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Identidad

¿Acaso Suecia discrimina a los cristianos?

La pasada primavera fue comunicado al Comité Europeo de Derechos Sociales que Suecia violó conscientemente los derechos humanos de los doctores y enfermeras pro-vida.

La pasada primavera fue comunicado al Comité Europeo de Derechos Sociales que Suecia, normalmente considerada como una de las naciones más libres y democráticas del mundo, violó conscientemente los derechos humanos de los doctores y enfermeras pro-vida. Tres organizaciones cristianas (Pro Vita, KLM, and FAFCE) presentaron una queja formal en contra del gobierno por no dejar a los trabajadores sanitarios negarse a realizar abortos. Ahora el caso ha generado un gran debate que quizá sea muy familiar para la mayoría de países occidentales, pero extraño para la Suecia liberal.

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Inicialmente, los grupos que participaron en la denuncia decían que se trataba de los derechos de los profesionales del sector, pero Ulrika Karlsson, política que forma parte del centro derechista Moderate Party escribió el pasado Agosto en un blog que esta iniciativa forma parte de una campaña mucho más grande en contra del derecho al aborto. Un punto de vista que aparentemente fue confi rmado cuando Ruth Nordström, una abogada de Pro Vita, respondió a ese post con otro suyo llamado “Suecia necesita protecciones legales más contundentes para los niños que aún no hayan nacido.” Para Ulrika la posición de los pro-vida es tan poco popular como absurda. “No se trata de “niños que aún no hayan nacido”, porque realmente son fetos. La mayoría de los abortos en Suecia se ejecutan antes de la novena semana”, dice. En Suecia, muchas veces el punto de vista de los cristianos es pasado por alto, dice Bitte Assarmo, antigua editora jefe de la revista pro-vida Liv & Rätt. Me dijo que la gente que está a favor de las leyes de libertad de conciencia son retratadas como “gente mala que no permite a otras personas tener derechos sobre su propio cuerpo.” Bitte añade que considerando lo pequeña que es la minoría de los pro-vida en Suecia, no debería ser un problema encontrar doctores que estén dispuestos a realizar abortos, entonces ¿por qué forzar a los pro-vida a cometer algo que es un terrible pecado según su punto de vista? Este argumento no tiene ningún peso ante la mayoría de la población. “En Suecia, la ley está por encima de la religión y la fe,” me dijo Ulrika. ”Si tienes algún problema con esto, “deberías buscarte otro trabajo.”

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