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Stoya nos lo cuenta todo sobre su primer papel en una película no pornográfica

El año pasado, Stoya terminó el rodaje en Serbia de su primera película de ciencia ficción.

Que una actriz porno se pase al cine comercial no es algo muy común, en especial si el papel que interpreta no es el de una trabajadora sexual de algún tipo, pero también es cierto que Stoya no tiene nada de común.

Nacida en el seno de una familia estadounidense de origen serbio, Stoya escogió como nombre artístico el diminutivo americanizado del nombre de su abuela. Para los despistados (espero que sean pocos), esta mujer es actriz, cineasta, propietaria de una productora, modelo, columnista y una excepcional escritora cuyos artículos han aparecido en publicaciones prestigiosas como el New York Times y The Guardian.

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El año pasado, Stoya terminó el rodaje en Serbia de su primera cinta de ciencia ficción, Ederlezi Rising, dirigida por Lazar Bodroža y escrita por Dimitrije Vojinov. Pese a ser una producción serbia los actores hablan en inglés y está previsto que se estrene en algún festival de los que se celebran en Norteamérica, como el de Toronto o el Sundance. Actualmente, la película está en posproducción, y se ha lanzado una campaña de Indiegogo con el fin de recaudar fondos para terminarla a finales de este mismo año.


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Ante la inminencia del estreno, decidimos llamar a Stoya para que nos contara por qué ha escogido participar en esta película para debutar en el cine comercial, cómo fue rodar en Belgrado y por qué se está planteando colaborar únicamente con gente formada en Serbia.

Bonus: también nos cuenta un poco sobre el nuevo proyecto pornográfico que está dirigiendo.

Pero antes de empezar, echa un vistazo al nuevo avance de Ederlezi Rising:

La historia está ambientada en un futuro no muy lejano con una estética retro increíble. Ederlezi Corporation envía a un astronauta llamado Milutin, adiestrado en la reformada Unión Soviética, a una larga y peligrosa misión espacial.

Stoya interpreta a Nimani, una androide programada para satisfacer todos los deseos del astronauta. A juzgar por el tráiler y lo que sabemos hasta ahora de la película, el papel parece quedarle como un guante.

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Stoya en su papel de Nimani, la androide. Fotograma cedido por Ederlezi.org

"Bueno, es ciencia ficción, así que tampoco es muy comercial. Se hacen muchas películas de superhéroes y cosas así, pero no se hacen tantas en las que se hable de verdad sobre cómo podría ser el futuro. Al menos no muchas que sean buenas y estén bien pensadas. Si alguien hiciera hoy una adaptación de Transmetropolitan de Warren Ellis, sería igual que lo que ya se ha hecho. En cambio, Ederlezi Rising me pareció una película inteligente y que se centraba realmente en el futuro", explica Stoya.

Otra de las razones que la llevaron a aceptar el papel fue el hecho de que el equipo de rodaje estuviera compuesto por serbios.

"Es algo de lo que me aproveché. Siempre estoy encantada de colaborar con serbios. El fotógrafo Dusan Reljin ha contado conmigo para varias cosas porque… bueno, es serbio", argumenta sonriente.

Durante la misión espacial, Milutin se enamora de Nimani y empieza a creer que la androide es en realidad humana. Como le dice Nimani en la película, para averiguarlo tendrá que abrir la caja. La típica paradoja de Shrödinger. Stoya asegura que fue mucho más sencillo interpretar a un androide que hacer otros papeles.

Nimani y Milutin. Fotograma cedido por Ederlezi.org.

"He trabajado con Sebastian Kavazza, que es muy buen profesor. Al parecer, me enseñó con un método que se basa más en la acción, lo que me facilitó todo porque es igual que en el porno: yo siempre digo que no soy actriz porque llego al plató y me pongo en acción. Pero bueno, resulta que sí es un método para aprender interpretación, me voy a tener que comer mis palabras".

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La misión de Milutin es la de implementar en Alpha Centauri la ideología del Juche, una versión norcoreana del comunismo que toma prestadas ideas del marxismo y del despotismo y tiene un marcado aspecto "casi sectario". Stoya tiene sus teorías sobre por qué los realizadores han optado por este pensamiento concreto.

