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Cultură

Siete cosas con las que debes lidiar cuando muere un miembro de tu familia

Las tareas burocráticas (manejo de facturas, contratación de una funeraria, búsqueda de cuentas bancarias) pueden tomar a la gente por sorpresa.
jsmith/Getty Images

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Cuando muere un ser querido, lo último en lo que quieres pensar es en todo el papeleo. Reunir a familiares y amigos, trabajar en aceptar el duelo y atender las necesidades emocionales pueden parecer la única cosas importante que vale la pena atender en los días e incluso las semanas posteriores a la pérdida de alguien cercano.

Es por eso que las tareas burocráticas —manejo de facturas, contratación de una funeraria, búsqueda de cuentas bancarias— pueden tomar a la gente por sorpresa, dice Eva Shaw, autora de What to Do When a Loved One Dies [Qué hacer cuando muere un ser querido]. "Esas son cosas para las que nunca hay un momento adecuado", dice Shaw. Pero mantener la logística bajo control ayuda a prevenir problemas inesperados en los días y meses posteriores a la muerte. Hablamos con varios expertos sobre por dónde comenzar.

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Tener una declaración formal de muerte

Cuando alguien fallece, un médico o un profesional de la salud tiene que declararlo muerto oficialmente y darte un certificado de defunción para que el proceso pueda continuar. Si alguien muere en un hospital o un asilo de ancianos, el personal a su disposición brindará ese servicio. Sin embargo, si alguien muere en su casa, particularmente si fue algo inesperado, quienes estén con la persona fallecida deben llamar al 911. Después, el difunto será transportado típicamente a un hospital, donde lo declararán muerto y lo trasladarán a una funeraria.

Informar del fallecimiento a amigos y familiares

Las llamadas a la familia, amigos y conocidos de la persona que falleció deben suceder a los pocos días de la muerte, y hay que organizar un funeral, dice Shaw. Puede resultar catártico escribir un obituario, y distribuirlo puede ayudar con parte del duro trabajo de difundir la triste noticia, dice Scott Smith, autor de When Someone Dies: The Practical Guide to the Logistics of Death [Cuando alguien muere: la guía práctica para la logística de la muerte]. Sin embargo, el obituario no es indispensable, y ciertamente no es necesario pagar para que sea publicado en un periódico.

Hacer arreglos funerarios

En la morgue, hay que elegir entre la cremación o el entierro. Es importante conocer nuestros derechos en estas situaciones, dice Smith. Por ejemplo, los empleados funerarios podrían intentar vendernos una urna para las cenizas, aunque no sea un requerimiento. "La mayoría en la industria tiene mucha ética, pero siempre hay quien no", dice Smith. "Son compañías con fines de lucro".

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La funeraria o la morgue también nos proporcionarán un certificado de defunción, y es importante tener varias copias, dice Smith. Serán muy importantes y necesarias después cuando haya que acudir a las instituciones financieras, por lo que tener entre cinco y diez copias es lo mejor, más aun si el fallecido tenía una situación financiera complicada.

Incluso con una simple cremación, los costos funerarios (transporte del cuerpo, entierro, etc.) pueden acumularse, lo que Smith dice que es bueno tener en cuenta. Algunos podrían estar cubiertos si el fallecido perteneciera al ejercito, por lo que ponerse en contacto con esas instituciones para identificar cuáles podrían ser los derechos de que disponen es crucial, dice.

Cancelar el agua y la Seguridad Social

En el momento en que alguien muere, todos los beneficios de Seguridad Social que recibía se detienen, dice Smith. Es importante no cobrar los cheques que lleguen por correo, suspender los depósitos directos e informar de la muerte. Cualquier seguro social utilizado después de la muerte de alguien debe ser devuelto. "La gente suele caer en el error de pensar que ése es problema de la Seguridad Social, no de ella", dice Smith. "Pero es algo importante de lo que hay que ocuparse. Y hay enormes penalizaciones".

En los días y semanas posteriores a la muerte, los parientes o amigos también deberán comenzar el proceso de cancelar las tarjetas de crédito del difunto, informar a sus empleadores y responder correos electrónicos. Si la casa o el departamento del difunto va a quedarse desocupado, hay que cancelar los servicios públicos.

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Encontrar el testamento y al albacea

Encontrar el testamento del fallecido le dice a los familiares y amigos que le sobrevivan cuál será el destino del dinero, propiedades o pertenencia que pudiera haber tenido. Es probable que se tenga que llevar el testamento a la notaria para pasar por el proceso de legalización: la ejecución legal de un testamento, lo cual ayuda a transferir la propiedad a cualquier heredero. Cada estado tiene diferentes leyes en torno a la distribución de la propiedad si alguien muere sin un testamento, y los tribunales generalmente designan a un miembro de la familia como albacea para que se encargue de ese proceso.

Transferir dinero y activos

Smith recomienda agregar a los hijos como consignatarios en las cuentas bancarias, para que puedan acceder fácilmente al dinero después de una muerte. "Es posible que ese dinero se necesite para el funeral u otras cosas", dice. Las cuentas de las tarjetas de crédito deberán pagarse, al igual que el impuesto a la renta sobre cualquier ganancia previa a la muerte.

Los costos inesperados que vencen en el período posterior a la muerte pueden ser un shock, dice Shaw. Por ejemplo, algunas cuentas pueden tener una designación de "pago en el momento de muerte", en la que los fondos se liberarán con la prueba de que el propietario falleció. Para eso sirven los certificados de defunción adicionales: el banco necesita una copia original, no una fotocopia, para otorgar acceso a las cuentas. Sin la designación de "pago en el momento de la muerte" o de un consignatario, la cuenta puede quedar congelada, y debe liquidarse y liberarse a través de una legitimación.

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Los herederos también necesitan un certificado de defunción para acceder a las cuentas de planes de jubilación, dice Smith. También enfatiza la importancia de verificar el valor de mercado de cualquier propiedad inmobiliaria en nombre del fallecido, ya que el heredero deberá pagar los impuestos correspondientes a partir de ese momento.

No se necesita de un abogado para el proceso de transferencia y procesamiento de activos, pero sí facilita las cosas, dice Smith, particularmente si hay bienes raíces o cuentas bancarias múltiples involucradas. "Puede ser realmente complicado", dice.

Limpiar la casa o el departamento

"Una de las cosas más difíciles es tener que lidiar con las pertenencias de un ser querido", dice Shaw. "Ahí es donde la gente casi se paraliza". Es difícil tirar la última taza de café y el último periódico, y es aún más difícil revisar la ropa, las fotos y las reliquias familiares.

Es por eso que la mayoría de los expertos en duelo recomiendan no tomar decisiones importantes sobre qué hacer con las posesiones de un ser querido hasta que haya pasado un año, dice Shaw. "Cada uno de los aniversarios, como los cumpleaños y los días festivos, puede ser todo un desafío", dice ella. Es bueno superar cada uno de ellos a la vez, primero.

El proceso de administrar todo, desde el testamento hasta las cuentas en línea, también puede avanzar lentamente. Meses más tarde, los correos electrónicos y las solicitudes podrían llegar aún dirigidas al difunto. Es bueno saber que el trabajo puede prolongarse, dice Shaw. Pero hablar sobre los últimos deseos mientras alguien todavía está vivo —asegurándose de saber dónde está el testamento de los padres, o haciendo una lista de los amigos y familiares a quienes les gustaría invitar al funeral— puede facilitar las cosas. "Es algo de lo que a nadie le gusta hablar", dice, "pero es importante estar preparado".