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Cultură

Averiguando qué gana el Grupo Aval haciéndose con el 90% de la boletería de Rolling Stones

Haciendo la fila para comprar la boleta, me puse a pensar qué podía ganar el Grupo Aval privilegiando a sus clientes con el acceso previo al 90% de la boletería total. Esto fue lo que pude investigar.

–Alberto, las boletas se acabaron. Como las empanadas de su club.

Eran alrededor de las nueve de la mañana del jueves 19 de noviembre y Julio Sánchez Cristo, con esta frase dirigida a Alberto Casas, daba por terminada la entrevista que la W le acababa de hacer a Alfredo Villaveces, gerente de Evenpro, uno de los empresarios que logró la hazaña de traer a los Rolling Stones, por fin, a la tierra de la chicha y el tejo.

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Un día antes, hacia la misma hora, me encontraba haciendo la fila en un banco AV Villas para consignar una plata en la cuenta de ahorros de mi vecina. Ella –alma de Dios– me había prestado su tarjeta débito (y me había dado la clave) para comprar las boletas del concierto de los Stones que habían salido a la venta ese mismo miércoles 18 para los socios del grupo AVAL. Durante esos escasos minutos la tarjeta azul me convertía en parte del selecto grupo.

Salí del banco sin estar seguro de si iba a alcanzar a conseguir las entradas. Cuando llegué a Tu Boleta me paré detrás de la fila: unas 20 personas estaban delante de mí. Mucho mejor de lo que esperaba. Había calma en el ambiente, nadie se quejaba y nadie discutía con el personal de logística. La fila estaba custodiada al mejor estilo de los grandes eventos: señores de chaqueta naranja se aseguraban de organizar la fila y atender las dudas.

Pero la fila no se movía.

En cambio, un muchacho de logística iba pasando por la fila informándole a la gente que sólo quedaban dos localidades, las de la cancha: la más cara y la más barata. El resto se habían agotado en menos de 12 horas. Yo respiré aliviado. Amo a los Stones pero los altos preciso de las boletas me obligaban a resignarme por la localidad proletaria. (Si es que se le puede llamar localidad proletaria a una boleta que cuesta casi la tercera parte del salario mínimo, la más económica).

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Habían pasado 17 días desde la filtración del alcalde Gustavo Petro, informando por Twitter que los Rolling venían el próximo año a tocar en Bogotá, hasta el anuncio de los precios de las boletas el día 13 de noviembre. La boletería oscilaba entre el millón de pesos larguito y los doscientos mil pesos. Aunque bastante altos, los precios de Colombia eran los más económicos de la gira por Suramérica.

Lo que sorprendió, sin embargo, fue el hecho de que el 90% de la boletería iba a salir en preventa tres días antes de la venta al público para clientes exclusivos del grupo AVAL.

* * *

Cuando les pregunté a los señores de Tu Boleta por las razones por las que el grupo AVAL se aseguraba el casi la totalidad de las entradas me respondieron que esa no era una decisión de Tu Boleta sino del promotor.

–Ellos deciden cómo quieren la distribución del mapa, el valor de las boletas, ellos deciden todo. Tu Boleta se encarga solamente de lo que es el evento hacia fuera.

En otras palabras Tu Boleta no se encarga de negociar con el artista, de reservar el escenario, de hablar con los medios o de cuadrar estrategias de mercadeo para los eventos. Ellos solamente venden las boletas: las imprimen, revisan que sean válidas a la entrada del concierto y por esta labor cobran un porcentaje de 'servicio'.

El rubro de 'servicio' en las boletas de los Rolling Stones iba desde los 25 mil hasta los 139 mil pesos. Haciendo aritmética simple, es decir multiplicando los precios del servicio por el número de boletas (y asumiendo, como se debe en este caso, que todas se van a agotar) la ganancia de Tu Boleta supera los 3.000 millones de pesos.