"Para los occidentales es muy fácil pensar, '¡Mira, qué bien! serbios haciendo de serbios", sin contexto ni conocimiento de las cosas buenas, y eso me causa frustración. Habría sido mucho más fácil para un cineasta serbio decidir que la ideología a instaurar fuera el capitalismo o el comunismo. Uy, ¿acabo de decir que el capitalismo es una ideología? Bueno, no tenía ni idea de que pensaba así, pero por lo visto, sí. Pero el hecho de que hayan escogido una forma de comunismo muy minoritaria y poco frecuente deja claro que su intención no era hacer propaganda barata. Es mi opinión", explica.

Nimani flotando en una nave espacial. Foto: Aleksandar Letić.

Stoya asegura haberlo pasado "en grande" durante el mes que duró el rodaje en Belgrado.

"Podía ir a un restaurante, sentarme y ponerme a leer tranquilamente, o no leer, simplemente estar sin que nadie me molestara. ¡Para mí era algo inaudito! Si hiciera lo mismo en Estados Unidos no tardaría ni un minuto en tener sentado frente a mí a algún tipo molestándome. Ha sido tan agradable que me entraron ganas de irme a vivir a Serbia, porque ahí puedo ser persona", añade.

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Tras 12 horas en el plató, Stoya se sorprende de poder ir a un restaurante y que la traten como a cualquier otro cliente, vaya o no acompañada de un hombre. En los Estados Unidos las mujeres a menudo tienen que soportar situaciones de machismo, piropos, tocamientos e incluso acoso que les hacen la vida imposible.

"En ningún otro sitio me habían tratado como a una persona. Mis amigos de aquí no lo entienden, porque lo que saben de Serbia se limita a que son 'los agresores en el conflicto de Bosnia', una visión muy simplista e injusta para cualquier país de los Balcanes, porque no se tienen en cuenta mil años de historia".

Durante el rodaje de Ederlezi. Foto: Aleksandar Letić.

Trabajar con un equipo serbio también fue una experiencia muy distinta a la que ha vivido en EUA o Europa, donde asegura que ha sentido cierto "menoscabo de su autonomía". No necesariamente por ser mujer, sino por ser actriz. Me contó la anécdota de un rodaje en el que tenía las manos manchada de huevo crudo. Pidió ir a lavarse las manos, pero en vez de dejarla ir, la tuvieron 10 minutos esperando a que llegaran los de maquillaje con toallitas húmedas para limpiarse.

"Grabamos la escena un par de veces más, hasta que fui con el productor y le dije, 'Mira, o me dejas ir a lavarme las manos ahora mismo o me largo en 30 segundos". Me dejó ir, me lavé, volví y seguimos trabajando. En cambio, si en Serbia digo, 'Me gustaría hacer esto un par de veces a la mitad de la velocidad antes de hacer la toma definitiva", ellos no ponen ninguna objeción, a menos que no sea posible por algún tema de cámara o así, pero si no, hacen lo que les pido. Cuando ahí te dicen que no, es por una buena razón".

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Stoya insiste contándome su experiencia con el productor Alex Ladd (también serbio) durante una entrega de premios en Los Ángeles de la que ella era la presentadora.

"He hecho películas porno con mucho más presupuesto que el que tenía Ederlezi y no eran ni la mitad de buenas. Quizá no vuelva a trabajar más con nadie que no se haya formado en Serbia, después de la buena experiencia que he vivido ahí".

Hace unas semanas, el gran fotógrafo neoyorquino y amigo en común Nikola Tamindžić fotografió a Stoya (por enésima vez) para su próximo fotolibro Fucking New York.

El éxtasis sexual y religioso, así como las relaciones apasionadas de amor-odio entre sus modelos y la propia ciudad son dos temas clave en torno a los que gira la obra de Nikola.

Fucking New York. Foto de Nikola Tamindžić.

"La sesión de fotos fue increíble, ¡increíble! Bordé ese papel como medio salvaje y loco… mis amigos me arrastraron a Urgencias y me tuvieron ingresada una semana y media. Lo bueno es que fui a ver al psiquiatra y me han diagnosticado trastorno de estrés postraumático. Ahora entiendo mi reacción en aquella escena de Ederlezi en la que tenía que estar de pie y con los ojos cerrados en un pequeño vestíbulo mientras el astronauta corría de un lado a otro. Era una locura y, cuando empezaron los ruidos, me acurruqué en una esquina, pese a que era consciente de que estaba arruinando la escena. No sé, me alivia saber que no tengo una sensibilidad absurda a todo lo que me rodea. Ahora al menos sé lo que esperar y no voy a tener sorpresas", explica.

