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Música

Me encanta la música pop mala

Y estoy harta de fingir lo contrario.

Un gran problema de escribir para internet es que internet es una bola de pelo gigante en el sofá de la vida formada por pelo de gato, porno, tíos que llaman gordas a tías con tallas razonablemente normales y gente pretenciosa en cuanto a la música. Y a esa bola de pelo le encanta cabrearse. Por favor, internet, te lo estoy pidiendo amablemente: intenta no comerme por esto.

Simplemente voy a echarle huevos y decirlo: no veo qué problema hay en escuchar música pop mala, barata y basura. Y no estoy hablando de aquellas canciones pop que han pasado a ser aceptables desde que la NME se enamoró de Pete Doherty. Estoy hablando de la nueva variedad de pop, esas canciones que los chavales de hoy en día escuchan y que sus padres odian, no toda esa mierda que escuchan los adultos que les hace sentir nostalgia de cuando eran jóvenes.

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¿Cuál es el verdadero problema? Por supuesto, la mayoría de fans son críos de 13 años que rebosan hormonas, y eso es un poco coñazo, pero no veo qué problema hay en escuchar algo de One Direction de vez en cuando. No tengo un póster de Miley Cirus en mi habitación, pero he escuchado “Party in the USA” más veces de las que puedo recordar. No es que no me guste la música buena, al contrario, me encantan cientos de grupos que hacen música mejor construida, más interesante y técnicamente mejor (sea lo que sea lo que quiera decir eso). Simplemente, estos tíos también me gustan.

Por supuesto que la música fácil y pegadiza no es lo mejor del mundo, pero esto no son las elecciones presidenciales, es mi puto iPod y voy a dejar de hacer como que fue mi hermana pequeña la que metió todas esas canciones de Bieber. Además, mi hermana pequeña ya tiene 22 años, así que esa excusa ya no cuela.

Además, no veo qué diferencia hay entre algo que es “vergonzoso” que te guste y algo que tiene credibilidad, porque la mezcla entre las dos cosas parece estar reduciéndose cada vez más. Por ejemplo, me encanta esto, que está solo a unos pasos deesto otro, lo cual es básicamente un salto, alguien que canta arrastrando la voz y un cambio de tempo. Pero tranquilizaros, todavía está lejos de esto (o algo parecido). Ahora, nerds, acordaos de lo que he dicho e intentad no cabrearos. Bajad los puños, respirad, salid a que os dé el aire. Esta es mi opinión y me encantan Sky F y los Grimes, así que dejadme en paz.

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¿Alguna vez habéis intentado burlaros de vuestro hermano pequeño por escuchar a Taylor Swift? Intentadlo. Les gusta tanto, de todo corazón, tanto, que literalmente no pueden entender por qué es tan triste que les guste su música. Cuando escuchan “We’re Never Ever Getting Back Together” lo sienten de verdad. Años de tendencias homófobas institucionalizadas acaban de irse al garete. “¿Qué problema tienes, tío? Realmente puedes sentir cómo se le rompe el corazón, ¡Es una canción genial!” Sí, colega, sí. En palabras de Will.i.am Blake: si limpiáramos las orejas de la percepción, el hombre lo percibiría todo tal y como es: una mezcla molona.

No es algo muy profundo, pero con la brecha que se está abriendo con esta nueva generación pop, vale la pena reiterar que escuchar música de forma irónica no vale. Te gusta y ya está. Jepsen lo sabe, y yo también lo sé. (A excepción de esa canción que hizo con Owl City, que es imposible que te guste. Escuchar canciones sólo para divertirte está bien, pero nadie escucha música pop sólo por escuchar cómo un tío entra en la zona de amigos de millones de crías cristianas de 13 años).

_Sigue a Monica en Twitter: [@monicaheisey ](http://twitter.com/monicaheisey)_

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