Llevo cuatro años viviendo en Guadalajara, México, cerca del centro, en un barrio pobre. Mis vecinos no son ricos pero son muy cercanos y muy católicos.Fui a tomar fotos durante la fiesta de la Virgen de Zapopan, la protectora de la ciudad de Guadalajara. La Virgen está representada en una estatua que trajo Fray Antonio de Segovia, de Michoacán, en 1530.Este ritual me parece un poco extraño. La gente se reúne en grupos, se viste con ropas que tienen simbolismo místico y dan vueltas por el vecindario mientras bailan. Los vecinos salen de su casas para ver el convoy de defensores de la virgen, visten a sus hijos como ángeles y construyen arcos altos y camas de flores.
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Estoy segura de que los mexicanos están acostumbrados a ver esto todos los años pero para mí fue como un festival en Río de Janeiro solo que, ya saben, más religioso.