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La victoria electoral de la izquierda en Grecia podría influir en toda Europa

La victoria de Syriza podría levantar olas en el resto de Europa. Veamos de qué forma los votos de los griegos podrían haber cambiado las cosas para todos.

El lunes, Grecia estaba en modo festivo, ya que era la primera vez que un partido de izquierda radical asumía el gobierno de un país de Europa. Syriza obtuvo un 36,3 por ciento de los votos en las elecciones generales celebradas el domingo, lo que llevó a sus simpatizantes a celebrarlo con bailes en las calles durante horas y a Hugh Laurie a felicitarle por Twitter.

Para la juventud helena, los cambios prometidos por Syriza llegan con mucho retraso. Entre sus promesas están la igualdad de géneros, los derechos del colectivo LGBT, la secularización del estado, la despenalización de determinadas drogas y el fin de la brutalidad policial. Para la generación de simpatizantes de Syriza de mayor edad, su voto constituía una protesta contra los asfixiantes recortes impuestos por la Troika (El Banco Central Europeo, el FMI y la Comisión Europea). La victoria de la izquierda simboliza el fracaso de la política de la austeridad. El joven líder del partido, Alexis Tsipras, se convertirá en el Primer Ministro en la historia de la Eurozona que rechace las medidas de austeridad tomadas a raíz del crédito de 240.000 millones de euros cedidos para el rescate de Grecia.

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La victoria de Syriza podría levantar olas en el resto de Europa. Veamos de qué forma los votos de los griegos podrían haber cambiado las cosas para todos.

El futuro de Grecia en Europa

Como era de esperar, la élite política europea no se está tomando demasiado bien los recientes acontecimientos. En un tuit, David Cameron dijo que "los resultados de las elecciones griegas aumentarán la incertidumbre sobre la situación económica de Europa. Por eso el Reino Unido debe ceñirse a lo planificado, para mantener la seguridad en casa". Mientras tanto, el director del Banco Central alemán, Jens Weidmann, señaló: "Grecia claramente sigue necesitando apoyo, y también está claro que esa ayuda únicamente se le proporcionará en el marco de un programa de ayudas". Básicamente viene a decir que Grecia sigue subyugada a las medidas de austeridad de Europa, le guste o no a Syriza.

Esas palabras probablemente no hayan intimidado lo más mínimo a Tsipras, quien precisamente ha utilizado todas las amenazas proferidas por los líderes europeos como herramientas para obtener su victoria. Dentro de unos días, el joven líder asistirá a una cumbre de la UE en Bruselas y se sentará junto a la canciller Angela Merkel y al lado de David Cameron y François Hollande. Con la victoria aún fresca, no le costará demasiado reírse de cualquiera que siga sugiriendo medidas de austeridad para Grecia. Unas medidas tan radicales que ni siquiera el ex Primer Ministro griego, el conservador Antonis Samaras, estaría de acuerdo con ellas.

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Pese a las críticas, el argumento económico de Syriza es válido. Según Stavros Drakopoulos, profesor de Economía en la Universidad de Atenas, "los fundamentos de la economía griega demuestran que la postura de Syriza de debatir en profundidad la sostenibilidad de la deuda griega tiene lógica". Drakopoulos añade que "la mayoría de los economistas están de acuerdo en que el nivel de deuda es insostenible y debe volver a negociarse… La elevada cuantía de la deuda dificulta y frena un posible crecimiento económico a largo plazo que reduciría el desempleo y aumentaría la renta per cápita. También a la UE le interesa reducir la deuda, que muy probablemente aportaría también un alivio económico".

"Kammenos" significa "quemado" en griego

Sin embargo, la decisión de Tsipras de formar un gobierno de coalición con el partido populista de derechas Griegos Independientes complica las cosas. Hace unos días, su líder, Panos Kammenos, afirmó que la deuda griega debería auditarse y condonarse la parte "ilegítima", con o sin el beneplácito de los acreedores. "Europa está gobernada por neonazis alemanes", afirmó Kammenos.

La alianza con el poco diplomático Griegos Independientes resulta preocupante. "Creo que las posibilidades de fracaso son cada vez mayores. Imagina cómo serán las negociaciones de un gobierno así con la Troika", explicó a VICE Aristides Chatzis, profesor asociado de Filosofía del Derecho de la Universidad de Atenas. No es muy buen comienzo para un partido cuyo lema es 'Por primera vez en la izquierda' formar coalición con una formación de derechas, y el mensaje que se transmite a la sociedad griega y a Europa es que Syriza se posiciona entre los euroescépticos."

