Cuidémonos: sexo seguro para mujeres lesbianas y bisexuales
Ilustraciones por Julio Derbez.

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Cuidémonos: sexo seguro para mujeres lesbianas y bisexuales

Si se van a echar el clavado, pónganse truchas.

Sabemos que ser mujer en México, un país donde siete mujeres son asesinadas diariamente, está difícil. Y ni qué decir de nuestra salud sexual y reproductiva: todos salimos reprobados. Lo confirman las creencias baratas de "es que no se siente igual" (chequen este video del CENSIDA), el alza de embarazos adolescentes (donde hay un gran porcentaje de niñas violadas por su progenitor o tutor), la batalla por aborto fuera de la Ciudad de México porque "siete de cada diez mexicanos está en desacuerdo con que una mujer pueda abortar sin ser penalizada", la mitología de la madrecita mexicana que refuerza prejuicios y estereotipos machistas, y nuestra medalla de oro en acoso, hostigamiento y violencia sexual hacia la población femenina que, en la capital, se combate a "pitazos". ¿Y qué sucede si eres una mujer a la que le gustan las mujeres? Simple y sencillamente eres otro asunto pendiente en la agenda de salubridad. Y te lo hacen saber desde que estás en el kínder.

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La edad de la inocencia (pero sin la guapísima Edith Wharton)

Recuerdo que en los libros de texto gratuito no había referencia alguna al cuidado sexual entre personas LGBT. Eso no ha cambiado mucho. A la fecha, se está gestionando la inclusión de la diversidad sexual en los materiales de educación básica y esta iniciativa se enfrenta a la doble moral de la Iglesia Católica y el Frente Irracional por la Familia "porque la heterosexualidad está en peligro de extinción". Supongo que así era en los ochenta. Pero lo que sí había en mi época eran instrucciones para una futura maternidad como "toma ácido fólico durante el embarazo". En el libro de Ciencias Naturales correspondiente a sexto grado de primaria hay varios párrafos inspirados en un "¿Qué pasaría si Luisa tuviera relaciones sin protección con su novio?" Los métodos de cuidado que presentan son, en su mayoría, anticonceptivos, aunque aclaran que la sexualidad no sólo es para reproducirse. Como ya sabemos, una de las grandes ventajas del sexo lésbico es que no te puedes quedar embarazada. ¿Entonces? ¿Qué sigue? Pues a menos que tú y tu pareja quieran ser las Bette y Tina región 4 de la colonia, lo que nos queda es seguir religiosamente la dieta de la papaya.

Lesbihonest

Ya que le vamos a entrar duro y tupido, tenemos que responder a la pregunta de cuántas de nosotras nos cuidamos. Yo no lo hacía hasta que una de las protagonistas de mis one-night stands me dio de azotes. En mi calentura y medio embriaguez estaba por bajar cuando ella me detuvo con un "ni se te ocurra meter la boca". La noche se convirtió en un debate acerca del cuidado sexual entre lesbianas. Como L. estaba estudiando para ser dentista, tenía información de primera mano (o primera boca, más bien). Después de autoflagelarme por mi irresponsabilidad, me di a la tarea de preguntarles a mis amigas y conocidas si se cuidaban sexualmente. Y me di cuenta de que no era la única en el limbo. Una de ellas respondió lo siguiente: "Yo no y por pendeja". "Yo sí", dijo otra de ellas, "me lavo las manos". Y yo así de: "Güey, eso todos lo sabemos gracias a las campañas contra el cólera y la influenza A (H1N1) y desde casa". Otra amiga insistió en que no teníamos porqué cuidarnos tanto porque "no es lo mismo un pito de plástico que una verga real que por más que la laves no se le va a quitar el chancro". "¿Y los fluidos qué?" fue mi respuesta. Alguien más añadió que "para cuidarse hay que estar dispuesto a sólo dedearse y pues así no esta tan chido". ¡Pues no! Los dedos tampoco son la representación de la inmunidad total. Una pareja de amigas, a punto de casarse, me contó que sí se cuidaron cuando empezaron a salir. Después ya no porque se tienen confianza. Pero nunca sabes al cien por ciento. Algunas mujeres se han acostado con otros hombres (no todas las lesbianas entramos dentro de la idílica categoría de "Gold Star"). No faltaron las defensoras de la comodidad: "el papelito con tanto fluido allá abajo se mueve y no sirve ni madres" o "Es que como que rompe el mood eso de "deja corto el cuadrito de látex". Fernanda Prado, médico general por el Tecnológico de Monterrey, señala que "es necesario que las lesbianas nos cuidemos porque existen una variedad de ETS/ITS reportadas por sexo entre mujeres como el virus de papiloma humano (precursor de cáncer cervicouterino), treponema, tricomonas, e incluso VIH". ¿Entonces por qué no nos cuidamos?

