Foto por Clasos/CON, GettyImages.
Su sencillez melódica, algunos brillos letrísticos, la prolífica trayectoria y una personalidad que lo convirtió en ídolo, ha provocado que sea admirado lo mismo por escritores, que por músicos (incluso de otros géneros) o políticos.Sin embargo, además de sus 12 grammys, de sus 55 discos, de su infinidad de duetos y el costal de canciones que son parte del soundtrack personal de muchísimos, pero muchísimos mexicanos, hay algunos puntos oscuros en la vida personal del también conocido como Rey del Jaripeo (aunque muchos, por cierto, no sepan qué diablos es jaripeo).SU RAÍZ PRIÍSTADejémoslo claro, Joan Sebastian forma parte del ala artística del PRI. Su cercanía con el clan Figueroa, uno de los grupos más rancios, arcaicos y emblemáticos del priísmo, le ayudó a que fuera elegido para componer y cantar temas de promoción turística. Algunos aseguran que es pariente cercano de Rubén Figueroa Alcocer, el miembro más tristemente célebre, quien renunció al cargo de gobernador de Guerrero tras la masacre de 17 campesinos, ocurrida el 28 de junio de 1995. Debido a este "secreto de amor" entre José Manuel Figueroa (nombre real de Joan Sebastian) y el PRI, era común ver su espectáculo y a su rancho de toros de jaripeo, llamado Cruz de la Sierra, en eventos organizados por el partido tricolor. Sin embargo, debido a su popularidad, gobiernos de otros partidos también contrataban sus servicios para corear "Tatuajes", "Secreto de amor" o "Un idiota". Durante la campaña en 2012, Joan Sebastian amenizó conciertos gratuitos en varias ciudades en los que pedía el voto a favor de Peña Nieto y de Manuel Añorve, candidato del PRI a gobernador (quien perdió ante su primo Ángel Aguirre, otro priísta abanderado por el PRD).
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Foto por Rodrigo Varela, GettyImages.
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