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Por otro lado, los que se sientan en el otro extremo de la mesa de negociaciones tampoco querrán mover un dedo. Hasta ahora, tanto el FMI como el BCE se han negado a condonar gran parte de la deuda. A Angela Merkel tampoco le gusta la idea; parece temer que la medida pueda convertirse en un precedente a seguir por otras economías en problemas de la Eurozona y que avivara el creciente movimiento anti europeo que vive Alemania.

Ese rechazo presenta un dilema para el resto de Europa. Si Grecia quedara fuera de la Eurozona y del euro, el resto de la Unión Europea se enfrentaría a su mayor prueba de fuego. Por otro lado, si se satisfacen las exigencias de Tsipras, pueden aparecer otros partidos radicales en países de Europa con problemas similares a los de Grecia, como es el caso de España, donde este año celebraremos elecciones generales. El panorama europeo podría tintarse de rojo.

¿Podría producirse un efecto dominó en España, Italia e Irlanda?

El jueves pasado, Pablo Iglesias, líder de Podemos, asistió junto con Tsipras a los actos políticos de Syriza en Atenas . "Se respira el cambio en Grecia y […] en el sur de Europa", dijo Iglesias. "En Grecia, el cambio se llama Syriza. En España, se llama Podemos. Llega la esperanza. ¡Por la victoria! ¡Saldremos adelante!".

España y Grecia no son los únicos países de la UE con fuertes movimientos contra la austeridad. En Italia, el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo cogió a Europa desprevenida en las últimas elecciones para el Parlamente Europeo obteniendo el 20 por ciento de los votos. En Irlanda, Gerry Adams, dirigente del Sinn Féin deseó suerte a Tsipras antes de las elecciones, mientras que el eurodiputado de la circunscripción de las North West Midlands, Matt Carthy, afirmó que la victoria de Syriza podría ayudar a Irlanda a mejorar sus condiciones en la negociación de la deuda con la Unión Europea.

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Según Chatzis, Tsipras tiene la motivación necesaria para obtener la concesión que podría desatar ese efecto dominó. "La victoria de Tsipras lo limita", señaló. "No le permite comprometerse fácilmente, incluso si durante las negociaciones se le presentaran mejoras generales para Grecia. Sabe que un compromiso podría tener un coste político muy elevado."

Los fascistas están muy contentos

Si Tsipras no logra cumplir con sus promesas, las consecuencias podrían ser aún más catastróficas que la mera salida de Grecia de la UE. Podría significar un aumento aún mayor del extremismo y el fascismo en sus fronteras y en el ámbito internacional. En su mayoría, los votantes de Syriza son personas hastiadas por las medidas de austeridad social impuestas. Si se sienten traicionados, algunos apuntan a que podrían recurrir a fuerzas políticas más extremas, como Amanecer Dorado, que en los comicios del domingo obtuvo un 6,28 por ciento de los votos y 17 de los 300 escaños.

Marine Le Pen, lideresa del partido de extrema derecha Frente Nacional Francés, está entusiasmada con la coalición entre Syriza y Griegos Independientes: "Estoy encantada con este rotundo golpe democrático que el pueblo griego ha dado a la Unión Europea… Es el momento de poner en tela de juicio las medidas de austeridad europeas y las restricciones impuestas para salvar al euro", afirmó. Ya hay buitres volando en círculos, esperando a picotear lo que pueda quedar en caso de que Syriza fracase en su cometido.

Esto último suscita algunas preguntas sobre la política de inmigración de Syriza. La Fundación Helénica de Política Exterior y Europea (ELIAMEP) señala que los gobiernos anteriores han cometido irregularidades en lo relativo al "control y la disuasión" de inmigración ilegal. En términos generales, la política de inmigración irregular del anterior gobierno podría resumirse del siguiente modo: arrestos, detenciones y expulsiones.

Syriza se ha comprometido a cambiar esta situación de forma radical. Aggeliki Dimitriadis, investigador de inmigración en ELIAMEP, cree que resulta más fácil decirlo que hacerlo: "Cuesta tiempo aplicar estos cambios. Las políticas de inmigración de Grecia se deciden desde Europa, no es un asunto nacional. Por ello, Grecia debería, en primer lugar, iniciar un diálogo con Europa y enfatizar que está en el interés de ambos modificar estas medidas. Sin embargo, también es importante ampliar el debate sobre la inmigración para incluir asuntos que vayan más allá de equiparar inmigración y seguridad."

Esto nos lleva nuevamente al punto de inicio. Los cambios que Tsipras pretende obrar en Grecia dependen de su capacidad de hacerse respetar por los líderes europeos y de lograr que cedan. Si lo consigue, sus negociaciones tendrán consecuencias más allá de las fronteras de Grecia.