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* * *

Los minutos pasaban y la gente perdía la paciencia. Al lado mío salió una señora con su boleta en mano. Había sido elegida. Yo la miraba con envidia –una envidia que se alegraba de su suerte, por supuesto– mientras ella, despistada, chateaba por su celular con la boleta al aire. ¿Y si la cojo?, pensé. ¿Si le rapo la boleta y salgo corriendo? En este momento, igual, nada más importaba. La boleta. Los Stones.

Seguíamos quietos porque la plataforma se había caído. Por el momento no estaban liberando más boletas. Una pausa para los angustiados. Un respiro para los nerviosos. Nadie tenía ventaja sobre los demás: quienes compraban por Internet, por el teléfono, por la aplicación móvil o en los otros puntos de Tu Boleta andaban en las mismas. A la espera.

Un señor detrás mío –con pinta de corredor de bolsa que lo ha perdido todo– hablaba por su celular.

–Pues si quiera vas a ir tú. Yo no voy a ir al concierto. Sólo queda la gramilla.

* * *

La preventa de las boletas del grupo AVAL –si es que a esa venta masiva para un público específico se le puede llamar preventa– iba desde el 18 de noviembre hasta el 20 de noviembre. Y había tres maneras de comprarlas.

Estaba la preventa para clientes de AVAL. Esta era la modalidad más conocida. Quienes tuvieran tarjeta de crédito o débito de algún banco del grupo (Occidente, Popular, AV Villas o Bogotá) podían comprar hasta seis boletas.

Estaba la preventa por medio de la aplicación Yeii en la que se descargaba un código y se presentaba para la compra de la boleta. Había 500 códigos disponibles. Y se podía comprar hasta dos boletas por transacción.

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Por último, se podían comprar boletas por AVAL Pay: una aplicación del grupo AVAL que está diseñada para pagar desde el celular. Esta forma de pago permitía la compra con tarjetas de crédito que fueran de otros bancos pero operadas por VISA. Tenía 5.000 boletas disponibles y permitía comprar dos boletas por transacción.

En cierta medida los clientes del grupo AVAL no eran los únicos con la exclusiva para comprar boletas durante esta etapa de preventa. Clientes de otros bancos también podían hacerlo mediante la aplicación AVAL Pay sólo con la condición de que sus tarjetas de crédito fueran VISA, tuvieran la aplicación en su celular y clasificaran para una de las 5.000 entradas que esta modalidad disponía.

* * *

10:40 y la plataforma se volvía a caer. La gente ansiosa miraba sus celulares, le daban reportes minuto a minuto a familiares o amigos que esperaban atentos a cualquier novedad.

Mientras tanto, dos muchachos de buso y cachucha llegaban despistados y caminaban hacia delante sin saber bien cuál era la fila o qué estaba pasando.

Comenzaron a hablar.

–¿Pa' dónde va? ¿No ve que esta es la fila?

–Espere –le respondió el otro, mientras se la saltaba.

Fueron a buscar suerte hacia delante y volvieron al minuto con cara de sorpresa, tratando de encontrar soluciones.

Al jefe del dúo se le prendió el bombillo.

–¡Con la aplicación! Yo me puedo meter y la compramos más rápido –dijo, mientras se iban yendo a comprar las boletas sin hacer la fila.

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Para nosotros, llenos de fe, la espera continuaba.

* * *

En la lista de mi investigación, después de Tu Boleta estaban los señores de Ocesa: organizadores del concierto (junto a Move Concerts). Los llamé para entender porqué el grupo AVAL se había llevado el 90% de la boletería.

Me respondieron muy amables y dispuestos a atender mis inquietudes. Todavía no les había preguntado por su alianza con el grupo AVAL.

–¿Qué tal? Los llamo porque estoy haciendo una nota sobre el concierto de los Rolling Stones. Son cinco minutos y tres pregunticas.

–Claro que sí. Con mucho gusto. Cuéntanos.

–Gracias. Quisiera saber cómo fue el proceso de negociación para traer a la banda.

–No, mira, eso fue una negociación interna por contrato con el patrocinador. Y no está a conocimiento del público. Es información confidencial.

–¿Cuando dices patrocinador, te refieres a los señores de AVAL?

