Jordan y Kobe: La batalla por ser el nuevo macho alfa de la NBA en el All Star Game de 2003

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Jordan y Kobe: La batalla por ser el nuevo macho alfa de la NBA en el All Star Game de 2003

El león viejo contra el león joven, trash talking, intimidación y sarcasmo

Desde su irrupción en la NBA, con 18 años, a Kobe Bryant se le asignó la tarea de ser el sucesor de Michael Jordan. Compartía con "Su Majestad" algunas similitudes de su juego, y la misma fiereza competitiva. Michael seguía activo, pero la NBA buscaba construir, por todos lados, a la figura que le diera continuidad a la bonanza que vivió la liga en la era de Jordan.

Y así fue como llegó el Juego de Estrellas de la NBA de 2003. Michael Jordan estaba a unos días de cumplir 40 años, y vivía su última temporada como jugador en activo. Kobe Bryant, con 24, estaba recién entrado en el pináculo de su carrera, y acumulaba tres anillos de campeonato seguidos.

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En ese momento, en que Michael Jordan iba de salida, un Kobe en plenitud sintió que era el momento de tomar la estafeta como macho alfa de la liga. El mismo proceso que Jordan vivió en su juventud frente a Magic Johnson y Larry Bird. Hoy, era el momento de poner orden en la manada, el viejo león contra el león joven.

"De vez en cuando nos enfrentamos a un jugador con el que tienes el mismo ADN competitivo" aseguró Kobe sobre aquel juego en una entrevista con la NBA. "Un jugador que tiene el mismo espíritu competitivo que tú tienes, y rápido te das cuenta que el bullying, y el hablar mierda no te va a servir de nada".

Y empezó el dialogo de intimidación sobre la duela. A ver quién doblaba a quién.

Primer Acto

"Eso era foul todo el día", le dijo Michael a Kobe. "No me digas que estas hablando. Yo sé que tú no hablas", le respondió Kobe en tono sarcástico.

La respuesta del joven león hizo mella en el macho alfa, que subió la apuesta.

"Oye, sólo tienes tres (campeonatos). Yo tengo seis", refutó Michael de forma socarrona. "Obvio, que me van a dar ese foul. Tú solo tienes tres campeonatos".

La respuesta de Kobe fue simplemente una carcajada. Michael se había puesto los lentes. "Turn down for what".

Segundo acto

"Sé lo que intentas hacer. Tienes que elevarte más rápido", provoca Kobe a Jordan, sugiriéndole que a sus casi 40 años ya no tiene la velocidad ni la explosividad de los tiempos sagrados. Touché, Michael.

"Si ya sabías lo que yo iba a hacer, entonces ¿por qué te comiste la finta?", le pregunta Jordan. Touché, Kobe. Bryant balbucea un poco, aunque intenta no perder la seguridad. El instante suficiente para encontrar la respuesta.

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"Mike, después de hacer tu finta, ¿a qué otro lugar podías ir?", refuta Kobe.

"Pero dejaste el pie", increpa Jordan percibiendo el pobre argumento de Kobe.

"Sí, pero ¿a dónde más podías ir?", insiste Kobe. "Giré completamente y seguías ahí".

"En el juego iré sobre ti", le advierte Jordan en un tono más amenazante que burlón. "Iré por este pecho y estas costillas", le dice Michael a Kobe mientras lo señala con las manos.

Tercer acto

"Tres, dos, uno". Es Michael Jordan contándole los segundos en el reloj a Kobe, mientras ejecuta un jumper. Intenta ponerlo nervioso, pero no lo logra. El tiro entra limpio, sin tocar el aro.

"Está bien", le responde Kobe. "Tiro mejor cuando se me está acabando el tiempo".

Touché, Michael.

Son de esos juegos que no se olvidan. Los diálogos de intimidación en un Juego de Estrellas parecieran parte del espectáculo, parecieran hechos en tono de broma para la tribuna. Pero en un macho alfa, las palabras registran, en cualquier día y en cualquier lugar.

Un par de semanas después, el 28 de marzo de 2003, Michael Jordan y Kobe Bryant volvieron a enfrentarse. Esta vez, no quedó duda de quién era el mejor.

Aunque no hubo enfrentamiento uno contra uno ––la cobertura a Kobe estuvo a cargo de Jerry Stackhouse––, Bryant se llevó el duelo sobre Jordan anotando 55 puntos, con 42 de ellos en la primera mitad. Jordan terminó con 23, y los Lakers arrasaron a los Washingon Wizards, el último equipo de Michael.

Esa noche, Kobe hizo lo que quiso. Se salía con la suya en cada finta, metía un triple tras otro desde bien atrás del perímetro. La arena estaba entregada a Kobe Bryant, y se vivía un ambiente eléctrico. Michael Jordan, se veía silencioso, casi resignado. Era su tiempo para irse.

Kobe Bryant reclamó, en ese 2003, su puesto como el nuevo macho alfa de la NBA. Al término de la temporada, Michael Jordan se retiró. Ahora sí, para siempre.