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Cultură

El lado oscuro de Facebook: grupos colombianos que me enseñaron algo nuevo sobre la humanidad

¿No le parece un desperdicio tener una herramienta que nos permite dar un vistazo a las vidas de 1.5 billones de personas en el mundo y utilizarla únicamente para andar chismoseando a su vecino?

Según su página de inicio, Facebook es una aplicación que nos permite conectarnos con las personas que nos rodean: nuestros viejos amigos del colegio, la vieja bonita de la clase, el primo al que solo vemos cada veinticuatro de diciembre. Y un largo etcétera. Al menos para eso se lo inventó Zuckerberg. Pero ¿no te parece un desperdicio tener una herramienta que nos permite dar un vistazo a las vidas de 1.5 billones de personas en el mundo y utilizarla únicamente para andar chismoseando al vecino? ¿Qué pasa cuando nos arriesgamos a mirar quién está usando este venenoso juguete blanquiazul fuera de nuestro círculo social más cercano?

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Es entonces cuando nos encontramos con la verdadera esencia de Facebook: grupos que reúnen a completos desconocidos en torno a intereses en común. Son tan diversos que permiten ubicar a un taxista gay que haga carreras a cambio de sexo; averiguar qué piensan los desconocidos de su cuerpo; comprar un tarro de ketamina o simplemente evitar una mancha de aceite que puede hacerlo caer de la moto mientras regresa a casa. Aquí les presentamos cuatro valiosas lecciones que hemos aprendido tras largas horas scrolleando en los nichos más curiosos de Facebook.

1.Quien quiera que nos esté vigilando, lo está haciendo muy mal

La idea de que en alguna oficina estatal hay alguien espiando todos nuestros likes, shares y conversaciones, esperando a que cometamos cualquier desliz y así tener un pretexto para hacer click en un botón rojo que despacha un helicóptero hacia nuestra casa, es una de las teorías conspirativas más populares de nuestra generación. Al menos en la Colombia del año 2015 esta posibilidad parece bastante remota. Existe en Facebook una decena de grupos creados con la única finalidad de comprar y vender drogas ilegales en Bogotá. Los grupos no son secretos y en ellos no solo se manejan transacciones de dos o tres gramitos de cripa, sino que se mueven cantidades que llegan hasta una libra de marihuana, cartones completos de LSD o frascos de ketamina. Atrás quedaron las épocas en las que para comprar drogas usted necesitaba llamar a un número para explicarle a un desconocido que uno es amigo de un amigo. Según el último informe del Observatorio de Drogas de Colombia, la policía ya ha identificado esta modalidad de venta. Sin embargo, el hecho de que en estos grupos se cierren decenas de transacciones al día, y de que los vendedores (o mejor dicho, los perfiles falsos creados por vendedores) se renueven constantemente, hace que hoy en día convertirse en un microempresario del vicio sea más fácil y cómodo que nunca. Y no solo son los jíbaros quienes recurren a Facebook para mover mercancía 'azarosa'. Existe otra docena de grupos creados con el pretexto de intercambiar ropa importada de segunda mano en donde es cosa de todas las semanas encontrarse con adolescentes bogotanos que, desde sus perfiles reales, ponen a la venta pistolas de gas, escopetas artesanales, revólveres de mentiras, cuchillos, espadas y hasta armas de fuego funcionales con todo y munición. Es curioso cómo, en la misma ciudad que ha prohibido el porte de todo tipo de armas de fuego, la caja de herramientas para el delincuente novato esté a tan solo un par de clicks de distancia.

2. Nadie está solo Facebook

Ser geek ya no es lo mismo desde la invención de las redes sociales. Ahora los encuentros entre aquellos que comparten hobbies e intereses que se ubican en las márgenes de lo socialmente común o aceptado suceden miles de veces por día y a plena luz de la pantalla. En Facebook hay grupos para toda afición, ya sea crear réplicas virtuales de hinchas de Nacional en Grand Theft Auto, disfrazarse como su personaje preferido de anime, salir al parque a buscar aves migratorias, tener sexo gay con un taxista o buscar mujeres tiernas, comprensivas, bonitas y con una debilidad por los policías. Y la cosa no siempre se quedan en relaciones virtuales. Gracias a Facebook se conocieron los ateos, que hace poco se enfrentaron en un parque con los fieles del Padre Chucho, lo mismo se puede decir de los miembros de Iglesia Mayor de Lucifer en Bogotá, quienes se reúnen semanalmente y afirman estar construyendo un templo y muchos otros que tratan de intercambiar parejas en Bogotá y ya tienen su propio Sauna-Bar. Es curioso cómo la misma red que, en tantas ocasiones se ha prestado para el bullying , se haya convertido en un espacio seguro para todos aquellos que son tildados de freaks en el mundo de carne y hueso.

3. Adiós al pudor

Que Facebook sea, y haya sido, el espacio por excelencia para pelar nalga, teta o six pack no tiene nada nuevo. Pero en Medellín el exhibicionismo ha llegado a nuevos límites con las páginas de 'Chimbas', sinónimo paisa para mujer atractiva. Estas páginas, que suelen tener más de mil seguidores reciben y publican fotos de mujeres y, en menor proporción, de hombres que posan ligeros de ropa. Los administradores eligen lo mejor de lo más mostrón y lo publican para que sea sometido a la evaluación de los seguidores de la página, la cual suele ser muy favorable. Los administradores, que desde el anonimato van acumulando una colección nada despreciable de fotografía erótica de barrio, ganan seguidores para su página y envían las fotos, obtienen la certeza de saber que alguien en este mundo cruel considera que están "ricos pa' rico". Por donde se le mire, un gana- gana. Tampoco existe el pudor en el grupo de Cruising Bogotá. El cruising es una práctica que consiste en acordar citas en lugares públicos para tener sexo con completos desconocidos y, si todos los que pertenecen al grupo son capaces de pasar del dicho al hecho, los entusiastas del sexo casual con desconocidos en Bogotá se cuentan por miles.

4. En Facebook no solo se pierde el tiempo

No todo es frivolidad en esta red social, existen también unos cuantos grupos que tienen vocación de servicio. Solo emergencias Moteros Bogotá es una página que sirve para alertar en tiempo real acerca de accidentes, cierres viales, manchas de aceite y huecos que pueden amargarle el día a un motero cualquiera. Aparte de eso, el administrador de la página publica videos invitando a quienes se mueven en moto por la ciudad a comportarse de manera responsable en la vía. Algo similar sucede en la página Bicicletas Robadas Bogotá, en la cual los ciclistas alertan acerca de tramos de cicloruta en los que roban bicicletas y nuevas modalidades a las que recurren los choros para bajar del bus a los ciclistas. Fue precisamente en este grupo, en el que se viralizó el video del 'Lonchis' el atracador de la ciclorruta y en un par de ocasiones también se han recuperado bicicletas gracias a la colaboración de miembros del grupo. Si usted todavía anda botándole likes a las nalgas de una vieja que ni lo saluda cuando lo ve cara a cara, a los mensajes de autosuperación de un crossfitter o a las fotos de un cachorro pulgoso, salga de su zona de confort virtual y dese un paseo exhaustivo por Facebook. Encontrará espacios de colaboración, complicidad y exhibicionismo que enseñan mucho más acerca del mundo en el que vivimos que todos los noticieros juntos.