El Ejido 7 del municipio mexicano de Gómez Palacio, en el estado norteño de Durango, busca anular la instalación de una planta de cianuro de sodio —una peligrosa sustancia que se usa en la extracción de oro y plata— en su territorio, por el inminente riesgo ambiental y de salud que representa para la zona y sus habitantes.El proyecto industrial le pertenece a la empresa estadounidense The Chemours Company, que ya había pretendido instalarse en estado de Guanajuato en 2016, pero sus habitantes no lo permitieron y se retiró.
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Ahora planea producir alrededor de 65.000 toneladas de cianuro anualmente, en una superficie de 11.7 hectáreas de la localidad duranguense, de acuerdo con cifras dadas a conocer por organismos opositores a su construcción y medios de comunicación locales.La oposición a esta planta química emerge de distintos flancos. Uno de ellos está articulado por vecinos sin adscripción a organizaciones civiles; el otro está compuesto principalmente por miembros del Frente Unido de Pueblos de la Laguna, la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema), la asociación Pro Defensa del Ciudadano A.C. y propietarios agrícolas.Todos dicen sentir temor por las repercusiones que podría traerles el funcionamiento de la compañía. Y está comprobado que hay varias razones para preocuparse; de entrada: que el cianuro de sodio es uno de los venenos más potentes del mundo.De acuerdo con el Departamento de Salud del Departamento de New Jersey (EE.UU.), los principales riesgos de la exposición humana a esta sustancia se producen porque es fácilmente inhalable y porque también se absorbe a través de la piel. El simple contacto con cianuro puede irritar piel y ojos, pero la alta exposición puede causar daños al sistema nervioso, mareos, taquicardias, pérdida del conocimiento y hasta la muerte.Aunado a eso, la misma Rema giró un comunicado en el que señala que en la misma proporción les preocupa el daño a los ecosistemas circundantes y los remanentes químicos que pudieran llegar a cerca de 20 poblaciones que están cercanas a las instalaciones de la planta.
La lucha contra la planta viene de diversos frentes
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La situación es tan grave y las demandas han escalado a tal nivel, que la propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reconoció el peligro que representa. En el número de su Gaceta Ecológica correspondiente a marzo del año pasado, dejó asentado que:“El impacto ambiental identificado de mayor significancia proviene del riesgo ambiental potencial intrínseco a las actividades de producción de cianuro de sodio durante la operación de la planta, asociado al uso y manejo de gas natural y amoniaco como materia prima, cuya presencia clasifica a Chemours como de una actividad altamente riesgosa”.
Palos, gritos y disparos
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Los ánimos no tardaron en explotar. Hubo palos, gritos, disparos y gas lacrimógeno durante varias horas. Así que para cuando llegó la tarde el saldo hablaba por sí mismo: 21 heridos, cerca de 50 detenidos y un hombre con el pie atravesado por una bala, según dejaron asentado medios de comunicación estatales y nacionales.Tras los hechos, la respuesta del gobernador de Durango ha desconcertado a la opinión pública, en especial a la que está directamente relacionada con el problema. La prensa reporta que Rosas Aispuro ha subestimado públicamente el riesgo de la puesta en marcha del proyecto de Chemours, y que en Gómez Palacio se le da largas a la liberación de las personas que siguen presas luego del enfrentamiento.