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Ediciones VICE

¿Qué fue de la época gloriosa de StarCraft?

Analizamos qué hay detrás de la caída de 'Starcraft', el antiguo gigante de los deportes electrónicos que una vez llegó a considerarse el "deporte nacional de Corea"

Ilustración de Starcraft II: Wings of Liberty, vía Blizzard.com.

La juventud y sus MOBA. Hubo un tiempo en que no existía League of Legends ni Dota. Atrás quedaron los gloriosos días de 2010. El 27 de julio de ese año, Blizzard publicó StarCraft II: Wings of Liberty, un juego de estrategia en tiempo real que se convirtió en el mayor deporte electrónico del mundo, aunque en aquel entonces este tipo de actividad no tenía el éxito del que hoy goza en Occidente. ¿Jóvenes ganándose la vida jugando a videojuegos? Qué tontería.

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Cómo cambiaron las cosas. Hoy en día, los jugadores profesionales ganan sueldos que harían saltar los ojos de sus cuencas a cualquiera. El estreno de StarCraft II recibió una gran acogida, gracias al empujón de la moda de los jugadores profesionales. Sin embargo, en 2015 la mayoría de estos jóvenes profesionales juegan títulos del género MOBA. El ascenso meteórico de títulos como LoL y Dota han hecho morder el polvo al juego de Blizzard. Basta con echar un vistazo rápido a Google Trends para poner de manifiesto hasta qué punto es así. Incluso se llegó a excluir brevemente el juego del circuito de la Major League Gaming, uno de los mayores campeonatos de juego profesional en el mundo. ¿Entonces, qué fue de StarCraft, el antiguo gigante de los deportes electrónicos que una vez llegó a considerarse el "deporte nacional de Corea"?

Empecemos por desmentir posibles rumores: no ha muerto. Poco después de su desaparición, StarCraft II volvió a incluirse en la programación de la MLG, con una dotación económica en premios de 220,000 euros, una cifra nada desdeñable, aunque si se compara con los casi 1,900,000 euros de la final mundial de League of Legends de 2014 o los casi 16 millones de la International 2015, la primera competición de Dota 2 del circuito, es fácil entender por qué el que aspira a dedicarse al negocio de forma profesional se decanta más por los MOBA. Incuso el relativamente nuevo Smite, con una cifra de seguidores muy inferior a la de los otros dos gigantes, tuvo 2,300,000 euros en premios en los campeonatos mundiales de 2015.

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Los MOBA rompen con la tendencia de los títulos que pierden seguidores tras su estreno. ¿Recuerdas cuando Titanfall era genial? Parece que fue hace siglos de eso. No hay duda que StarCraft II ha ido cuesta abajo desde su publicación, pero se resiste a dejarnos. Nunca experimentó grandes fluctuaciones de popularidad y se mantuvo en una línea continua de atractivo: sus fans lo adoran y, para el resto, no es más que un recuerdo entrañable. Recuerdo que, en 2010, me pasaba el día viendo el video de StarCraft y leyendo para aprender nuevas estrategias profesionales. Y cuando no estaba documentándome en internet, estaba jugando. Los torneos estaban muy bien organizados, con presentadores y comentaristas, y el conjunto resultaba muy atractivo. Pero no hubo una evolución desde entonces.


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No es que Blizzard haya metido la pata con su (re)presentación de StarCraft, pero Riot Games (creadores de LoL) y Valve (responsables de Dota) supieron vender su producto a las masas mucho mejor que aquellos. Por lo general, resulta complicado aprender a manejar la mayoría de este tipo de juegos, pero si a la dificultad de StarCraft le añadimos la cantidad de dinero que hay que gastar para iniciarse en él, tenemos una barrera difícilmente franqueable. League of Legends es inescrutable para los profanos, pero no hay que pagar un céntimo por él. Puedes probarlo y, si no te gusta, no hay mayores consecuencias. Para estar al día con StarCraft II, es necesario haberse comprado la expansión de 2013 Heart of the Swarm, lo que implica gastar más dinero en el juego. La próxima expansión (que puede jugarse de forma independiente), Legacy of the Void, se estrenará en noviembre. El juego incluye una campaña para jugar en solitario, pero para los que prefieran el modo multijugador, semejante gasto plantea muchas dudas, sobre todo para los más jóvenes que carecen de presupuesto, teniendo en cuenta que existen alternativas gratuitas en el mercado.

