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El maíz transgénico no será sembrado en México

Está decidido: el maíz transgénico no podrá sembrarse en México con fines comerciales. Lo sentimos, Monsanto.

Uno de los propósitos de la agricultura biotecnológica fue sembrar maíz transgénico a nivel comercial en México para este 2016. Ayer —afortunadamente—, un colectivo de científicos ganó la batalla para mantener nuestro maíz lejos de la siembra transgénica. ¡Yes!

LEE: Los chefs mexicanos luchan por un futuro sin maíz transgénico.

Desde julio 2013, Demanda Colectiva Maíz, formada por 53 personas —productores campesinos, apicultores, investigadores, defensores de derechos humanos y artistas— demandaron a las empresas trasnacionales que buscaban garantizar el comercio potencial del maíz en los mercados agroindustriales globales: Monsanto, Sangrenta, Dupont y Dow y Pioneer.

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¿Su finalidad de demanda?: "Que los tribunales federales declaren que la liberación o siembra de maíces transgénicos daña el derecho humano de conservación, utilización sostenible y participación justa y equitativa de la diversidad biológica de los maíces nativos, también conocidos como criollos; así como los derechos que de éste derivan: derecho a la alimentación, derecho a la salud y derechos de los pueblos originarios".

Supondríamos que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (SAGARPA) y Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) estarían apoyando la conservación de este alimento básico y nuestro derecho a la biodiversidad biológica del maíz… pero no. Ellos fueron los responsables en otorgar los permisos de cultivo transgénico a estas empresas por lo que también forman parte del equipo derrotado de esta demanda.

"Ni todo el poder económico de la trasnacional Monsanto, ni las acusaciones legales formuladas por una decena de sus abogados lograron descarrilar al magistrado Jaime Manuel Marroquín —también titular del Segundo Tribunal Unitario en materias Civil y Administrativa del Primer Circuito—, que el 20 de diciembre pasado ordenó mantener la medida precautoria que impide la siembra de todo tipo de maíz transgénico en todo México», dijo René Sánchez Galindo uno de los representantes de la demanda colectiva. «Todo se debe al riesgo de daño al medio ambiente y a la salud que, está comprobado, causa el maíz transgénico".

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Sin embargo, los contrincantes biotecnológicos no se darán por vencidos. No ahora. "Creemos que este mismo año deberíamos estar alcanzando una situación legal», dijo Alejandro Monteagudo, director general de AgroBIO México. «Esperamos que SAGARPA y SEMARNAT puedan retomar su trabajo de evaluación de solicitudes [para la siembra de maíz transgénico] y expidan permisos pronto».

Lo sentimos, pero por ahora la victoria es de los que lucharon a sol y sombra a favor del maíz criollo. Muchos, como la mayoría de los chefs mexicanos, esperamos que así se quede. El Segundo Tribunal Unitario en materias Civil y Administrativa notificó que esta suspensión ya es definitiva —sí, definitiva—, y la sentencia de apelación dicta que SAGARPA debe abstenerse de otorgar permisos de liberación o siembra de maíz transgénico de manera comercial.

Esta lucha se ha convertido en un movimiento social y cultural de interés nacional; no solo porque los transgénicos aún levantan controversia, sino porque se trata del maíz, el alimento básico y principal símbolo cultural de la nación. Por eso, el colectivo que está al frente del movimiento está formado por distintos especialistas: Antonio Turrent Fernández (agronomía); Víctor Manuel Toledo (socio ambiental); Julio Glockner y Narciso Barrera Bassols(antropología); Raúl Hernández Garciadiego (patrimonio gastronómico); Miguel Concha Malo (derechos humanos), Luciano Concheiro y Patricia Moguel (patrimonio alimentario). Ellos, que lograron esta hazaña aparentemente definitiva, seguirán al pie del cañón, sin bajar la guardia; pues dicen que puede ocurrir lo que hace unos años, durante el mandato de Felipe Calderón, cuando se otorgaron permisos ilegales para la siembra experimental del maíz.

«El maíz transgénico no es opción para nuestro país, pues favorece económicamente solo a algunas empresas». Cierto o no, esta es la conclusión del gobierno mexicano ante el tema. Y si alguien quiere experimentar con siembras transgénicas por el bien de la diversidad biológica, tendrá que sujetarse a la supervisión constante de un juez federal y un grupo de científicos asignados.

¡Larga vida a nuestro maíz mexicano!