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En el cuarto había una montaña de cobijas y colchones, tantos que era imposible decir dónde terminaba uno y dónde empezaba otro. Cuando mi colega empezaba a separarlos, escuchamos rasguños y chirridos. De repente cerca de 40 ratones salieron corriendo por todos lados. Hasta este día seguimos sin saber si fue el acumulador quien los llevó allá o no.Por supuesto, ignoré las instrucciones de mi jefe y decidí entrar al baño. Por suerte fui lo suficientemente rápido para quitarme la máscara de polvo antes de vomitarla. El acumulador llevaba años sin jalarle al excusado. Había una pila de caca en la taza, que era el doble de alto que el mismo asiento. Azoté la puerta y me alejé con escalofríos. Créanme: mi vómito era sólo una pequeña gota en el mar de desperdicios humanos de aquel cuarto.PRUEBA DE CAMASEsto más bien le pasó a mi jefe. Y le creo, no es el tipo de gente que inventa cosas. Además tiene sentido dada su apariencia: es una especie de fisicoculturista/gigoló con un coche extravagante que más o menos encarna su personalidad.Un día fue a ver el departamento de alguien que acababa de morir. La esposa e hija del fallecido estaban ahí para mostrarle el lugar. Cuando llegaron al cuarto para ver si podrían vender la cama, la esposa preguntó: "¿Por qué no nos metemos los tres? Así será más fácil saber si vale la pena venderla". Según mi jefe, las dos comenzaron a tocarlo y a querer rodearlo con las piernas. Me dijo que incluso tuvo que usar la fuerza para salir del cuarto y alejarse de ellas.
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Por suerte el granjero se detuvo muy cerca de nosotros. Estaba echando humo y gritándonos de cosas, así que le contesté. Al final nos dejó pasar.Después de que vimos el lugar y tomamos lo que podíamos vender, nos dirigimos a casa. Estábamos apenas a medio kilómetro cuando el coche se atoró en el lodo. Tuvimos que llamar al granjero para que nos ayudara.Llegó, pero en lugar de ayudarnos, se paró a unos metros y comenzó a reírse. Empecé a gritarle de cosas y vi que no entendía, hasta que le dije "pendejo", cosa que no le hizo nada de gracia.
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