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¿Por qué 'Family Guy' es tan mala?

El sentido del humor que rige a la serie es tóxico.

Hay un aspecto de nuestra rutina diaria que mis dos roomies y yo no estamos orgullosos de aceptar. Todos las noches después de trabajar llegamos a nuestro departamento a cenar sobras y nos tiramos en el sofá con una cervezas a ver Family Guy, ese programa de colores brillantes. Sé que no soy el único. Hay muchos adultos con trabajo, contratos de teléfono celular y relaciones serias que secretamente disfrutan de esta serie animada que hace chistes sobre pedos y violaciones.

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Recuerdo que cuando era joven corría a sentarme frente al televisor para ver Los Simpson mientras mis amigos y yo comíamos pizza y nos quedábamos idiotizados. Hoy en día cuando llegamos a casa a las 9 PM, exhaustos por viajar en metro, somos muy afortunados si es que encontramos sobras para meter al microondas. No sabemos qué hacer, no estamos seguros si abrir esos estados de cuenta que nos llegaron en la mañana, si llamar a nuestra madre, si contestar algunos emails o si dejarnos caer en los brazos de Peter Griffin.


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¿Por qué es tan popular Family Guy? Después de ver muchísimos episodios estoy seguro de que la razón no es "porque da risa". Nunca me he reído en verdad con un episodio. El único sonido que he llegado a emitir se asemeja más a un quejido frustrado. Es como si mi misma risa se cuestionara su propia existencia cuando sale de mi boca. Creo que este es el mismo sonido que haré la primera vez que tenga que cambiar un pañal. "Lo único chistoso de tanta caca y orina es que es imprevista, pero no deja de ser algo que huele horrible y que quiero dejar de ver".

Creo que la gente ve esta serie por tres razones:

1. Ritmo

2. Familiaridad

3. Colores brillantes

Primero hablaré del ritmo. Gran parte del atractivo de la serie es que hace bromas muy pesadas una tras otra, en promedio 5.20 chistes por minuto, así que no tienes tiempo de ponerte a pensar en lo malas que son. Y si eso no funciona, siempre pueden exprimir cualquier chiste hasta que sientas que tienes que reírte para hacer que paren de una vez. Un ejemplo es la pelea de Peter con un pollo, o las veces que alguien se cae. Es como secuestrar a alguien hasta que acepte ser tu amigo, pero en forma de comedia.

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En segundo lugar, hablaré de la familiaridad. Family Guy hace muchas referencias a famosos como Julia Roberts, Sting, Ben Stiller, Daft Punk, Bill Clinton, Barbra Streisand, todas las películas de Star Wars, el Conde Contar de Plaza Sésamo, Jennifer Love Hewitt, Hitler, Spiderman, Bill Cosby, los Romanos, Sean Connery, la rana René, Jesucristo, las gaviotas y Lindsay Lohan. Y no vas a negar que es muy divertido verlos a todos en caricatura.

En tercer lugar, sólo puedo mencionar sus colores brillantes.

Sin embargo, el sentido del humor que rige a la serie sigue siendo tóxico. Una vez que mis roomies y yo concluimos que teníamos un problema, empezamos a llevar un recuento de cuantos episodios de los que veíamos sucesivamente no contenían un acto de violencia hacia una mujer. Al final sólo sumamos 14. Sólo 14 episodios de 20 minutos en los que no maltratan, asesinan o cachetean a Meg, Lois, o cualquier otro personaje femenino.


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Asimismo, los orígenes de los personajes minoritarios se mencionan constantemente y con énfasis negativo, no importa si se trata de burlas antisemíticas a la avaricia de Mort Goldman, de los ademanes de negra de Loretta Brown o de las veces que aparece un nativoamericano con un pasado místico y un problema de ludopatía. Los chistes en verdad se salen de los límites y el programa se deleita con eso. Hay muchos programas de televisión que son "ofensivos", pero la interminable satisfacción que tiene Family Guy al hacer chistes ofensivos sobre las personas vulnerables o no reconocidas va mas allá de los límites y termina pareciendo una extraña predilección de los guionistas. Parece como si tuvieran una extraña necesidad de herir sólo para asegurarse de que el micrófono siga encendido. Sé que vivimos en 2016. El porno existe y también hay documentales sobre tipos con testículos gigantes. Ya nada impresiona, pero Family Guy es el máximo y confuso vestigio de la creencia de que nadie tiene el derecho de sentirse ofendido. Yo diría, del mismo modo, que nadie tiene el derecho de ofender.

Con todo esto no quiero decir que tengamos que sustituir lo que vemos con cine de arte, pero quizá sea tiempo de que le cambie a algo que haga menos chistes sobre lo pésimas que son las mujeres asiáticas para manejar o menos números musicales para mofarse de alguien con SIDA. Se acabó. Ya no hay vuelta atrás. Es hora de que termine mi relación con esta serie.