las imágenes vía el YouTube de Operación Triunfo Oficial

Sí, lo reconozco, soy uno de esos valientes cretinos que creen que Operación Triunfo no es nada más que el producto de un engranaje fatídico que orienta la música hacia parajes puramente capitalistas utilizando cantinelas mediocres que no solamente consolidan un séquito de artistas cuya música es totalmente inofensiva y vacía por sus implicaciones —precisamente— comerciales, sino que también malcrían los paladares de un público ansioso de emociones superficiales y edulcoradas.

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Claro, claro, como uno tiene primeras ediciones de los Oblivians o como disco de cabecera el Plux Quba de Nuno Canavarro solo puede deducir que ese programa únicamente está capacitado por generar canciones terribles. Es normal pensarlo, las ediciones anteriores de OT han estado pobladas por personajes como Alejandro Sanz, Melendi o Ricky Martin y los productos musicales que han generado se han movido posteriormente por estos mismos lares de la industria (Bisbal, Chenoa o Bustamante) —perdonadme, no conozco más artistas salidos de temporadas posteriores, insisto en que soy un detractor de este formato televisivo y, por lo tanto, soy un ignorante confeso de su historial—.

Criticar a estos intérpretes podría considerarse, sí, una especie de racismo o clasismo cultural; supondría diferenciar entre la buena cultura y la mala. ¿Son Cleaners from Venus mejores que Pablo Alborán? Esta, amigos, es una gran pregunta.

Lo que creo que me pone nervioso de todos estos artistas que pululan tan a menudo por los medios es su evidente afán comercial, y son precisamente esas ganas de abarcarlo todo las que sesgan el producto final, convirtiéndolo en una gran nada sonora. Un sabor apto para absolutamente todos los paladares no puede ser más que plano y desangelado. Un precipicio de dos centímetros, una llama indolora, un abrazo sin firmeza.

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Y eso es lo que pensaba: que OT era un dispensador y generador de este tipo de productos, que no hacía más que promocionar este tipo de baladas baratas. Sí, esto es "lo que el público quiere", me decía mientras caía en una desesperación vital sin precedentes, mirando a un mundo lamentable desde mi pedestal del conocimiento.

¡Qué patetismo el mío! Durante esta nueva temporada de OT, mi discurso ha seguido siendo el mismo y he criticado sin siquiera intentar asomarme al objeto criticado; no he visto ni un segundo del programa pero no he dudado en lanzarle cientos de agravios. Hoy, viendo el vídeo de la versión de "Shake it out" de esa concursante llamada Amaia, he tenido que callarme.

La canción y la versión me la sudan —odio ese momento en el que la chica llega a las notas más agudas y el público no puede sino rendirse a las frecuencias altas y gritar de emoción, el truco más viejo y lamentable del pop— pero os garantizo que me han abierto los ojos a un mundo que desconocía.

Después de ver el vídeo he ido directamente a Google a buscar un listado de todas las canciones que se han interpretado en las galas de OT de este año y me he derrumbado.

Me ha parecido algo totalmente inaudito que, aparte de versionar a artistas de la guisa de La Oreja de Van Gogh, Malú, Chayanne, Luis Miguel, Alejandro Sanz, Antonio Orozco, Ed Sheeran, Pablo Alborán, Justin Bieber, Miguel Bosé, James Blunt, Bruno Mars y David Guetta, también aparecieran nombres como Crowded House, Los Ronaldos, La Casa Azul, Marvin Gaye, Alaska y Dinarama, Serge Gainsbourg, Fangoria, Supersubmarina, El Último de la FiIa o Florence + The Machine, grupos con los que tengo mucha más afinidad que con los del primer listado.

En este momento ha sido cuando he tenido que tragarme todas mis palabras. Soy un cretino. Sí, OT sigue siendo un producto criticable pero creo que lo es un poco menos si deja cabida para esta otra ristra de artistas mucho más interesantes, convirtiéndose en una ventana para que tanto público como concursantes descubran rincones musicales desconocidos.

Sí, probablemente no veremos nunca a Amaia cantando una canción de Current 93 pero, de algún modo, estamos un poco más cerca de la posibilidad.

Y ahora es cuando me callo y aprendo un poco la lección.