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Stoya no se muerde la lengua en lo referente a los derechos humanos y las personas marginadas, su postura acerca del feminismo o sobre la situación de las trabajadoras del sexo, y tampoco tiene reparos en criticar el orden capitalista con el que debe lidiar a diario en su trabajo.

Uno de sus artículos más sentidos probablemente sea un ensayo personal en el que declara que las trabajadoras sexuales merecen el mismo trato y gozar de las mismas condiciones de protección y apoyo que las mujeres de otras profesiones.


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Los profesionales de la pornografía o de otros trabajos sexuales a menudo deben soportar la crueldad y la hostilidad del resto de la sociedad. Cuando son víctimas de violaciones o de abusos sexuales, no pueden denunciarlo por miedo a que las arresten, ya que el trabajo sexual consentido es ilegal. Y si deciden denunciar, se suele poner en duda su credibilidad por tratarse de trabajadores sexuales. Respecto al debate sobre si debe o no despenalizarse el trabajo sexual, Stoya tiene las ideas muy claras.

"Yo creo que la despenalización es lo mejor. Y después es necesario que surjan leyes y normativas que regulen el trabajo sexual de la propia comunidad. Cuando hablo de despenalización no me refiero a la anarquía total, sino de una muestra de buena fe hacia las trabajadoras sexuales, un intento por ambas partes de crear unas normas dirigidas a reducir el daño. Y también dejar que el gobierno se lleve su parte, porque el gobierno siempre quiere sacar tajada, hagas lo que hagas. Vivo en los EUA y estoy en total desacuerdo con la forma en que se gestiona el dinero de los contribuyentes, pero bueno, es parte de vivir en sociedad".

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Steve Prue. Vía Stoya Inc./TRENCHCOATx.com.

Para poder trabajar a su manera, Stoya decidió crear, junto con la ex actriz porno Kayden Kross, la productora TrenchcoatX, que ofrece videos a la carta con un sistema de pago por escenas. La empresa se basa en la premisa de que cada artista puede decidir qué tipo de escenas quiere protagonizar, así como con quién y en qué condiciones, lo que da a los actores y actrices control absoluto sobre su profesión.

Un día después de nuestra charla, Stoya empezó a trabajar en un nuevo proyecto como directora, en el que participa una mujer transexual a la que conoció en una librería erótica.

"Nunca antes había hecho porno, así que le pregunté qué quería hacer, y me respondió que le gustaría grabar cuatro escenas durante el periodo que durara su transición. Se acerca la fecha de la operación para el cambio de sexo, así que mañana vamos a grabar la primera escena. Si todo va bien, el proyecto durará un año o dos y el resultado será algo muy especial. Pero lo más importante es que esté contenta con la grabación, teniendo en cuenta que confía ciegamente en mí y no quiero cagarla. Trabajará con el editor; yo sólo grabaré las escenas y se las pasaré a él para que, junto con la actriz, lo editen como mejor les parezca. Quiero que esté satisfecha con todo lo que salga en el video. ¡Tengo muchas ganas de empezar con esto!".

Además de trabajar en las películas de TrenchcoatX, Stoya lleva una sección de consejos en The Verge, sitio web dedicado principalmente a la tecnología y la cultura.

Stoya escucha tus problemas. Foto: Anny Lutwak vía.

"Al final sale bien; me crié entre computadoras. No sé programar, pero sé llevar un blog de Wordpress y algo de lenguaje HTML. Ahí puedo hablar un idioma más similar al que hablan los lectores de The Verge, los frikis. Yo hablo friki, porque yo misma lo soy", explica entre risas.

Mientras esperas para ver a Stoya en su papel de Nimani, ahora al menos ya sabes dónde encontrarla por si quieres consultarle tus dilemas sexuales. Todavía estás a tiempo, también, de hacer una aportación para ayudar a terminar la película; no sólo serás premiado con un mensaje de agradecimiento personal por la mismísma Stoya, sino que formarás parte de una misión espacial única.