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"Nunca nos gustaron esas drogas de los ricos, siempre preferimos el cemento y el activo. Nunca nos gustaron las rayas de cocaína, siempre preferí monear por toda la colina"."Hablamos de drogas porque las conocemos y caminamos de la mano con ellas. También tenemos canciones de futbol porque llevo 14 años en una barra brava y realmente lo conocemos, vamos al estadio, hemos sido detenidos y hemos peleado contra otras barras. Cuando hablamos de coger es porque no tenemos otra pinche cosa que hacer", agrega el Haragán antes de soltar una carcajada y pedir un huarache de pastor.Una de las veces que vi a La Venganza de Punk Ramón en vivo, el bajista y el baterista de ese entonces, ya estaban sobre el escenario. La gente gritaba, escupía y aventaba basura hacia ellos porque no comenzaban a tocar. El Haragán no aparecía y minutos después, cuando por fin subió al escenario, confesó haber sido detenido por unos policías que lo encontraron fumando piedra afuera del lugar. "Sigan votando por Peña Nieto, cabrones", gritó antes de comenzar a tocar los primeros acordes de su presentación. De pronto la gente olvidó la molestia y gritaron con él: "¡Chinga a tu madre, Karen!" y corearon una de sus rolas más famosas. Así son los shows de La Venganza: espontáneos, violentos y nunca aburridos.Ody, Haragán y Cheko bromean mientras comen las garnachas, que es lo único que tendrán en el estómago durante el día. El Haragán se pone más serio y dice: "La violencia siempre ha sido compañera de La Venganza. Nos tachan de que hacemos apología de la violencia, de la drogadicción y del machismo. Nos señalan no sólo de ser mal portados, sino de que encima justificamos esas acciones, y [dicen] que en realidad somos una mala influencia para la gente. Pero, ¿sabes qué? Al final de cuentas nos vale verga porque no nos escuchan a huevo".
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