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Comida

Conoce a la diva latina que está cocinando su camino a través de las normas de género

Soraya Sobreidad conduce un exitoso show de cocina latina en YouTube. Pero tuvo que transitar un doloroso camino para que Jaime Montalvo, su otro yo, descubriera a la diva que es hoy.

"Escucha, cariño. Trabajas tu carne. Trabajas tu carne. La marinas. Tienes que hacerle el amor a este pollo", dice Soraya Sobreidad desde su cocina en Jackson Heights.

Sus pequeños ojos cafés miran hacia una cámara mientras amasa un pollo crudo untado con especias. Sobreidad lleva un vestido azul ceñido, peluca roja y una camiseta de cuero.

La diva puertorriqueña es la presentadora de "Soraya Sobreidad's—snap snap—Fierce Cooking Show": recetas latinas con alto contenido de fibra, sin leche, sin gluten y con actuaciones musicales improvisadas. En los últimos dos años, la serie de YouTube de Sobreidad fue adoptada por la televisora Manhattan Neighborhood Network, apareció en Chopped de Food Network, y ganó una beca StartUp! de 10 mil dólares de la junta de Queens Economic Development por su plan de negocios que incluye una escuela culinaria y presentaciones de cocina en las bibliotecas públicas de Nueva York.

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Soraya trata a su procesador de alimentos como a su amante, y solo ella puede tocarlo. "Es como mi novio. Es juguetón, hace lo que quiero cuando quiero, y no es respondón y se porta bien. ¡Lo amo! ", dice con emoción.

Un domingo soleado en el West Village, conocí al otro yo de Soraya. Jaime Montalvo Jr. es un ex especialista de préstamos de 56 años de edad, de voz suave, que renunció a su trabajo el otoño pasado para dedicarse a su trabajo como Soraya de tiempo completo. Usa suéteres con cuello en V, jeans ajustados y calcetines con estampado de leopardo. Sus cejas están cuidadosamente arregladas por encima de las patas de gallo suaves que cubren sus ojos, y la línea de su mandíbula afilada se destaca por un fino rastro de barba. No es muy alto, cuando no está usando tacones.

Mientras caminábamos por West 14th Street hacia una tienda orgánica que tiene en existencia su sándwich de pollo vegetariano favorito, Jaime dice que la cocina es simplemente parte de su maquillaje. "Todas las grandes mujeres en mi familia eran cocineras: primas, hermanas, abuelas…" Todas cocinaban porque todas comían. "Algunos son alcohólicos. Mis familiares eran comilones". Cuando era niño, Jaime y su madre asistieron a clubes de dieta juntos, pero su peso subía y bajaba y las dietas nunca funcionaron.

Al principio, Soraya se dedicó a ser una intérprete drag, que ya de por sí se consideraba una anomalía en sí. La mayoría de las dragqueens comienzan a sus 20 años; Jaime llegó con tres décadas de retraso. De acuerdo con una encuesta de 2012 "State of Drag" en la revista Next, las dragqueens de su edad representan solo el nueve por ciento de la comunidad de drags. Si combinas su aversión a las actuaciones de club con su actitud protectora sobre el carácter de Soraya, queda claro que no ha sido fácil para Jaime.

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En un cabaret de cocina en 2013 durante el Puerto Rican Pride, Soraya se pavoneaba en el escenario en un vestido de red con la espalda descubierta bailando el shimmy y sacudiendo un tembleque sin azúcar. Cuando entró al escenario, se sintió eclipsada por la maestra de ceremonias del evento, Laritza DuMont. Dumont, cuyo currículum incluye una participación con Madonna, es la "Goya Queen". Con "¡whoo-pas!" y odas al adobo, DuMont era más grande, más popular, y más fuerte que Sobreidad.

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Fotos cortesía de Jaime Montalvo.

"Fue como si estuviera Jesús en el escenario con el diablo", dijo Jaime, recordando el evento. Mientras Soraya alimentaba a la tibia audiencia con su postre, Jaime sintió que hubiera preferido una pelea camino a la pasarela. Después de todo, DuMont venía vestida como la Mujer Maravilla usando la bandera de Puerto Rico. Aunque hizo una pista de baile para acompañar el video de la actuación desastrosa del tembleque, Jaime se dio cuenta de que Soraya tenía que ir más allá de los clubes —incluso si era a través de una cámara de vídeo instalada en su cocina rosa y con estampado de cebra—.