–No te puedo dar esa información. Es como si yo llamara a Coca Cola y les preguntara por su receta. Por cuánta azúcar le echan a la mezcla.

Como preguntar por el azúcar de la Coca Cola. Interesante.

Que los promotores hubieran logrado traer a los Rolling Stones a Colombia no había sido gracias a una fórmula secreta, ni el grupo AVAL se había inventado el agua (o, para el caso, la Coca Cola).

En los últimos años las alianzas entre bancos y promotoras de eventos ha sido un importante negocio para ambas partes. Los primeros patrocinan los eventos mientras que los segundos les aseguran una porción de la boletería a los clientes del banco.

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Para la gira 'América Latina Olé Tour' varios países tuvieron la misma modalidad de venta de boletas en preventa para clientes exclusivos de alguna entidad financiera. En Argentina el evento lo respaldaba el Banco Patagonia y se aseguraba alrededor del 36% de las entradas. Los uruguayos, por su parte, tenían que sacar tarjeta en el Banco Santander si querían acceder a las boletas antes de que el público general: la preventa era del 31%. En Perú, la pre venta iba dirigida a los clientes del BBVA Continental con un 58% de la boletería.

En Colombia la preventa fue del 90% para clientes del grupo AVAL.

El gerente de activos de ese banco BBVA Continental, en declaraciones para la prensa peruana, resumió los beneficios de este tipo de negocio para la banca en tres líneas: "No es que estemos posicionados en conciertos, sino, al estar concentrados en el tema de vinculación y lealtad de nuestros clientes, vimos esta oportunidad y la atrapamos".

No es que sean los Stones. Es la vinculación, estúpidos.

* * *

Ya eran las once de la mañana y los ánimos se empezaban a caldear.

Dos personas adelante comenzaban una discusión. Y, mientras los oía pelear, solamente pensaba en lo bueno que sería tener su puesto en la fila: a pocas personas de la línea de meta.

–Yo llegué primero –dijo un señor de camisa tipo polo.

–No –le respondió una señora– ¿a qué horas llegaste tú? –dijo mientras señalaba a un joven nervioso.

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–A las ocho.

–Yo llegué primero que él –dijo el de la camisa tipo polo mientras señalaba al joven esquivo.

A los pocos minutos, en otra parte de la fila, la conversación se tornó política.

–Esto es una democracia.

–¿Quién de acá va a pagar con un método diferente?

–Votemos –replicó un tercero.

* * *

Llamé a los señores del grupo AVAL y me comunicaron con el área de mercadeo. Cuando pregunté por su papel en la negociación de los Stones, me respondieron.

–Yo no soy la persona autorizada para dar esa información.

–Entonces quién está autorizado para dar esa información.

–No, yo soy la única persona área de mercadeo. Sería conmigo.

Lo cierto es que la estrategia para vincular a más clientes al banco ya se había establecido hace casi tres años. En el "Informe de gestión para el primer semestre del 2013", del grupo AVAL, se fijaron ciertas metas a corto, mediano y largo plazo. En el reporte de la Vicepresidencia Estratégica, en el ítem 'Desarrollo de diferentes campañas para apoyar el crecimiento de las entidades', se anotó lo siguiente: "Eventos Ocesa para incentivar uso de tarjetas de crédito de bancos del Grupo".

Incentivar el uso de tarjetas de crédito.

La estrategia de los bancos, no sólo acá en Colombia sino también en otros países de la región, está en vincular a la mayor cantidad de clientes posibles en vísperas a conciertos de esta talla. Ya sea mediante tarjetas de crédito o tarjetas débito los bancos ganan cuando los nuevos clientes empiezan a pagar intereses y cuotas de manejo. Patrocinar el concierto de los Stones es una inversión a largo plazo.

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La Superintendencia Financiera solo recibe datos de los bancos a mes vencido. Por ahora, no hay un estimado del número de tarjetas de crédito y débito emitido por los bancos del grupo AVAL en el lapso que duró la preventa.

