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Cultură

Comer comida picante podría ayudarte a engañar la muerte

Un estudio de siete años encontró que comer regularmente ajíes puede reducir el riesgo de muerte temprana en un 14 por ciento.
Hilary Pollack
Los Angeles, US

El ají ha sido desde siempre el fiel acompañante de todo puesto de empanadas. Desde ahí, el ají y el picante se expanden por la gastronomía colombiana para llenar los vacíos gustativos de un plato incompleto o de un comensal insatisfecho.

La cultura del picante no se limita, sin embargo, a ese líquido sospechoso en tarrito de plástico, ni mucho menos al combinado de especias verdes que encontramos en la mayoría de los restaurantes con una cucharita de plástico al lado. En Colombia, la actual abundancia de restaurantes de gastronomía internacional ha creado un espacio más grande para la comida picante en el país, pasando incluso por las opciones más agringadas de las alitas de pollo embadurnadas en salsa picante, que incluso han llegado a darse el lujo de coronar a su reina.

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¿Por qué? Porque es delicioso. Y, seguro, también hay un atractivo masoquista en sudarse todo el proceso de comerse un chile habanero o mandarse un plato de sopa, rojo, de lo lleno que está de sriracha.

Ahora puedes agregar una nueva razón para aprender a amar el picante: podría ayudarte a vivir más tiempo. Y este no es sólo el consejo de una abuela koreana que quiere asegurarse de que le pongas más gochujang a tu bibimbap. Los resultados de un estudio de siete años publicados el martes en el diario médico BMJ revelan que hay nexos cuantificables entre el consumo de comida picante y un riesgo más bajo de morir en edades medianas y avanzadas.

Un equipo de investigadores internacionales, liderados por la Academia china de ciencias médicas, estudió a cerca de 500.000 hombres y mujeres en China que tenían entre 30 y 79 años al inicio del estudio (realizado entre 2004 y 2008), investigando los temas concernientes a su salud, el físico, el consumo de alcohol, y los hábitos de alimentación (incluyendo su consumo de carne roja, vegetales y comida picante). Posteriormente, siete años después, hicieron seguimiento para ver quién seguía vivo.

Chiles habaneros. Foto vía usuario de Flickr jeffreyww

Encontraron que 20.224 – o cerca del 4.1 por ciento – de los participantes murieron en ese lapso. Teniendo en cuenta factores como la edad, el estado civil, el nivel de educación, los hábitos de ejercicio, y el historial de enfermedad familiar, el equipo de investigación encontró que las personas que comían más comida picante – al menos una o dos veces por semana – tenían un 10% menos de riesgo de muerte en comparación a los que nunca o casi nunca lo hacían. Aún mejor: tanto hombres como mujeres que comían comida picante casi a diario tenían un 14 por ciento menos de riesgo de muerte.

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Desde luego, hay muchos tipos de comida picante: un pastel de yuca con dos cucharadas encime y un plato de fideos estilo Xi'an no son exactamente congruentes. Pero en esta instancia, la especia picante más consumida eran los chiles. Particularmente los chiles frescos – en oposición a los secos – estaban ligados a un menor riesgo de muerte por cáncer, enfermedad cardiaca y diabetes, posiblemente gracias a sus altos niveles de capsaicina y de vitamina C. Se ha demostrado en previos estudios que la capsaicina, el componente activo de los ajíes, y lo que los hace picantes, tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e incluso propiedades que ayudan a aliviar el estrés.

Mencionaré, de paso, que tras el infierno inicial de un mordisco gigante de pasta de ají, obtienes una encantadora avalancha de endorfinas.

Los investigadores se apresuran a señalar que la información recogida en este estudio fue autoevaluada y observacional, lo que implica que una verdadera relación de causa y efecto no puede ser verificada sin un conocimiento más profundo. Aún así, el equipo espera que se haga más investigación, creando posiblemente el camino para nuevas recomendaciones de dieta y otros desarrollos.

Vale la pena resaltar que Lu Qi, el autor que lideró el estudio del T.H. Chan School of Public Health de Harvard y Brigham y del Women's Hospital, también advirtió en CBS News sobre los posibles inconvenientes de comer montones de comida picante para las personas con estómagos sensibles. "Para aquellos que padecen de desórdenes digestivos como úlceras, yo recomendaría ser cauteloso con la comida picante", afirmó.

Muy bien, pero de todas formas podríamos comprar el tamaño gigante de salsa sambal la próxima vez.