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Ilustraciones por Julio Derbez.

Es todo un rollo de… Vitafilm

Patricia Borja, psicóloga y médico interno de pregrado, me compartió su experiencia laboral en la Clínica Especializada Condesa: "nunca vi un caso de VIH de mujer a mujer directamente pero sí llegué a ver mujeres lesbianas infectadas por relaciones sexuales que tuvieron previamente con algún hombre. De las otras lesbianas que llegué a atender, había casos de VPH, sífilis, candidiasis (que no sólo es de transmisión sexual), gonorrea y muy pocas tenían herpes. Solamente una me dijo que sí se protegía, solamente una usaba dedales para la penetración digital, usaba film plástico para el sexo oral. Fue la única que, siendo lesbiana, sabía cómo protegerse siendo lesbiana. Todas las demás no tenían ni la menor idea y me decían: ¿Apoco eso se puede?, ¿apoco sí estamos en riesgo?". La Investigación sobre atención a personas lesbianas, gays, bisexuales y trans en México, elaborada por el Comité de Violencia Sexual de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) en diciembre de 2015, revela una serie de atentados a los derechos humanos de este segmento de la población. Y nosotras la tenemos más complicada como lo indica ese estudio: "se observa que las mujeres lesbianas y bisexuales usan servicios preventivos con menor frecuencia que las heterosexuales y corren un riesgo mayor de sufrir obesidad y cáncer de mama" o "las mujeres lesbianas afirmaron vivir mayor intolerancia en los servicios de salud en comparación con los hombres". La doctora Fernanda Prado recalca que "los/las médicos tratantes no debemos asumir que por ser sexo entre mujeres, existe un menor riesgo ya que la transmisión de enfermedades o infecciones está más relacionada con las prácticas sexuales que con la orientación sexual en sí porque cualquier contacto con fluidos es potencialmente una fuente de transmisión". La Investigación también recalca que hay que "recordar que los riesgos relacionados con las prácticas sexuales no cambian con la orientación sexual. Entre las mujeres no heterosexuales encontramos los mismos riesgos que en otras poblaciones para la transmisión de ITS".

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Bienvenida sea la lesbianización de la precariedad

El poco acceso a la educación sexual y afectiva para las lesbianas y bisexuales revela que la discriminación es múltiple. Chequen esta cita de la Investigación: "Cuando la discriminación por sexo se presenta contra las lesbianas, entraña además un contenido misógino, toda vez que se suma al rechazo de la expresión sexualmente diversa, los estereotipos de género que sitúan a la mujer como inferior al hombre. La transgresión a los marcos sexo genéricos heterosexuales, sitúa a la mujer lesbiana ante discriminaciones múltiples motivadas por el rechazo a su expresión sexual e incluso de género cuando éstas tienen por ejemplo rasgos estéticos y corporales masculinos". El Protocolo de Atención para la Salud Sexual de Mujeres Lesbianas y Bisexuales apunta las siguientes ideas erróneas que limitan la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva para las mujeres que tenemos sexo con mujeres: las lesbianas no mantienen relaciones sexuales, las lesbianas no mantienen relaciones sexuales con hombres, las lesbianas no corren riesgo de contraer ITS incluyendo el VIH, las lesbianas no necesitan hacerse el papanicolaou, o no lo necesitan con la misma frecuencia que las heterosexuales porque no practican el coito". Es hora de acabar con estos mitos y empezar a cuidarnos. Un estudio de la Clínica Mayo asegura que, al no tener acceso al cuidado sexual, no solamente estamos expuestas a la transmisión de una infección, sino a caer en depresión por lesbofobia, discriminación y no visibilidad. Ese mismo Protocolo nos proporciona los básicos para cuidarnos:

  • Usar ropa interior de algodón.
  • Explorar el cuerpo para reconocer cualquier cambio que pueda sugerir la presencia de alguna ITS y acudir a consulta cuando se identifique algún tipo de infección.
  • Lavar las manos antes de tener relaciones sexuales.
  • Uso de guantes, barreras de látex y lubricantes a base de agua durante las prácticas sexuales.
  • Mantener uñas cortas y limpias.
  • Uso de condón y lubricante a base de agua en los dildos. Cambia el condón si cambia de persona o si pasa del ano a la vagina o viceversa.
  • Evita el intercambio de juguetes sexuales.
  • Lavar los juguetes sexuales con agua, cloro, y jabón o hervor aquellos que están hechos de silicón.
  • Evitar el sexo oral sin protección durante la masturbación.
  • Evitar lavar los dientes inmediatamente después del sexo oral para evitar el riesgo de pequeñas heridas y sangrado.

Si se van a echar el clavado, pónganse truchas. Siempre carguen con su cortauñas, guantes y barreras de látex que encuentran en cualquier sex shop. Háganle caso a Cara D: "Remember to trEAT your girl right".