Pero es de esperarse que los réditos van a empezar a aparecer teniendo en cuenta que en Colombia los bancos cobran entre el 24% y 29% de interés anual y una cuota de manejo de alrededor de 54.000 pesos al mes por uso de tarjetas de crédito. Además hay un cobro por comisión a los establecimientos comerciales de alrededor del 2%. Esto quiere decir que Tu Boleta le paga ese porcentaje de la transacción a los bancos que le presten la plata al cliente para comprar las boletas.

No hay razón para afanarse. Convivimos con estos números a diario: cuando compramos zapatos o tiquetes aéreos a cuotas. Cuando cargamos el Uber o el almuerzo a la tarjeta de crédito. Cuando compramos la boleta de una banda de rock que ha sido transversal a nuestra vida entera.

* * *

Luego del suplicio y de la espera pude conseguir la boleta. (Tuve que pedirle a alguien que hiciera la fila por mí y me comprara la boleta: en la oficina ya estaban pegando gritos por mi ausencia).

Como yo, muchos otros tuvieron que pedir prestada la tarjeta. Hice un sondeo general por las redes y los rolingas respondieron cosas de este estilo.

–Mis papás y hermanos lograron comprar unas con la tarjeta del novio de mi hermana y las otras se compraron con la tarjeta de una señora con la que trabaja mi hermano –me dijo una amiga.

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Otro me respondió con poca simpatía hacia el grupo bancario.

–Le pedí plata a un amigo y me endeudé con él en medio del desespero para alcanzar a comprar en preventa. Odio al Grupo Aval.

Uno me recordó que el negocio de la reventa no empezaba a las afueras del concierto sino el mismo día en que salían a la venta general las boletas.

–Mi mamá estaba en el momento que abrieron venta general, obviamente lo primero que notó fue la mano de revendedores que había.

Otra se vio obligada a comprar la más cara. Una lástima.

–Mi papá trató de comprarlas en preventa pero solo le permitía comprar las de 1 millón, no le daba la opción de comprar de otro precio. Finalmente esperamos a la venta general, donde nos tocó comprarlas por teléfono porque la plataforma no servía, solo se podía comprar de a una boleta.

Otro más relató su intento fallido de comprar la boleta en conjunto.

–Nos juntamos en un parche tres semanas antes de comenzar la preventa. La vieja del parche nos convenció de que podía pedir y recibir en ese lapso una tarjeta del Banco de Bogotá con suficiente cupo como para comprar todo Platino. A mediodía del 17 de noviembre, la tarjeta no estaba en el banco para entregarla.

Del total de encuestados, el 4% decidió sacar tarjeta con algún banco del grupo AVAL para poder comprar las boletas en pre venta. Otros la pidieron prestada. Otros se colaron de últimos en las seis boletas disponibles para compra con tarjeta de crédito. Y se endeudaron.

* * *

Los organizadores han asegurado que con este concierto es casi nula la utilidad que van a recibir. Que lo hacen por el prestigio que implica traer a los Rolling Stones a Colombia. Pero el hecho de que los promotores no reciban grandes utilidades por el evento no significa que no sea negocio para otros sectores, como el grupo AVAL o Tu Boleta (o incluso para el comercio informal que se organiza alrededor de cualquier evento: impresión de camisetas y cachuchas y pañoletas con la lengua roja; reventa de boletas a las afueras del estadio; venta al por mayor de pinchos y mazorcas; y, por qué no, alquiler de tarjetas del Grupo Aval).

De hecho era predecible que un concierto de esta magnitud fuera a ser no solo un evento cultural, musical e histórico de gran envergadura, sino también una gran oportunidad de negocio. Si de por sí fue difícil traerlos, es bastante improbable que los Rolling Stones hubieran venido a un espectáculo gratuito de la Bogotá Humana, muy poco probable que los hubiéramos visto en un Rock al Parque. A veces el capitalismo sirve. Sirve para unos pocos. En eso consiste.

Por eso no patearé la lonchera. Voy a ver a la banda de rock que, para mí, es la más grande de toda la historia. Aunque eso implique saber que algunos adquirieron deudas con el grupo empresarial más grande del país. Así eso implique saber que hicieron pacto con el diablo. Una especial simpatía por la banca.