Jaime nació en Brooklyn. Es hijo de inmigrantes puertorriqueños y vivió allí hasta los 12 años, cuando su familia se mudó a Long Island. Allí, como uno de los únicos "chicos cafés" en la escuela, se escondió —su homosexualidad, su latinidad, su segundo idioma—. Fue ridiculizado por sus maestros y compañeros de clase, pero aún así fue votado como el más creativo en la preparatoria. Después de su graduación, Jaime decidió estudiar moda, y aunque su familia no estaba muy emocionada, sacó un préstamo y se fue de todos modos. A los 19 años comenzó su primera relación con un hombre ocho años mayor que él, y fue descubierto cuando uno de sus tíos, que conducía un taxi, vio a la pareja en Manhattan. Su familia no lo rechazó, pero pasó una década antes de que pudieran abordar el tema de nuevo. Cuando lo hicieron, la madre de Jaime se convirtió en su mejor aliada. Se unió a PFLAG. Conoció a sus novios. Fueron juntos a la ópera. "Tuve suerte", dice Jaime. Finalmente, encontró un hogar en Jackson Heights, un centro para los latinos de clase media. "Su gente", dice.

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Pero a los 30 años medía 1.62 metros y pesaba más de 99 kilos. "El azúcar era como mi crack", dice caminando con cuidado en el exterior de la banqueta para que me pase a la banqueta que está frente a él. Llegamos a Hudson River Park, el lugar en donde Jaime solía vivir. "Si fuera un domingo en los años ochenta o noventa, estaría lleno de gente", dice y señala suavemente con la palma abierta. "Habría hombres en cuero y gente bailando vogue en la calle". En ese entonces, él había sido demasiado tímido para experimentar sexualmente, pero la mayoría de sus amigos tenían múltiples parejas y se metían drogas. Fue uno de los pocos sobrevivientes entre ellos.

SanFrancisco1992

Jaime (izquierda) con un amigo en San Francisco, 1992.

Por los años noventa, Jaime había abandonado la moda, abrió una tienda de discos, e incursionó con éxito como DJ bajo el nombre de Junito Pérez —una versión masculinizada de sí mismo que mezclaba canciones de "disco drag", pasaba un montón de tiempo en clubs, y se fumaba un paquete y medio al día. Por una canción en particular, The Devil Made Me Buy This Dress, Jaime tejió un boceto del drag Flip Wilson a través de muestras de Paris Is Burning. Fue un éxito. Junito (que era también el apodo de la infancia de Jaime) era popular. Representaba a la masculinidad que Jaime deseaba, pero sentía que no podía alcanzar debido a su peso. De hecho, Jaime no podía sentir casi nada —feminidad, masculinidad, felicidad— menos aún excitación sexual.

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"Me dije a mí mismo: 'Espera un minuto, espera un minuto. No soy un adicto a las drogas, no soy un alcohólico, y, sin embargo, esta maldita barra de Snickers controla mi vida'", dice Jaime. "Pasé mis 20 años en callejones de restaurantes chinos y estacionamientos de restaurantes de comida rápida. Debí haberme divertido, tener novios, tener relaciones sexuales, pero estaba haciendo el amor con un cubo de pollo frito". Finalmente, a sus treinta y tantos años, Jamie dejó de tomar, dejó de comer azúcar y perdió 40 kilos al darle a sus recetas un cambio de imagen principalmente vegano. Menciona que todavía come "un poco de carne roja de vez en cuando…" Pero no te preocupes, "no lo conoces".

Soraya surgió la noche que Jaime dejó de fumar. Su nacimiento fue trascendente: una energía cálida y femenina, "como un ángel". Jaime la nombró así por una amada canción de disco y rápidamente comprendió su defensa por la salud y la sobriedad (de ahí Sobreidad). "Hay una sacralidad sobre Soraya", dice Jaime.

Los puntos fuertes de Soraya provienen de las mujeres que inspiran a Jaime: su prima "glamourosa" Iris que se parecía a Diana Ross y le daba de comer en la boca en la cocina cuando tenía siete años. Geraldine Jones, la personalidad drag de Flip Wilson —una fijación de sus años de adolescencia—. Las hermanas de Jaime. También su madre.

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Jaime y su mampa, 1996.

