La Iglesia Católica vs homosexuales en México, ¿nuevo discurso de odio?

En un mundo y país en el que la Iglesia Católica pierde fieles cada día, en México le apuesta a… unir a los católicos en contra del matrimonio igualitario a través de pronunciamientos en contra de la propuesta realizada por el Presidente Enrique Peña Nieto para reconocer en la Constitución estas uniones en todo el país.

Luego de que la Arquidiócesis de México nos contara detalladamente que el ano del hombre, por ejemplo, "no está diseñado para recibir, sólo para expeler", no estamos seguros de lo que estos mensajes podrían significar, ya que están llenos de prejuicios y desinformación, pero de acuerdo con la misma Iglesia, ellos no discriminan a los homosexuales.

Para empezar, la población católica en el mundo sufrió un cambio drástico, pues previamente la mayoría de estos fieles se encontraba en Europa y en los últimos 100 años, la fe "se movió" hacia Latinoamérica, donde radica casi el 40 por ciento de los católicos en el mundo.

Pero el porcentaje de mexicanos que se consideraron católicos bajó de 88 por ciento en el 2000 a 82.9 por ciento en 2015, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mientras que la cifra de personas que se identificaron como ateos aumentó de 1.6 por ciento en 1970 a 4.6 por ciento en la actualidad, así como la devoción a otros grupos religiosos.

El tamaño de la población católica en México podría definir precisamente la nueva iniciativa de Peña, (muy parecida la campaña aprobada por matrimonio igualitario en Estados Unidos de #LoveWins, cabe mencionar) o simplemente suscitar un debate, en el mejor de los casos.

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La Iglesia Católica dio a conocer a través de su semanario Desde La Fe que las relaciones homosexuales "no pueden recibir aprobación", pero sí "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza".

Aún así, les pide que vivan en castidad por varios puntos:

• Para el beneficio del homosexual, según la iglesia, ya que ésta no quiere que "sean utilizados como simples objetos de placer".

• "La identidad de un ser humano no puede ser su apetito sexual", pero igual ellos lo van a mencionar y te lo van a restregar hasta que prohíban unirte con alguien de tu mismo sexo.

• "El cuerpo humano no está diseñado para la relación homosexual. La mujer tiene una cavidad especialmente preparada para la relación sexual y el miembro que penetra un ano lo lastima severamente pudiendo causar sangrados e infecciones". Ok, pero no siempre tiene que ser un miembro. Alguien díganles.

• Si eres lesbiana, "puede haber contagio de enfermedades de transmisión sexual, así como daños por la penetración de objetos que sustituyen el —siempre imprescindible— miembro masculino".

• La arquidiócesis mexicana cita además un informe de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA, en el que asevera que los hombres que tienen sexo con otros hombres son los "principales propagadores de enfermedades de transmisión sexual".

Supongo que debemos tomar esa información que cura, de las mismas personas que redactaron un artículo —que se espera que todavía cause revuelo entre la comunidad científica— titulado: "Ir a misa es bueno para la salud".

Prohibido el sexo, la Iglesia pasó al tema del matrimonio igualitario que "no tiene una adecuada estabilidad emocional", al considerar que los esposos homosexuales que deciden tener hijos naturales deben decidir cuál de los dos papás donará el semen, o cuál de las dos mamás prestará su vientre o sus óvulos. "Esto es causa común de celos, resentimientos y rupturas", advierte seriamente la institución religiosa.

Esta intensa campaña por parte de la Iglesia podría tener repercusiones retrógradas que culminen en discriminación o violencia en contra de la comunidad Lésbico Gay Bisexual Transexual Intersexual (LGBTI), ya que, de acuerdo con la Organización de los Estados Americanos (OEA) —a la que México pertenece—, demuestra que con frecuencia, los crímenes contra las personas de esa comunidad están precedidos de un contexto de elevada deshumanización y discriminación.

Además que México se sitúa en el segundo lugar mundial de crímenes de odio por "miedo" a la comunidad.

Según la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la definición de discurso de odio se extiende a las expresiones que "alimentan un ambiente de prejuicio e intolerancia en el entendido que tal ambiente puede incentivar la discriminación, hostilidad y ataques violentos dirigidos a ciertas personas".

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El paso final de la Iglesia Católica, presidida por el Cardenal Norberto Rivera, fue negar rotundamente la adopción de menores a matrimonios igualitarios, bajo el argumento que la homosexualidad "es una desviación" y que no porque "el Estado vuelva algo legal, lo hace moral".

En agosto de 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) señaló que negarle una familia a un niño viola diversos derechos humanos.

Miren que dejar sin un hogar a un infante, eso no suena a algo muy católico por hacer, ¿o sí?