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Comida

Aprender a comer solo puede cambiar tu vida

MUNCHIES habló con Simran Sethi sobre la importancia de comer solo y cómo esto se vincula al panorama más amplio de un planeta conectado por la comida.

¿Alguna vez has comido algo tan rico que te hizo llorar? Probablemente no.

Simran Sethi sí. Es periodista, autora y educadora cuyos escritos se centran en la comida, la sustentabilidad y el cambio social. Con los años, Sethi ha hablado en universidades y paneles de la ONU en todo el mundo, e incluso ha aparecido en Oprah un par de veces para discutir las implicaciones ambientales de nuestros hábitos alimenticios.

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Sin embargo, a pesar de su mundanidad y comprensión de alimentos, siempre había algo que la perturbaba, y no fue sino hasta que un platillo de pulpo a la parrilla la llevó hasta las lágrimas durante una comida sola en Lima, Perú, cuando Sethi se dio cuenta de lo que era. MUNCHIES habló con Simran Sethi sobre la importancia de comer solo y cómo esto se vincula al panorama más amplio de un planeta conectado por la comida.

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MUNCHIES: Hola Simran. En tu libro Bread, Wine, Chocolate: The Slow Loss of Foods We Love, hablas de lo incómodo que era para que ti comer sola en un restaurante. ¿A qué crees que se deba esto?

Simran Sethi: Tuve una experiencia de comer sola y terminar traumatizada. Tenía 15 años y fui con mi madre a una conferencia de trabajo. Tenía una función de noche, así que me dio su tarjeta de crédito y me condujo hacia el mejor restaurante en el hotel. El personal no estaba interesado. Me puse mi vestido más elegante y con el efecto de mayor madurez pero me sentaron, a la niña, en la esquina.

¿Y esto te persiguió hasta la edad adulta? Por supuesto, he sido reacia a volver a quedarme en la esquina. Años más tarde, estaba en Italia haciendo investigación para mi libro y pedí una mesa para uno. El mesero coqueto me dijo: "¡Eres tan hermosa! ¿Por qué estás sola?" y yo pensé: "¡Así no funciona! No tiene nada que ver con la apariencia". Pero este mesero italiano me estaba adulando, que es un poco mejor que ser ignorada.

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Se trata de estar presente en tu vida, y ser capaz de llegar, y simplemente estar cómoda siendo quien eres.

En tu libro también hablas de una epifanía que tuviste en un pequeño restaurante de Lima, que cambió profundamente tu actitud. Sí, unos cinco años después del incidente con el mesero italiano había viajado como 48 horas a Perú para dar un discurso en un evento de la ONU sobre el cambio climático y los sistemas alimentarios. El discurso al final fue cortado a cerca de un minuto y pensé: "Esto es horrible, ¡me merezco una buena comida!" Simplemente dije: "No más". Realmente quería que fuera bueno, así que fui a El Mercado, en el distrito de Miraflores.

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Sethi's tear-inducing meal at El Mercado.

¿Qué ocurrió allí exactamente que fue tan transformador para ti? Terminé con una de las más bellas comidas de mi vida. Lloré con esta comida. No quería ser la chica extraña llorando por un platilloo de pulpo a la parrilla, pero era realmente sobre la belleza y la exquisitez de la comida y darme cuenta de lo que me había negado.

Has estado en Oprah un montón de veces, has hablado en innumerables conferencias, y has viajado prácticamente a todas partes, sin embargo, parece como si no hubieras podido apreciarlo por completo debido a las barreras que tú misma te impusiste.

Absolutamente. He viajado por todo el mundo, pero, cuando viajaba, siempre pedía comida para llevar o servicio a la habitación. Nunca me sentaba a comer sola, aunque tuve tantas hermosas oportunidades para hacerlo. Y en ese momento en el restaurante en Perú, había una parte de mí que pensaba: "¡Esto es lo que sacrifiqué mientras esperaba a que uno se convirtiera en dos!" Así que me dije: "¡Nunca volveré a hacer eso! ¡Tengo que hacer un banquete de mi vida".

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¿Puedes describir la importancia de esa realización? Algo mágico sucede cuando solo eres tú y la comida. No se trata de leer un libro o estar en el teléfono todo el tiempo mientras estás comiendo. Se trata de estar presente en tu vida, y ser capaz de llegar, y simplemente estar cómoda siendo quien eres; de eso se trata la experiencia. Se trata de apropiarsela y redefinirla. Comer solo es el mismo acto, pero es uno que, para mí, ha sido redefinido radicalmente después de esa comida.

