Aeromozas nos cuentan sobre los pasajeros más borrachos que han visto

Ser aeromoza tiene muchas ventajas pero lidiar con pasajeros borrachos no es una de ellas. Hay muy pocas formas de convencer a lo pasajeros borrachos de que limpien su propia pipí, de que dejen de vomitar en la bolsa del asiento o de que no se masturben durante una demostración de seguridad.

Platicamos con algunas aeromozas sobre los pasajeros más borrachos que han tenido que soportar. Es probable que después de leer esto quieras ponerte un traje NBQ para tu próximo vuelo.

Un hombre borracho entró tambaleándose de borracho al avión, se cayó y trató de fingir que solo se había tropezado. Después de que cerramos la puerta, empezó a hablar con otros pasajeros casi gritando y trató de ordenar más bebidas. Después de un rato, se levantó y fue al baño. La fila era tan larga que, cuando iba de regreso a su asiento, trató de orinar dentro de un vaso de plástico. A medio pasillo. Como era de esperar, no lo logró y salpicó a varios pasajeros. Tuvimos que hacer un aterrizaje de emergencia; arrestaron al tipo por subir al avión estado de ebriedad y agredir a otros pasajeros; el avión quedó fuera de servicio para hacer limpieza y se tuvo que reprogramar el vuelo de todos los pasajeros. -Talia

Estaba en un vuelo de Las Vegas a Newark. En primera clase, un hombre y una mujer —que claramente seguían borrachos de la noche anterior— se sentaron uno al lado de otro. Cuando abordaron eran desconocidos y terminaron siendo muy íntimos. Poco después del despegue, empezaron a fajar y a ir al baño cada cinco minutos. Cada que salían, se veían muy nerviosos. Después, la mujer sacó su laptop y puso a todo volumen un video de ella teniendo sexo mientras el tipo se masturbaba cubriéndose con una cobija. Les dije que le bajaran a su desmadre y la mujer se fue casi corriendo al baño. Después de 20 minutos, noté que había líquido saliendo del baño. Resulta que la mujer se cayó y se orinó en el piso. Hice que lo limpiara, alerté al equipo de seguridad de Newark y un equipo de riesgo biológico tuvo que limpiar la zona de primera clase porque apestaba. -Steffanie

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Una vez, en un vuelo de Denver a Dallas, se subió una mujer en la sección de primera clase. En esa sección, los pasajeros reciben alimentos y bebidas gratis, y ella quiso aprovecharse de eso pidiendo seis destornilladores en un transcurso de 90 minutos. Cuando empezó a arrastrar las palabras, le dije que ya casi se acababa el vodka. Ella protestó en voz alta, dijo que iba a "hacer que me corrieran" y que como iba en primera clase tenía derecho a beber todo lo que quisiera. Hablé con los pilotos y les pedí que llamaran al supervisor y que le dijeran que nos viera cuando el avión llegara a la puerta. -Stephanie

Era un domingo en la mañana y la mayoría de los pasajeros estaban quemados por sus vacaciones. Entre ellos iba un hombre con la cara roja que claramente había bebido antes de abordar. Estaba sentado con su esposa en casi al fondo del avión, a unos asientos del baño. Se la pasaba ordenando Bloody Marys que complementaba con vodka libre de impuestos que compró en el aeropuerto de San Juan. Le dije que no se permitía alcohol externo en el avión. Lo guardó y puso los ojos en blanco. A medio vuelo, se levantó y fue al baño. Después de 30 minutos, toqué la puerta para ver si estaba bien y me gritó "¡Estoy tratando de cagar!" tan alto que todos los pasajeros en la parte trasera del avión lo escucharon.

Cuando regresó, se quejó en voz alta con su esposa sobre lo grosera que fui y presionó el botón para llamarme y reclamarme. "¡Me humillaste! ¡Estoy estreñido y ahora por tu culpa todos lo saben! ¡El baño no tiene tiempo límite!", me dijo. Cuando aterrizamos, una mujer que iba sentada enfrente de él lo interceptó, le tomó la muñeca y dijo: "Traes puesto un brazalete de '¿Qué haría Jesús?'. Solo quiero decirte que no creo que Jesús esté muy contento con todas las pendejadas que hiciste en el vuelo de hoy". -Catherine

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Un chico que traía un uniforme de soldado estaba por abordar el avión. Iba al campo de batalla y era obvio que estaba aterrado. Al parecer, pasó su última noche como civil empedándose con sus amigos. Para cuando entró al avión, seguía muy borracho y, por suerte para él, nuestro capitán ese día era un ex piloto de combate muy cabrón y no estaba muy feliz de ver a un hombre borracho portando el uniforme. Sujetó al chico de la playera, lo sacó del avión y le gritó de cosas en el túnel. El pobre chico se espantó tanto que se le bajó la peda y todo el vuelo estuvo sentado sin moverse. -Lucy