Polaroid Kidd tiene un show en Nueva York

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Polaroid Kidd tiene un show en Nueva York

Mike Brodie, también conocido como Polaroid Kid, es un fotógrafo de 27 años que ha ganado montones de premios y ha apantallado a todos, desde el New Yorker hasta los curadores del Louvre, con sus hermosas fotos Polaroid.

Un día me llamó una compañera con la que solía trabajar en equis revista:

—Hay un hombre aquí que quiere verte —me dijo.

—Está bien —contesté. —¿Quién es?

—Bueno… creo que es un vagabundo.

Yo no estaba en la oficina y ella me había marcado al celular.

—¿Qué? —le dije. —¿Un vagabundo? ¿Cuál es su nombre?

Después me enteré que el nombre del vagabundo era Mike Brodie, mejor conocido como Polaroid Kidd. Se trata del súper famoso fotógrafo de 27 años que ha ganado montones de premios y que ha apantallado a todos, desde el New Yorker hasta los curadores del Louvre, con sus hermosas fotos Polaroid. Como una buena sureña que piensa que cualquiera con un poco de grasa en las manos es un vagabundo, su error no me sorprendió, excepto por el hecho de que Brodie  acababa de aparecer en un número de la revista donde ella y yo trabajábamos. De hecho ella me comentó que las fotos le habían encantado. Él solo pasaba por la ciudad y quería saludar, y ella pensó que era un joven desamparado.

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El mundo que Brodie documenta está, por supuesto, lleno de vagos, a muchos de ellos los conoció durante la década en la que cruzó Estados Unidos en trenes. Cubrió más de 80 mil kilómetros, viajes incontables atravesando el país una y otra vez, sus fotos son documentos a los que Woody Guthrie llamaría “la fuerza viajera”, son tomas de las bajas y la altas de la vida: niños comiendo frutas de la basura, cuellos rotos, la libertad aventada en la caja de una troca. Un par de pantalones mugrosos en su nuevo libro A Period of Juvenille Prosperity publicado por Twin Palms te dice todo: agua color marrón de suciedad acumulada, cientos kilómetros de grasa y mugre goteando que se filtran en el agua de la tina; los pantalones por encima del agua flotando cual cadáver.

Ahora Brodie vive en Oakland, y sigue haciendo fotos, pero A Period of Juvenille Prosperity es su obra maestra, la historia de sus años en los caminos de Estados Unidos. Esto representa una vida que muchos de nosotros nunca experimentaremos, y que otros ni siquiera se imaginarían si no fuera por el trabajo de Brodie. Su obra lo reafirma como algo verdadero y peculiar: un genio auténtico con una maravillosa historia por contar. Las 60 fotos a todo color del libro canalizan a los más grandes documentalistas de Estado Unidos como Robert Frank y Guillermo Eggleston; Brodie no sabía de su gran trabajo cuando hace más de diez años tomó por primera vez una cámara. Si alguna vez soñaste con saltar de un tren de carga tu sueño probablemente esté en una de las fotos de Brodie.

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Ese día, cuando Brodie apareció en mi oficina, nunca me encontré con él. Para cuando llamé de vuelta a la oficina ya se preparaba para volver al camino, pero me contó que el día que tuvo su primer galería siete años atrás, saltó de una carpa. Esta vez Brodie llegó a Nueva York en avión, y si eres afortunado quizá te lo encuentres en una de sus galerías o firmando libros, pero si te tardes, es probable que ya se haya ido.

Puedes ver su libro en tu cama, en el baño o donde quiera que estés, para asombrarte y terminar con la boca abierta. Para todos aquellos que disfrutan de las cosas bien hechas hay una edición especial por parte de libros TWB.

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