A pesar de que inicialmente luchó contra el deseo de encarnar a Soraya, Jaime comenzó a entender su vocación cuando su madre fue diagnosticada con la enfermedad de Alzheimer y su salud comenzó a deteriorarse. Mientras ella se desvanecía, Soraya crecía.

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En el momento en que su madre murió, en agosto de 2013, Jaime tenía dolores en el pecho y dolores de cabeza, pero Soraya había llegado con éxito a un episodio de Chopped. El día de la grabación, Soraya se zambulló en la canasta de ingredientes para aperitivos: chuleta de pollo, mermelada de jengibre, pimientos secos, pimentón y eneldo fresco, que usó para crear un relleno de papa al estilo Soraya. Corrió por la cocina por sus ollas y cacerolas relucientes, y de inmediato se arrepintió de su decisión de no traer brasier. Soraya utilizaba ollas de 99 centavos de dólar y forcejeó cómicamente bajo el peso de la sartén profesional. "¡Consiguieron su show!", dice Jaime, sonriendo y recordando el rebote de sus senos. "¡Se estaban balanceando! ¡balanceando por todo el lugar!"

Dejando la modestia aparte, sustituyó una miríada de especias por adobo y relleno de pollo en lugar de carne de cerdo o ternera tradicional. Hervía y enfriaba papas, las hizo puré, las rodó, las llenó y las doró en la estufa. Los rellenos llegaron a sus platos con 30 segundos en el reloj.

"No se veían tan lindos como Soraya en el momento", dijo Jaime. Pero estaba contento de que Soraya pudiera traducir su programa de cocina en el plato resultante: mantuvo la piel de la papa por la fibra, bañó las papas con leche de coco, y utilizó proteína magra. A pesar de que perdió después de la primera ronda, los jueces la animaron a asistir al Institute of Culinary Education para convertirse en una chef certificada.

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Jaime con dos miembros de Queens Economic Development Corporation, 2014.

Jaime siempre ha sido consciente de que Soraya empuja los límites de lo que el género ha sido históricamente, pero apenas está empezando a comprender el verdadero papel que Soraya desempeña en su vida. Recientemente, participó en una serie de talleres para personas multi-género. "Odio las etiquetas", dijo después, "pero definitivamente fluye el género en mí. Incluso tengo dos espíritus. Cuando soy Soraya, soy una mujer. Pero me gustan ambos, no soy uno más que otro".

Criado en un hogar donde los roles masculinos y femeninos se definieron con claridad, los personajes de Soraya y Junito le permitieron negociar con ambos roles de género, mientras se interponía entre ellos como Jaime.

Aunque su madre no la conoció, Soraya es, en muchos sentidos, el tributo de Jaime hacia ella. De hecho, cuando Soraya apareció, Jaime se convirtió en una mejor versión del hombre que quería ser. Su propósito apoya a las mujeres que tradicionalmente preparan alimentos en los hogares hispanos y a un movimiento nacional para una vida más saludable. Su canal de YouTube es un libro de cocina para una generación más joven de hispanos que quieren cocinar alimentos tradicionales sin comprometer la salud. Su crema agria a base de anacardo y sus pasteles para la Navidad libres de gluten son alimentos saludables que realmente tienen buen sabor.

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Soraya con el premio de la Queens Economic Development Corporation, 2014.

"Quiero cocinar y alimentar a la gente", dice Jaime. Aunque su objetivo era inicialmente tener su propio programa de Food Network, las fantasías de Soraya se han vuelto locales: ser dueña de su propio restaurante en algún lugar interesante y cálido en Jackson Heights para ayudar a servir a su comunidad que no siempre tiene acceso a alimentos saludables. La empresaria tendría un bloque de cuchillos en lugar de una sola hoja de seis pulgadas, y tendría un lugar para probar recetas y dejar que la gente se relajara y disfrutara. Mientras tanto, trabajará durante el verano en ferias de alimentos, será voluntaria en City Harvest, y seguirá trabajando con los planificadores financieros para alcanzar sus metas. Y, por supuesto, sus videos de bajo presupuesto serán suficientes para compartir su misión.

"¡Soraya es la cocina! Ella es libre de lácteos, un budín de calabaza sin azúcar", dice Jaime, riendo. "Además, ya sabes, descubrí que entre más éxito tiene Soraya, más crecen los tacones".