Salud

El término 'parto natural' avergüenza a las mamás. Es hora de desecharlo

Que te hagan una cesárea o te pongan una epidural no te hace menos madre.
LC
traducido por Laura Castro
Muchas mujeres que quieren tener partos en casa y sin medicamentos se sienten avergonzadas si no pueden lograrlo. Foto de staticnak1983/Getty Images.
Muchas mujeres que quieren tener partos en casa y sin medicamentos se sienten avergonzadas si no pueden lograrlo. Foto de staticnak1983/Getty Images.

Artículo publicado originalmente por VICE Candá.

La maternidad forzada de las niñas colombianas

Ya no pienso en el nacimiento de mi hijo. Ahora que tiene casi dos años, es difícil recordar cómo era estar embarazada. Pero recientemente me encontré con la publicación de un blog de una clínica de mujeres en Londres que me recordó lo que fue una de las peores partes del embarazo para mí: el énfasis constante en la idea de un "parto natural". La publicación alienta a las mujeres embarazadas a tener un "parto feminista" y afirma que "el objetivo es el parto vaginal normal para todas las mujeres".

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Me recordó los mensajes con los que me inundaron antes de tener a mi hijo. Los extraños en la calle, otras mujeres embarazadas e incluso los influencers de Instagram exaltaban las virtudes de un "parto natural", con lo cual se referían a un parto en casa, sin ningún tipo de medicamento.

Si bien todos los libros que leí tenían un lenguaje que parecía arraigado en el empoderamiento (¡Las mujeres son increíbles! ¡Las mujeres son poderosas!), siempre me parecieron destinados a provocar sentimientos de vergüenza. Cada vez que cometía el error de decirle a la gente que planeaba que me pusieran una epidural, casi siempre tuve que soportar una conferencia sobre las virtudes del parto sin medicamentos y lo increíble que podía ser un parto en casa. Olvida si es que eso era físicamente posible para mí, o si era algo que quería experimentar o no.

Al final, tuvieron que inducirme el parto y me pusieron una epidural para que pudiera tolerar el dolor insoportable. Doce horas después de mi primera contracción tuve un parto vaginal y pasé exactamente por lo mismo que pasa toda persona que da a luz: agotamiento, delirios y transformación. El proceso para llegar a ese punto, cómo salió el bebé y el grado de dolor que estuve dispuesta a soportar tuvo poco que ver con el resultado final: ahora tenía un ser humano al cual cuidar.

Sin embargo, ese hecho no impidió que un amigo de la familia preguntara, tan solo unas semanas después, si había dado a luz "de la manera correcta", si había tenido un parto vaginal sin medicación.

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Cuando Berihan Donald, madre de dos niños, tuvo a su primer hijo en 2016, puso toda su energía en prepararse para tener un parto en casa, lo que incluyó tomar un curso de hipnoterapia. Pero tuvieron que hacerle una cesárea de emergencia, y eso la devastó.

"Sentí que había fallado en el parto. Afortunadamente no caí en una depresión, pero hasta antes de que mi hija naciera por vía vaginal dos años después sentía que no había dado a luz nunca", me dijo.

El número de partos en casa en Estados Unidos, por ejemplo, sigue siendo pequeño, pero está creciendo. Los partos fuera de los hospitales aumentaron un 77 por ciento entre 2004 y 2017. En Canadá ha habido un aumento similar, impulsado por el creciente uso de parteras en todo el país.

Pero por lo regular, cuando las celebridades como Mayim Bialik (Amy en The Big Bang Theory ) y los influencers de Instagram abogan por los nacimientos en casa o se enfocan en un estilo específico de crianza de apego, inevitablemente proyectan el privilegio blanco de la clase media. Estas experiencias no están disponibles para todas las mujeres, en especial para las mujeres de color. Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres negras estadounidenses que enfrentan tasas crecientes de mortalidad materna.

La idea de gestar durante nueve meses, de ceder tu autonomía física a otra persona, solo para que el resultado final sea considero "antinatural" es algo excepcionalmente cruel. Personifica la manera en que menospreciamos el cuerpo de las mujeres, particularmente en la medicina. Nadie debería comenzar una experiencia como la maternidad sintiéndose avergonzada, sintiéndose inadecuada desde el inicio. Pero esa perspectiva tan centrada en la idea de un parto "natural" o no medicado o sin intervención causa exactamente eso. Hace que las mujeres se sientan fracasadas.

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Dar a luz a un bebé es complicado, doloroso, abrumador y desgarrador, no importa cómo suceda. ¿Cómo es que, en 2019, todavía permitimos que la manera anticuada y arcaica de discutir este tema guíe cómo nos percibimos en el proceso?

Es hora de abolir el uso de términos como "parto natural" y reemplazarlos con honestidad y claridad, poniendo a las mujeres en el corazón de la experiencia. Como el New York Times señaló recientemente en un artículo de su nueva sección para padres, "nos dimos cuenta de que el término 'parto natural' podría avergonzar a las mujeres cuyos partos son considerados no 'naturales', ya sea que tuvieran una cesárea, les indujeran el parto o simplemente desearan aliviar su dolor".

No siempre puedes elegir el tipo de parto que tendrás, pero puedes elegir estar informada sobre la realidad de lo que implica. Los médicos y las parteras deben promover esa honestidad discutiendo con las mujeres todas las diferentes variables qué puede salir bien y mal desde un inicio. El objetivo debe ser que la madre y el bebé estén sanos, porque elegir que alivien tu dolor, o que necesites intervención médica, o que te hagan una cesárea no te hace menos mujer o madre.

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