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Probablemente en Blizzard estén tirando piedras sobre su propio tejado por tener demasiados juegos activos a la vez. Su reciente publicación, Heroes of the Storm, no sólo le robó el acrónimo a la versión anterior de Starcraft, también de la casa —puede parecer una tontería, pero en un mundo en que los hashtags sirven para medir la popularidad significa mucho—, sino que también ocupó la ruta del juego gratuito. Aunque a Blizzard no le está yendo del todo mal en su intento por emular el éxito de oros MOBA con su HotS, todavía no alcanza las cotas de Dota y LoL. Blizzard tiene otro título gratuito, Hearthstone, con un nivel de dificultad mucho más asequible para los neófitos, aspecto que le generó más popularidad. StarCraft II vivió un ligero auge con la publicación de Heart of the Swarm, pero parece que, desde entonces, Blizzard decidió darle la espalda en favor de Hearthstone y HotS.

Sin embargo, uno de los factores que influyó en la caída de StarCraft posiblemente escapa al control de Blizzard: en los últimos diez años, parece que la popularidad del género de los juegos de estrategia en tiempo real fue en lento declive. Hoy en día, los jugadores parecen más interesados en la acción inmediata que en planificar su siguiente jugada. En lugar de controlar enormes ejércitos, controlamos a un solo héroe, equipado con un rifle de asalto, como en Call of Duty, o un arco y flechas, en League of Legends. Se está produciendo una migración de los juegos de estrategia en tiempo real a los MOBA (el campo de batalla de Dota empezó como una extensión para Warcraft III y su diseño se basa en el escenario "Aeon of Strife".

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Cinemática de la introducción de StarCraft II: Legacy of the Void.

Desde la perspectiva del espectador, no resulta difícil ver por qué los MOBA crecieron en detrimento de los juegos de estrategia en tiempo real en el sector del juego profesional. Ciertamente, al principio un recién llegado no tendrá ni idea de qué está pasando, pero una vez que empiezas a entender este tipo de juegos, no es tan complicado olvidarse de los elementos extraños y centrarse en lo que de verdad importa. Es un cinco contra cinco, más aceptable que librar una batalla manejando docenas de unidades simultáneamente. El factor de juego en equipo tampoco falta: da igual a qué MOBA decidas jugar, siempre es más divertido con amigos. StarCraft ofrece la posibilidad de jugar en equipo, pero el juego solo está bien equilibrado en el modo de competición de uno contra uno.

Por otro lado, en un MOBA se evidencian más las habilidades de cada jugador. Puede que haya jugadores de StarCraft II que sean capaces de reaccionar de forma increíble, planificar estrategias superavanzadas y llevar a cabo muchísimas acciones por minuto, pero tal vez nada de eso trasluzca al ver un encuentro. A no ser que sepas lo que buscas, las grandes batallas pueden parecer un caos. Lo que quizá no veas en la pantalla es cómo un jugador se está ocupando de su base a la vez que lanza una ofensiva. En League of Legends, el foco siempre se centra en un único elemento: el hombre que salta por encima de un muro, le da en la cara a otro jugador y luego lanza un disparo desde la mitad del mapa para acabar con otro enemigo. Si te has perdido algo, puedes volver a reproducirlo. Por impresionante que parezca, en la reproducción de una partida de StarCraft nunca verás a un jugador cambiando a trabajadores de una fuente de mineral a otra mientras combate con los Zerg en la otra punta del mapa.

El estreno de Legacy of the Void volverá a suscitar interés entre los amantes del género, pero tendrá que ocurrir algo muy drástico para que no acabe siendo un mero pico temporal en la planicie de la gráfica de StarCraft. Y posiblemente, ese "algo drástico" ni siquiera exista todavía. El tenis es un gran deporte, pero nunca superará al fútbol como favorito del pueblo. Del mismo modo, StarCraft no está del todo enterrado, pero, ¿volverá a estar en la cima alguna vez? No parece que vaya a ocurrir en breve.

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