Me hizo comprender toda la interdependencia que requiere cada comida: desde el clima hasta la biodiversidad hasta los agricultores hasta los pescadores que atraparon el pulpo hasta el chef y los meseros; no estás solo.

Entonces, entiendo que no te preocupa demasiado comer sola el Día de San Valentín Incluso si tuviera un amor este año para el Día de San Valentín, que no, me di cuenta de que nunca estás realmente solo, siempre estás contigo mismo, y ese compañerismo es superlativo.

¿Cómo afectó la epifanía de pulpo a la parrilla a tu perspectiva sobre las cosas que escribes, como el medio ambiente y la globalización? Me hizo comprender toda la interdependencia que requiere cada comida: desde el clima hasta la biodiversidad hasta los agricultores hasta los pescadores que atraparon el pulpo hasta el chef y los meseros; no estás solo. No quiero sobreidealizar nada, pero sentí un momento de conexión con el restaurante y fue realmente hermoso. Nunca estás solo, porque todo el mundo está en tu plato, y esa fue la culminación del libro.

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Eso es muy interesante, porque realmente se necesita estar solo para darse cuenta de cuán interconectado está todo, lo cual es un poco paradójico. Exactamente, muy bien dicho. Me habría gustado escribir eso en el libro. Fue un momento de ajuste de cuentas, algo así como: "¿Quién quieres ser? ¡Mira de lo que te estás privando!" No habría sido capaz de tener esa experiencia si hubiera estado comiendo con otra persona porque habría estado demasiado ocupada teniendo una conversación con ellos, y estar presente con esa persona.

Siento que también podría haber una dimensión de género. Como chico, cuando llego a un bar o un restaurante solo, estoy más o menos 100 por ciento seguro de que nadie me va a coquetear. No quiero ser demasiado hiper-género ni nada por el estilo, pero creo que a los hombres les resulta mucho más cómodo salir solos, mientras que a las mujeres más jóvenes no. Ahora tengo 45 años y hay mujeres mayores que leen el libro y me dicen: "¡Voy a intentarlo ahora! ¡Voy a empezar a comer sola!" De todas las cosas en el libro, nunca pensé que el acto de valor iba a ser eso, pero lo es.

¿Por qué hay un estigma sobre las mujeres solas en espacios públicos y no sobre los hombres? Me gustaría tener la respuesta a esa pregunta. Como feminista, creo que puedo estar hombro con hombro con cualquier tipo pero es sorprendente la cantidad de estigma que llevo a esa situación y que me pongo sobre mí misma. Probablemente se podría escribir una tesis sobre tomar u ocupar los espacios públicos como mujeres y las diferencias de género y la mirada masculina.

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Me había estado privando de la oportunidad de saborear la comida porque seguía esperando a que hubiera alguien con quien comer.

¿Qué opinas sobre beber sola? Tengo una muy fuerte aversión a sentarme en un bar y pedir una bebida para mí sola. Si salgo a tomar un trago sola, no lo hago para ligar. Hablo por mí experiencia, como mujer heterosexual, cuando digo que nunca he entrado a un bar y, al ver a un chico solo, pensar: "¡Voy a comprarle un trago a ese chico!"

¿Cómo encaja esta toma de conciencia en la conversación más amplia acerca de los alimentos en Bread, Wine, Chocolate? El libro trata sobre el viaje que tomé con la comida. Se trata de los alimentos que amo. Pero también existe la cuestión más importante sobre "¿Qué significa hacer un banquete de nuestra vida?" Por ejemplo, realmente saborear las cosas, en especial la comida. Al final del viaje, que duró cinco años y seis continentes, me di cuenta de que me había estado privando de la oportunidad de saborear la comida porque seguía esperando a que hubiera alguien con quien comer.

También soy un gran defensor de comer solo. Si alguna vez estás en Montreal, sería muy bueno comer solos juntos. [Ríe] Ésa es la mejor invitación. Solos… juntos. ¡Podríamos sentarnos espalda con espalda o de lado a lado en diferentes mesas o algo así! ¡Eso suena genial!

¡Trato hecho! Gracias por una conversación tan interesante. El gusto es mio.