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"Háganse a la idea de que los están vigilando porque es muy probable que así sea": El futuro de la vigilancia en la oficina

Si los negocios están cada vez más obsesionados con medir la productividad, ¿eso significa que hacerse pendejo es un arte en peligro de extinción?

Foto vía Wikimedia.

La vigilancia en la oficina solía ser muy rudimentaria. En los primeros años de Microsoft, Bill Gates se aprendía de memoria las tarjetas para checar de sus empleados y llevaba un registro de quién llegaba tarde o salía temprano. Suena aterrador pero es un recurso muy antiguo, un esquema patético que cualquier holgazán como George Costanza podría sortear con algo tan simple como dejar un auto estacionado permanentemente afuera de la oficina para que todos piensen que sigue en su cubículo.

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Pero hoy en día ya no es tan fácil holgazanear en la oficina. Las oficinas están empezando a implementar un nuevo tipo de cibermonitoreo que saca capturas de pantalla de tu computadora al azar, que registra cada vez que presionas una tecla y hasta es capaz de monitorear tus horas de sueño para garantizar que alcances un rendimiento óptimo.

Hace poco, los periodistas del diario The Daily Telegraph llegaron al trabajo y encontraron sensores OccupEyemotion en su escritorio. Se le informó al personal que esas cajitas eran para que la empresa identificara las "horas de bajo consumo de energía" para ahorrar en los recibos de luz. Los periodistas armaron un escándalo y argumentaron que esa jugada era para escoger a quién despedir en el recorte de personal. Poco después, la empresa quitó todos los sensores. BuzzFeed reveló la paranoia que generó ese suceso con la frase de un reportero: "Ir a cagar en el trabajo nunca había sido tan desafiante".


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Las rebeliones de los trabajadores son pocas y espaciadas. Por el contrario, la cibervigilancia en la oficina es cada vez más común. El monitoreo implacable del rendimiento ya no se limita sólo a los call centers sino que se ha extendido al mundo laboral en general.

"Ya no queda privacidad en la oficina", dijo Lewis Maltby, director del Instituto Nacional de los Derechos Laborales de Estados Unidos. "Te monitorean con frecuencia, estés consciente o no. Los jefes no siempre te dicen lo que hacen".

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Los europeos creerían que su privacidad está mejor protegida que los estadounidenses pero no. El mes pasado, una decisión alarmante del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) estableció un precedente que permite a los empleadores revisar tus mensajes privados si sospecha que estás de flojo.

El caso gira en torno a un ingeniero rumano al que despidieron cuando la empresa descubrió que estaba usando Yahoo Messenger para hablar con su novia desde una computadora de la empresa. Los jueces del TEDH decidieron que era razonable que los jefes "verificaran que sus empleados terminaran sus tareas profesionales en horas laborales".

Que te lleves bien con tu jefe no significa que la empresa confíe en ti o respete tu privacidad. Los software como Worksnaps permiten que los jefes tomen capturas de pantalla de tus actividades en línea, cuenten el número de veces que tecleas e incluso toman fotografías con la webcam. Los testimonios de Worksnaps revelan lo entusiasmados que están los jefes por "llevar registro del tiempo" y asegurarse de que "nadie puede ser un lastre". Una cliente estadounidense cuenta cómo el software la ayudó a "deshacerse de los que se la pasaban jugando y platicando en Facebook".


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Otros prefieren experimentar con micrófonos y herramientas analíticas para monitorear la interacción cara a cara entre empleados. Amazon tiene una herramienta interna en línea donde invita a los trabajadores a calificar los logros y las fallas de sus compañeros. Los empleados se dicen "amabots" entre ellos mismos a forma de cumplido. "La empresa ejecuta un algoritmo de mejora continua de rendimiento en su personal", dijo Amy Michaels, ex promotora de Kindle en Amazon.

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Y no es posible escapar aún después de salir. Una ex ejecutiva de ventas de California demandó a la empresa donde trabajaba porque el motivo de su despido fue que desactivó una app GPS en el iPhone de la empresa que rastreaba su ubicación las 24 horas del día.

¿A dónde nos lleva todo esto? Si los negocios están cada vez más obsesionados con medir la productividad, ¿eso significa que hacerse pendejo es un arte en extinción? ¿En qué punto del día se supone que dejan de vigilar y analizar nuestras actividades?

"Me preocupa la gente que trabaja desde su casa —la gente que inicia sesión en el sistema de una empresa desde su computadora personal— porque la analizan igual que si estuviera en la oficina", dijo Lewis Maltby. "Hace que la línea de separación entre la comunicación personal y laboral sea más difusa".

Ahora la línea entre lo profesional y lo privado es tan difusa que es difícil saber donde acaba uno y empieza el otro. "El equilibro entre el trabajo y la vida ya quedó en el pasado", dijo Jacob Morgan, autor de El futuro del trabajo. "Estamos avanzando hacia la combinación entre la vida y el trabajo, donde llevas tu trabajo a casa y tu vida personal a la oficina".

Que no te sorprenda si tu jefe empieza a preguntar sobre tu salud física o, peor aún, empieza a interesarle qué tan bien duermes.


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Las grandes empresas como BP han optado por dar Fitbits a sus empleados para reducir costos de atención médica. Chris Brauer, director de innovación en Goldsmiths, Universidad de Londres, cree que hay más posibilidades de llevar prendas inteligentes en el lugar de trabajo, tanto para la supervisión del bienestar como para "desarrollar perfiles amplios de conducta y estilo de vida".

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"Se trata de utilizar puntos de referencia que antes no eran visibles", señaló. "Si tienes un fondo de cobertura, quieres gente que trabaje bien bajo presión. ¿Acaso piensas hacer las clásicas pruebas sicométricas para empleados? ¿O prefieres dejar que un especialista analice el rendimiento real de los trabajadores? Así es más fácil determinar si una persona es la indicada para cierto puesto".

Aún así, es posible que haya lugar para la interacción emocional entre los robots de trabajo humanos. Dave Coplin, director de previsión de Microsoft, predice que habrá hologramas y otros elementos visuales que nos van a dar la oportunidad de tener "presencia empática" si no podemos estar en una reunión en persona.

Si no te gusta la idea de que te reduzcan a una serie de puntos de referencia, debes saber que no eres el único. "Es ridículo porque no somos máquinas", dijo Lewis Maltby. "Los empleadores están obsesionados con medir cosas. Pero algunas cosas, las que en verdad importan para saber si una persona es buena en su trabajo, no siempre se pueden medir".

"Los sistemas invasivos que han implementado algunas empresas carecen de sentido común", agregó. "La autonomía de cómo hacer tu trabajo está desapareciendo y la privacidad ya no existe. Háganse a la idea de que los están vigilando porque es muy probable que así sea".

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