FYI.

This story is over 5 years old.

Comida

Al parecer la respiración lenta hace que los alimentos sepan mejor

De acuerdo con un nuevo estudio de ingenieros mecánicos de la Penn State University la forma en la que respiras puede afectar el disfrute de una comida.
Phoebe Hurst
London, GB

Como tu molesto amigo que hace yoga sin duda te ha informado, la respiración es Muy Muy importante. Despeja tus chakras, ofrece un puerto tranquilizador en medio del mar tempestuoso de la vida del día a día, y ya sabes, impide que caigas inconsciente.

Y ahora, al parecer, inhalar y exhalar puede hacer que tu comida sepa mejor.

De acuerdo con un nuevo estudio de ingenieros mecánicos de la Penn State University la forma en la que respiras puede afectar el disfrute de una comida.

Publicidad

La investigación anterior muestra que el sabor de la comida se basa en el movimiento de partículas de comida desde la parte posterior de la boca hasta la cavidad nasal, pero había poco para explicar por qué el flujo de aire no la lleva de regreso a los pulmones.

Utilizando un modelo de las vías respiratorias impreso en 3D, entre nuestras fosas nasales y la tráquea, los ingenieros de Penn State se propusieron resolver esto. Descubrieron que la forma de las vías respiratorias transfiere preferentemente partículas de alimentos a la cavidad nasal, lo que le permite a los seres humanos disfrutar el olor de la comida.

Rui Ni, profesor asistente de ingeniería mecánica en Penn State, explicó: "Durante la respiración tranquila, no hay ninguna válvula que pueda controlar la dirección de transporte volátil. Sin embargo, debe haber algo que controle el movimiento de estas partículas y las mantenga fuera de los pulmones".

Publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, su investigación muestra que las partículas de alimentos masticadas terminan en la parte posterior de la boca en una cavidad lateral alejada de la corriente de aire principal. Cuando respiramos por la nariz, el flujo de aire forma una especie de cortina de aire que impide que las partículas se liberen en la parte posterior de la boca y los pulmones.

Sin embargo, cuando exhalamos, el aire barre las partículas de comida desde esta cavidad secreta y las mete en la cavidad nasal, en donde pueden ser detectadas. El movimiento de estas partículas se ve afectado por la velocidad de nuestra respiración.

Publicidad

Y como siempre decía tu profesor de Pilates: todo tiene que ver con la inhalación lenta y constante. Respirar de manera uniforme permite que más aire barra las partículas de alimentos en la cavidad nasal, entregando un mejor olor y sabor.

Ni añadió: "Una respiración suave y relativamente lenta maximiza la entrega de las partículas a la nariz. La comida huele y sabe mejor si te tomas tu tiempo".

Ni y su equipo construyeron su modelo de vías respiratorias humanas creando primero un esquema simplificado de la vía entre la parte posterior de la boca y la nariz con datos de tomografías computarizadas. Éste luego se convirtió en un modelo en 3D, lo que les permitió rastrear el flujo de aire dentro y fuera de las vías respiratorias.

Esto puede sonar como una manera bastante extrema de averiguar el impacto que tiene una función corporal intuitiva sobre la forma de comer el almuerzo, pero los científicos de Penn State no son los primeros en investigar la percepción esquiva del sabor. A principios de este año, los investigadores de la University of West of England conectaron a los participantes a escáneres cerebrales para rastrear si el escuchar historias altera el sabor del chocolate y el escritor de bebidas Pete Brown está convencido de que tu cerveza belga tendría mejor sabor si estuviera musicalizada por los Pixies.

Entonces, quizás, la forma óptima de comer un sándwich de jamón es escuchar los cuentos de Edgar Allan Poe con "Debaser" sonando mientras estás conectado a un escáner EEG. Ah, y mientras respiras muy, muy lentamente.

Suena delicioso.